La guerra separatista del fuet: Campofrío quiere compartirlo y Casa Tarradellas calla
La compañía cárnica, con sede en Burgos, trata de hincar el diente al embutido catalán con un papel conciliador mientras dicen ser “valientes”. Así, han proclamado una DUI (y de dependencia, también) a modo de anuncio.
12 octubre, 2017 02:17Una llamada a la concordia con referencias a Cataluña, quizás con la mira puesta en el negocio. El día después de la declaración suspendida de independencia del president Puigdemont, una de las grandes compañías alimentarias españolas, Campofrío, con sede en Burgos, se ha proclamado “unilateralmente independiente de la locura colectiva” enarbolando el fuet como nexo de unión. Las dos Españas unidas por un bocado de embutido.
En plena fuga de empresas catalanas -la última, otra entidad alimentaria, Idilia Foods, la entidad que fabrica productos como Cola Cao y Nocilla-, una de las compañías cárnicas estrella se posiciona. Aunque desde un enfoque social, donde la referencia política es más velada. La Declaración Unilateral de Independencia y Dependencia de Campofrío anida desde este martes en las páginas de los periódicos impresos españoles.
“Nos declaramos dependientes del sentido común, en su sentido más universal, de todos los que sueñan y trabajan por un lugar mejor en el que vivir.
Independientes de la violencia, de cualquier tipo, física y verbal, explícita o no tanto.
Dependientes de la libertad de expresión sin miedo a fracturar una amistad, una familia o una comunidad de vecinos”.
Campofrío decidió posicionarse el viernes
Campofrío reclama así su parte del pastel, tratando de hincarle el diente al papel conciliador del imaginario colectivo. Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el gigante alimentario decidió el pasado viernes posicionarse de cara a la galería. “Es una postura social, nada de política. Un mensaje de gente para gente. Como hemos hecho otras veces, para tratar de unir a las personas”, indican las fuentes.
Se trata de un movimiento pausado, pensado. No han querido dejar nada al azar. “Hay gente muy curiosa queriendo saber el posicionamiento de marcas. Y Campofrío es valiente”, cuenta a este periódico la responsable creativa del anuncio.
En las últimas semanas, numerosas compañías con sede social en Cataluña han decidido cambiarla ante la inseguridad jurídica. En total, casi 40 enseñas, entre las que destacan bancos como Caixabank y Sabadell, gigantes industriales como Seat o San Miguel o eléctricas como Gas Natural. Pero de Casa Tarradellas, que compite en el mercado alimentario con Campofrío, nada se sabe. Tarradellas, icono del catalanismo reunido en torno a una mesa, no ha pronunciado ni una palabra en los últimos tiempos. El máximo exponente del fuet no ha querido manifestarse, pese a la insistencia de este diario. El silencio como respuesta.
Una campaña "arriesgada"
126 palabras para postularse, 773 caracteres que golpean al catalanismo y al Gobierno. La compañía ha bailado en su mensaje entre la crítica a la actuación violenta y la alabanza al diálogo. La empresa burgalesa ha sabido medir cada movimiento y ha saltado a la prensa cuando la patata no estaba muy caliente.
Un mensaje basado en lo emocional -costumbre en sus últimas campañas- que ya ha calado en las redes. Para el experto en comunicación Pedro Marfil, la campaña es “tremendamente arriesgada. La crispación, la polarización que se vive actualmente en la calle es enorme. Y, pese a que ha tenido comentarios adversos, no tenían demasiada conversación. Es difícil no estar de acuerdo con el mensaje. Ahí radica su virtud”.
“Independientes de la intolerancia.
Dependientes de la diversidad.
Independientes de utilizar insultos y comparaciones que nos remiten a una época en este país a la que no debemos volver.
Dependientes de un buen plato de jamón, chorizo, fuet y butifarra, siempre para compartir”.
Ya lo hicieron en ‘Hijos del entendimiento’, la campaña navideña del año pasado. En el spot se preguntaban, ¿pueden entenderse un español y un independentista?, creían que sí y apelaban al diálogo. Rindieron un homenaje al entendimiento al unir a una pareja con diferentes ideas. Siguen haciéndolo, llaman a la conversación y atacan a quien contrapone a los dos bandos. “Que nadie nos quite nuestras diferencias. “Que nadie nos quite nuestra capacidad de superarlas”, decían. Y lo dicen todavía hoy.
Pese a que, según Marfil, “ambas compañías se posicionan con productos referentes”, ambas forman parte de la nevera de los españoles. Es una cuestión de sentimientos, como la crisis catalana. La tierra en la que se asienta Casa Tarradellas, además, es una de las proclives a la independencia de toda Cataluña: Osona, comarca barcelonesa situada en el límite con Girona.
Campofrío "quería mandar su punto de vista"
Por su parte, Campofrío “siempre ha estado siempre muy pegados al contexto, siempre teniendo que ver con lo que está pasando. En esta ocasión querían mandar este mensaje y punto de vista”, confirman desde el equipo creativo del anuncio.
"Queremos ser independientes de la manipulación, el engaño y la falsedad.
Queremos depender de la libertad y la valentía de pensar por uno mismo y a la vez saber escuchar a los demás.
[...] Por todo esto nos declaramos unilateralmente dependientes de buscar el entendimiento, la concordia y el diálogo, desde el respeto, la honradez y la sensatez”.
En estos días de inestabilidad e incertidumbre, ninguna marca se anima a decir nada. Con este mensaje, Campofrío ha abierto la veda. Está por ver si alguna otra se suma.