Juana Escudero ya respira tranquila: a sus 54 años puede volver a decir que está viva. Siete años después de haber sido declarada como muerta por error tras fallecer otra mujer con su mismo nombre y apellidos, Juana ha puesto fin este jueves a una batalla diaria contra la administración que no la reconocía como viva. Un juzgado de Málaga ha decretado nulo su enterramiento tras exhumar el cadáver de 'la otra' Juana y comprobar que los ADN, lógicamente, no coinciden.
Juana llevaba muerta siete años sin saberlo. "Fallecí el 13 de mayo de 2010 en Málaga", explicaba la sevillana a EL ESPAÑOL mientras enseñaba una fotografía de 'su' lápida en el cementerio malagueño, de donde era la mujer con la que compartía datos personales. “Mira, Juana Escudero Lezcano, nicho número 4.938”, exclamaba sorprendida esta vecina de San Rafael, una barriada de la localidad de Alcalá de Guadaira (Sevilla).
A sus 46 años supo de su propio fallecimiento: en el historial clínico de su médico de cabecera aparecía como muerta. A partir de ese momento, un periplo burocrático en el que renovar el DNI o ir a Urgencias se convertía en una auténtica odisea.
Su caso se convirtió en mediático y meses después de acaparar titulares, expertos del Instituto de Medicina Legal de Málaga han extraído restos biológicos para analizar el ADN del cadáver de 'la otra Juana' que está enterrada en Málaga desde 2010.
Tras la exhumación, el Juzgado de Instrucción número 2 de Málaga ha acordado este jueves declarar la nulidad de la inscripción del fallecimiento de la vecina de Alcalá de Guadaira. Fuentes judiciales han confirmado a la Agencia EFE que la nulidad del enterramiento se notificará de inmediato al Registro Civil, para que Juana deje de constar como fallecida ante la Administración, lo que pone final a la confusión que había denunciado públicamente esta mujer y que le había ocasionado múltiples complicaciones en su vida diaria.
¿Y 'la otra Juana'?
La declaración de la nulidad del enterramiento se lleva a cabo de forma paralela a la investigación sobre la identidad de la persona que está enterrada en el nicho del cementerio de Málaga desde 2010.
Los investigadores van a cotejar ahora el perfil genético de la fallecida con los de Juana y un sobrino de esta, para comprobar si se corresponden con los de una hermana de la denunciante desaparecida, una de las hipótesis que se manejan en este caso para entender la confusión que ha sufrido la denunciante.