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Lunes 25 de septiembre, once y media de la mañana. Rosa María Sánchez Pagán, de 20 años, llega a su casa, donde vive con su madre y su hermana menor, en la calle Lucena (Cartagena, Murcia). Regresaba del cuartel de la Guardia Civil, donde había acudido horas antes acompañada de su padre a interponer una denuncia a su expareja por acoso.
Rosa María y Adrián Sánchez Castro, originario de Málaga y de 22 años, se conocieron a principios de 2016; comenzaron a salir y mantuvieron una relación durante casi un año. Hacía unos meses que ella había puesto fin a la relación, pero él se negaba a aceptarlo. Él trabajaba en el Corte Inglés pero aspiraba a ser modelo y, de hecho, ejercía como tal esporádicamente haciendo pases en algunos centros comerciales. De la víctima apenas han trascendido datos personales y sus allegados han preferido no hacer ningún comentario.
Rosa María decidió denunciar a Adrián por sus incesantes amenazas por teléfono. A pesar de que ya no estaban juntos, él se negaba a aceptarlo. El acoso se producía vía telefónica, hasta que él decidió ir un paso más allá y el fin de semana del 23 y 24 de septiembre viajó desde El Palo (el barrio malagueño en el que residía) hasta Cartagena. Algunos amigos de Rosa alertaron a la joven de que le habían visto por el barrio y ella, alarmada, decidió denunciarle ese mismo lunes a primera hora.
Mientras ella aguardaba en el cuartel, él acudió a la ferretería del barrio y compró una escalera y un cuchillo. Ayudándose de la escalera, entró por el balcón trasero en la casa de Rosa María, que estaba vacía en ese momento. Conocía la vivienda porque había estado en ella en diversas ocasiones.
Cuando Rosa María entró, Adrián la estaba esperando. Le asestó varias puñaladas en el pecho y en el cuello. Los abuelos de la joven, que viven en la misma calle, escucharon los gritos de su nieta y acudieron a socorrerla, pero no pudieron acceder a la casa. Fueron quienes avisaron a las autoridades. Tras cometer el crimen, él huyó saltando de balcón en balcón y se escondió en el exterior de una vivienda, al final de la calle. Los agentes, tras confirmar el asesinato de Rosa María, fueron alertados por un vecino de la urbanización Los Tajos donde residían la joven: Adrián estaba agazapado en la terraza del número 9 de la calle.
Con este crimen, Rosa María es la cuadragésimo segunda víctima en lo que va de año, que a sus 20 años es la mujer asesinada más joven en 2017. El asesinato machista ha tenido lugar cuando se cumplía un mes sin ninguna víctima mortal en España: la última fue Sofía Tato el 24 de agosto.
La edad de la víctima demuestra que la violencia machista se produce también a edades tempranas, como explica la psicóloga Silvia Monterrubio, que trata a mujeres maltratadas: "Cuando hago formación a chicas jóvenes incido en la detección temprana. Cuando tu pareja va a buscarte por sorpresa al trabajo cada dos por tres, ¿es detallista o es que está controlándote? Cuando estás fuera y tu pareja te llama varias veces ¿está preocupado por ti o está controlándote? Ese tipo de cosas pueden pasar desapercibidas y pueden confundirse con el llamado mito del amor romántico. Así que no, no es un arrebato ni un pico de ira, hay una relación de maltrato detrás, en la que ha habido violencia desde los inicios, aunque los demás no lo vean o no lo quieran ver".
Según las últimas cifras del Observatorio contra la Violencia de Género, en 2015 el 70% de las mujeres asesinadas tenía menos de 35 años. Este año han sido asesinadas hasta seis chicas de entre 20 y 29 años.
Rosa María Sánchez Pagán, de 20 años, es la cuadragésimo segunda mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. En España, en 2017, también han sido asesinadas Matilde de Castro, de 44 años; una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce; Blanca Esther Marqués, de 48; Toñi García Abad, de 33 años; María de los Ángeles, de 77 años; Virginia Ferradás, de 55 años; Cristina Martín Tesorero, de 38 años; Ana Belén y Ana, madre e hija de 46 y 18 años; Carmen González Ropero, de 79 años; J.D.L.M., de 40 años (solo se conocen las iniciales); Laura Nieto Navajas, de 26 años; María José Mateo García, de 51 años; Leidy Yuliana Díaz Alvarado, de 34 años; Margaret Stenning, de 79; una mujer de 91 años cuyo nombre se desconoce; Mariló Correa Pérez, de 47 años; Gloria Amparo Vásquez, de 48 años; Erika Lorena Bonilla Almendárez, de 32 años; Yurena López Henríquez, de 23 años; María Victoria Zanardi Maffiotte, de 44; Ana María Rosado, de 42 años; Andra Violeta Nitu, de 24 años; Raquel López, de 45; María del Rosario Luna, de 39 años; Eliana González Ortiz, de 27 años; Ana Hilda Linares Báez, de 55 años; Susana Galindo Moreno, de 55 años; Beatriz Ros García, de 30 años; Valentina Chirac, de 37; Encarnación Barrero Marín, de 39; Encarnación García Machado, de 57 años; Fadwa Talssi, de 29; Donna Cowley, de 47 años; Maria del Carmen Carricondo Reche, de 66; María Raquel Castaño Urbán, de 63 años; Ana Belén García Pérez, de 38; Marisela Arauz, de 48 años; Irina G., de 38; Catalina Méndez García, de 48 años; así como Sofía Tato Pérez, de 42 años
En total, la serie 'La vida de las víctimas' contabiliza 42 mujeres asesinadas. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.