“Yo me llevo 3.000 euros… por si acaso” le dice Marga, una clienta sexagenaria del Banc Sabadell, a una persona que le atiende en ventanilla. Ésta le intenta tranquilizar: “Que no va a pasar nada”. La clienta no se extiende mucho más e insiste: “Bueno. Por si acaso”.
Esta ha sido la tónica habitual de los bancos catalanes en la última semana. Los clientes se llevan su dinero o preguntan por productos que mantengan su patrimonio a salvo. Porque tienen miedo. La posible proclamación de la independencia y la marcha de las entidades bancarias de Cataluña provocó una primera fase de inestabilidad. Pero las declaraciones de Eulàlia Reguant, la diputada de CUP que anunció un posible corralito, ha acabado de desatar el pánico entre los clientes de Caixabanc y Banc Sabadell.
Bancos desbordados
“Esta mañana estamos desbordados”, reconoce la operaria de una oficina de Banc Sabadell en Terrassa. “Por lo menos habrán venido 20 personas a retirar altas sumas de dinero o a informarse sobre la cuenta espejo. Les intentamos tranquilizar asegurándoles que sus cuentas están a salvo. Pero cada uno con su dinero... ya sabes”, se resigna. No hay largas colas en las puertas, pero sí que el número de consultas y operaciones relacionadas con el miedo a no poder sacar el dinero se han multiplicado de forma exponencial.
Eso ha sido hoy martes, cuando aún planea sobre Cataluña la incertidumbre acerca de qué va a pasar respecto a la hipotética declaración de la independencia. Para mañana, pase lo que pase esta tarde en la Generalitat, los bancos esperan otro aluvión de visitas y consultas telefónicas. Y es que el miedo a un hipotético corralito es real, y más tras la amenaza de las CUP de establecer un “control de capital y flujos en Cataluña”. Pero, ¿qué es exactamente un corralito?
Argentina, 2001. El origen
El término corralito fue acuñado en 2001 por el periodista argentino Antonio Laje, para explicar la limitación de retirada de efectivo en los bancos de su país durante el gobierno de Fernando de la Rúa. En Argentina, un corralito es una especie de parque infantil con barrotes para que los niños no se escapen. Con esta metáfora, el periodista Antonio Laje intentaba ilustrar cómo habían acorralado el dinero de todos los argentinos. Dada la grave crisis económica que sufría en aquel momento la república, el entonces presidente tomó unas medidas drásticas para evitar un colapso ante la posible retirada masiva de capital de los bancos. Así, el gobierno restringió la cantidad de dinero que podía retirar cada argentino a diario de sus propias cuentas.
En otras palabras: el corralito es un bloqueo que impone el gobierno para que, en situación de inestabilidad económica, evite la fuga de capitales e impida que los ciudadanos retiren su dinero masivamente. La insinuación de la portavoz de las CUP de que el gobierno catalán podría imponer unas medidas similares, ha desbordado a los bancos.
El miedo de las personas mayores
¿Cuáles son los catalanes que más se han preocupado por esta posible situación? “Las personas mayores con diferencia”, afirma la trabajadora Banc Sabadell. “Supongo que les cuesta más que a los jóvenes obtener información, coger un teléfono móvil y consultar noticias”, aventura ella. Su homólogo de la oficina de Caixabanc tiene otra hipótesis: “Creo que es por los malos tiempos que pasaron. Hay gente que vivió la guerra y la posguerra; no están tranquilos ante esta situación. Disponer de más o menos información no es siempre garantía de tranquilidad. Consultas el móvil y te llegan noticias de todo tipo. A veces te asustas más incluso. La gente mayor viene a hablar con nosotros sobre todo para que les tranquilicemos, porque ya han vivido tiempos críticos”.
¿Qué directrices han dado los bancos a sus empleados para tranquilizar a sus clientes? “Ninguna en concreto. Que informemos, que tranquilicemos. La entidad ya dio los pasos que tenía que dar cuando hizo el cambio de sede. No hay más instrucciones”, cuentan desde Caixabank. En el Banc Sabadell intentan ser cercanos con el cliente: “Yo les explico que mi dinero también está aquí porque sé que está seguro. Que no lo he sacado”, indica la empleada. Como cuando vas a comprar una cafetera y el dependiente tiene en su casa, por casualidad, el mismo modelo que tú pretendes comprar. Es una tranquilidad.
Las dos opciones
¿Cuáles son las soluciones que ofrecen los bancos a los clientes que, a pesar de las medidas tomadas, siguen sin estar tranquilos? “Básicamente hay dos opciones: una es muy rudimentaria y consiste en llevarse el dinero en metálico. Pero no nos hemos encontrado ese caso, más allá de algún cliente puntual que ha venido estos días a retirar 12.000 euros. Son cantidades poco habituales, pero apenas nos hemos encontrado ese caso”. La segunda es la denominada 'cuenta-espejo'. Es una fórmula que permite a los usuarios operar con sus cuentas desde Cataluña pero teniendo el dinero en otras partes de España.
¿Existe posibilidad real de que haya corralito en Cataluña? “Rotundamente no. Nos pasaron una hoja con las preguntas más frecuentes que nos pueden hacer y con las respuestas. Allí nos explicaban que sólo el Banco Central Europeo tiene la potestad de retener dinero. Además, con el cambio de sede estamos en la misma situación que el resto de bancos. No tiene sentido pensar que el cliente de Bankia podrá sacar dinero y el del Sabadell, que ya tiene su sede social fuera, no vaya a poder hacerlo”, resume la empleada. Así, en las entidades bancarias lo tienen claro: por mucho que amenacen desde CUP, el dinero no lo van a poder retener ni controlar.
¿Y los clientes qué opinan? “Hay de todo. Es normal que haya incertidumbre, porque según quién te cuente la historia está pasando una cosa u otra. Pero lo que es verdad es que cuando hablan con nosotros se quedan más tranquilos. No tienen nada que temer, porque nuestro banco es fuerte, sólido, solvente y ya ha tomado las medidas necesarias”, calman desde Caixabanc. En las colas, los clientes no pueden evitar hablar entre susurros sobre la posibilidad de no poder disponer de su dinero, si se cumple la amenaza de CUP: “Si eso pasa sí que se van a encontrar con un problema en las calles. Con el dinero no se juega”, sentencia un cliente.