Los chinos se forran vendiendo las banderas españolas que cuelgan de balcones
Poco más de un euro por los banderines patrios y hasta cuatro euros por la bandera más grande. Venden más de 40 a la semana y es el producto más vendido en los bazares chinos por encima del material escolar.
7 octubre, 2017 18:46La rojigualda, la enseña nacional y símbolo del unionismo en plena crisis de Cataluña, se fabrica en China. Los hogares españoles muestran estos días en sus balcones y ventanas banderas por doquier. Es la última respuesta ciudadana ante el desafío secesionista. Pero los principales beneficiados son los comerciantes chinos: están haciendo su agosto en un mes que se caracterizaba por el éxito de los productos escolares.
“Ahora ya no se venden tantas como hace unos días. Quizás 40 a la semana”, cuenta a EL ESPAÑOL un empresario chino del madrileño barrio de Tetuán, que rehúsa dar su nombre. Al inicio de su tienda, la bandera de España recibe a los clientes. Pero se asoma tímida, quizás por la falta de viento que la ayude a ondear.
Es el mayor reclamo del establecimiento. No en vano, es de los pocos productos que recibe la preciada iluminación natural de la calle entre pasillos y estantes sumidos en la oscuridad.
En la entrada de este establecimiento hay enseñas de distintos tamaños: la más pequeña, de unos veinticinco centímetros de largo; la mayor, en cambio, puede envolver sin estrecheces el cuerpo de un adulto. Además, son bastante baratas. Los precios van desde poco más de un euro a los casi cuatro que vale la bandera más grande.
Merchandising patriota hecho en China
Pero no es el único tipo de merchandising patriota. La mañana en la que este periódico recorre distintos bazares del centro de Madrid se es testigo de cómo los vecinos compran incluso pajitas con los colores nacionales. “Las he visto y me han hecho gracia”, comenta la nueva propietaria de este artículo, una señora de mediana edad. Ella también cuelga en su balcón la bandera de España. “Yo me considero española y me enorgullezco de ello. Ahora la hemos colgado como hicimos en casa cuando el Mundial. Pero es nueva, la otra se descolorió”, indica. “También la compramos en el chino”.
Este producto no es el único que ofrecen las tiendas chinas para aquellos que deseen mostrar su sentimiento patriótico. Gorras, bufandas, servilletas y guirnaldas también pueden encontrarse a un módico precio. Pero estos artículos, por el contrario, se encuentran en el interior de los establecimientos. Normalmente en la sección de fiesta, junto al confeti y los vasos de plástico. “Se venden bien, pero nada que ver con las banderas”, se sincera una comerciante de un bazar próximo a la Puerta del Sol. Aquí, “en días fuertes”, se supera ampliamente la venta de más de un centenar de banderas al día. “Entre semana ya no”, puntualiza. En días laborables, parece que hay tendencias de consumo: los españoles suelen adquirir las banderas; los turistas y curiosos son los principales compradores del resto de merchandising.
En todas las tiendas visitadas por este diario existe un patrón: los productos proceden de un gran almacén al por mayor situado en el polígono chino de Cobo Calleja (Fuenlabrada), Wangida S.L. es la empresa detrás de las banderas, que se fabrican en China. Su administrador y accionista mayoritario, Zhu Xinyue, fundó la compañía hace once años. En sus últimas ventas conocidas -en el año 2010-, Wangida facturó 39.067 euros.
Los manifestantes las compran por 'packs’
En la mañana de este sábado, los comercios chinos más próximos a Colón estaban a reventar. No cabía un alfiler. Las banderas corrían y los encargados de caja no daban a basto. Minutos más tarde, más de 50.000 personas, según datos de la Delegación del Gobierno en Madrid, se concentraban “en favor de la Constitución”. Todo bajo gritos y cánticos de ¡Viva España! y Yo soy español.
Son multitud los que, como Manuela, portaban la bandera nacional. “Sí, la compré la semana pasada en el chino del barrio. Venía en un pack de cinco”, responde a las preguntas de la reportera. Ella va acompañada de su marido, de sus padres y de sus hijos. Toda la familia va ataviada con la rojigualda. Los mayores van con banderas grandes atadas al cuello y ceñidas a la cintura. Los pequeños, con banderitas en la mano. Pero, eso sí, todas ellas Made in China.