Se llamaba Noelia Noemí Godoy Benítez y tenía 32 años. Hace trece, llegó a España procedente de Paraguay, su país. Buscaba trabajar, mejorar sus expectativas, incrementar su prestigio profesional, ver mundo. Vivir, en definitiva. Creció en Reducto, uno de los barrios más pequeños de la ciudad paraguaya de San Lorenzo. Amaba a los animales, en especial los perros. Este jueves su marido la degolló con un cuchillo en su casa de Sestao (Vizcaya).Casi a la misma hora, el Congreso de los Diputados aprobaba por unanimidad una nueva ley para frenar la lacra de la violencia de género.
Años después, cuando creció y se marchó de su país, Noelia Noemí hizo carrera en el mundo del estilismo y la peluquería. Comenzó en Buenos Aires. Allí vivió tres años con una de sus primas y dio sus primeros pasos en la profesión. Luego, siguiendo el ejemplo de su hermana Mirta, se vino con su madre a vivir a España. Concretamente a Sestao, una localidad de 28.000 habitantes en la margen izquierda de la ría del Nervión. Les gustó y se quedaron a vivir. “Ahí conoció al que fue su marido. Hace cuatro años que estaban casados por lo civil”, relata a EL ESPAÑOL una de sus primas. Y así aparece en el Boletín Oficial de Bizkaia.
A Noemí le interesaba enormemente el mundo del estilismo y la peluquería. Estudió en el Centro Fernando de peluquería, uno de los más prestigiosos de la región. Está situado en pleno centro de Bilbao. Hasta allí se desplazaba para crecer en la profesión que le gustaba. “Una gran persona, una enorme profesional”, asegura una de sus compañeras de aquel entonces. Actualmente ya trabajaba de peluquera cerca de su casa de Sestao. “Fue un placer conocerla. Demostró que era una bella persona, por dentro y por fuera”, asegura una de sus amigas. “Para ella no había días malos siempre estaba con una hermosa sonrisa”.
Algunos amigos, en sus perfiles de las redes sociales, todavía no daban crédito a lo que acababa de ocurrir.
-¿Qué le pasó? Qué hermosa era...
-Le mató su marido. Y el marido después se tiró por la ventana y acabó con su vida.
Años después de llegar a España con su madre, esta terminó volviendo a casa. Noemí se quedó con su hermana en España y con su tía Nina. Los padres, aunque seguían en contacto con ella, no volvieron a España. Ahora han vivido en la distancia el asesinato de su hija a manos de su pareja.
Después de casarse, Noelia Noemí y Eneko se fueron a vivir al séptimo A del número siete de la trasera de la Plaza de los Tres Concejos. El hombre no tenía denuncias previas por violencia machista. Tampoco los vecinos, en todos los años que han estado ahí viviendo, advirtieron lo que podía estar pasando dentro de la casa.
El asesinato machista
Jueves 28 de septiembre. Son las doce menos cuarto de la mañana cuando entra una llamada de las dependencias de la Policía autonómica. Proviene del número 7 de la trasera de la plaza de los Tres Concejos, en pleno centro de Sestao (Vizcaya). Al otro lado del teléfono está Eneko Fernández Iglesias de las Heras. En la llamada, dijo que se sentía “amenazado” y “perseguido”. Minutos después el hombre asesinaba a su mujer, Noelia Noemí, degollándola con un cuchillo. Casi a la vez que la llamada del hombre desde la escena del crimen, los ertzainas recibieron también la de un familiar que alertaba de lo sucedido.
Los agentes no pudieron hacer nada por la vida de Noelia Noemí. Pocos minutos después de la llamada del hombre, los efectivos policiales llegaron a la casa. Llamaron, según informan fuentes policiales a EL ESPAÑOL, pero nadie contestaba. Fue en ese momento cuando Eneko le cortó la yugular.
Desde dentro se escuchó la voz de una mujer: “Tiene un cuchillo”. Instantes después, aseguran los agentes, se hizo por un instante el silencio. Entonces los ertzainas trataron de echar la puerta abajo. Al entrar hallaron a Noelia Noemí muerta sobre el sofá. Tenía un profundo corte en la garganta y nada pudieron hacer para salvarla. Tenía también algún que otro corte en el rostro. La ventana, al fondo, estaba abierta. Eneko se acababa de suicidar arrojándose por la ventana después de asesinar a su pareja.
Actos de repulsa al asesinato de Noelia Noemí
Sestao se levantó ayer contra la violencia machista. Decenas de vecinos sostuvieron una pancarta con el lema “No a la violencia sexista”, en euskera y castellano. Allí estuvieron algunos familiares de Noelia Noemí. Muchos exhibieron fotografías con el rostro de la mujer asesinada.
También estuvo en la manifestación el cuñado de la víctima. Este señaló a los medios que el hombre tenía problemas psiquiátricos y que “aunque aparentaba ser muy tranquilo”. Se sentía, dijo el cuñado, “perseguido por todo el mundo”.
Mario Garcés, secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, estuvo también presente en la manifestación. Desde allí condenó "enérgicamente" el asesinato y señaló que la violencia machista es "una de las mayores lacras" e "ignominias" que vive España "desde hace muchos años".
Garcés, presente en la manifestación, señaló también que Eneko"en ningún momento dio indicio" de ser violento "ni siquiera de hablar fuerte con la mujer" y que ambas familias "nos pusimos de acuerdo en ayudarles y estábamos en ese proceso, pero en un momento dado se ve que ha empeorado".
Ruth Sala Ordóñez es abogada penalista y experta en casos de violencia machista. En este caso, como en otros, surge el supuesto estado mental del asesino como atenuante del crimen. Sin embargo, ella lo tiene bien claro. "Que el tío llame antes a la policía y luego la mate, de brote psicótico nada. Esto sigue siendo un asesinato de violencia machista".
"Último adiós"
Por la tarde, en las redes sociales, varios miembros de la familia Godoy Benítez, familiares cercanos y queridos de Noelia Noemí, lanzaron un mensaje a las redes sociales. Un mensaje de recuerdo a una persona que les era muy querida, una mujer, como la definió una de sus primas a EL ESPAÑOL, "libre de ataduras, sonriente de la vida".
El mensaje era casu una suerte de obiturario, el último adiós a una joven que todos adoraban en la familia. Decía así: "El día está gris , la familia Godoy está de luto. No hay palabras para expresar el dolor que sentimos. Prima, ya no te vimos por unos años y ya no te vamos a ver. La impotencia que sentimos al no poder estar cerca, al no poder darte un abrazo tía Celsa Godoy, Sixto Gustavo Britez Godoy, Mirta Diana Benitez Godoy pero no queda nada más que decir que fuerza y resignación a esta gran pérdida, Noe Noemi BG está presente en cada uno de nuestros corazones".
Noelia Noemí Godoy Benítez, de 32 años, es la cuadragésimo tercera mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. En España, en 2017, también han sido asesinadas Rosa María Sánchez Pagán, de 20 años; Matilde de Castro, de 44 años; una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce; Blanca Esther Marqués, de 48; Toñi García Abad, de 33 años; María de los Ángeles, de 77 años; Virginia Ferradás, de 55 años; Cristina Martín Tesorero, de 38 años; Ana Belén y Ana, madre e hija de 46 y 18 años; Carmen González Ropero, de 79 años; J.D.L.M., de 40 años (solo se conocen las iniciales); Laura Nieto Navajas, de 26 años; María José Mateo García, de 51 años; Leidy Yuliana Díaz Alvarado, de 34 años; Margaret Stenning, de 79; una mujer de 91 años cuyo nombre se desconoce; Mariló Correa Pérez, de 47 años; Gloria Amparo Vásquez, de 48 años; Erika Lorena Bonilla Almendárez, de 32 años; Yurena López Henríquez, de 23 años; María Victoria Zanardi Maffiotte, de 44; Ana María Rosado, de 42 años; Andra Violeta Nitu, de 24 años; Raquel López, de 45; María del Rosario Luna, de 39 años; Eliana González Ortiz, de 27 años; Ana Hilda Linares Báez, de 55 años; Susana Galindo Moreno, de 55 años; Beatriz Ros García, de 30 años; Valentina Chirac, de 37; Encarnación Barrero Marín, de 39; Encarnación García Machado, de 57 años; Fadwa Talssi, de 29; Donna Cowley, de 47 años; Maria del Carmen Carricondo Reche, de 66; María Raquel Castaño Urbán, de 63 años; Ana Belén García Pérez, de 38; Marisela Arauz, de 48 años; Irina G., de 38; Catalina Méndez García, de 48 años; así como Sofía Tato Pérez, de 42 años
En total, la serie 'La vida de las víctimas' contabiliza 43 mujeres asesinadas. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.
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