Lola, la anciana gallega que ha perdido las piernas tras el ataque de dos perros
La mujer, de 80 años, se debate ahora entre la vida y la muerte. El dueño de los dos canes, dos dogos de Burdeos, no los había inscrito en el registro de animales potencialmente peligrosos. No estaban identificados con microchip.
6 noviembre, 2017 17:36Los perros no estaban identificados
Los dos perros, protagonistas del nefasto suceso, no estaban identificados con microchip. Su dueño tampoco había notificado hasta la fecha de su agresividad, ya que, como ha podido saber este periódico, no figuraban en el registro de animales potencialmente peligrosos de la zona. Además, el propietario, según fuentes cercanas al caso, carecía de seguro de responsabilidad civil.
De momento, los animales han sido conducidos a una protectora de animales. Esto es así porque se ha activado el protocolo previsto en estos casos. Entretanto, la Guardia Civil está estudiando qué actuaciones de oficio emprender por el suceso. Por lo pronto, se está investigando al propietario de los canes por un delito de lesiones graves por imprudencia.
Contra él ya se ha realizado una denuncia administrativa porque los animales carecían de cartilla, microchip y tampoco figuraban en el registro de animales potencialmente peligrosos. Según fuentes municipales y de la investigación a EL ESPAÑOL, el dogo de Burdeos está considerado un perro potencialmente peligroso en Galicia. Por tanto, el dueño ha de notificarlo.
En estos casos, el dueño tiene una gran responsabilidad. Para poder tener uno de estos perros, el propietario debe cumplir el requisito de ser mayor de edad y no tener antecedentes penales. Solo él puede pasearlo por la calle, eso sí, con bozal y correa corta. En el momento del suceso, los perros estaban sueltos, campando a sus anchas en la finca del vecino de Lola.
Lola se debate ahora en el límite de la vida y la muerte, y las esperanzas son mínimas. Tiene seis hijos. Los médicos ya han informado a la familia de la extrema gravedad de la situación en la que se encuentra. Lola ha perdido mucha, muchísima sangre. Así fue durante el ataque y después, en el hospital, cuando le tuvieron que amputar las piernas. Ahora está sedada y entubada. Sus familiares ahora cuentan las horas, temiendo lo peor.