José Ángel Prenda y dos de sus amigos de La Manada acudieron a un ambultorio 24 horas después de, presuntamente, violar a la joven madrileña en San Fermín. Padecían gingivitis, lumbalgia, insomnio y ansiedad. Allí, el equipo médico les recetó Trankimazin, un medicamento utilizado para el estrés intenso o los ataques de pánico.
Días antes de cometer la supuesta violación se habían desplazado hasta Pamplona en el coche de una hermana del guardia civil de La Manada, un Fiat Bravo que quedó inmovilizado en el depósito judicial hasta que un familiar se lo llevó de vuelta a la capital andaluza.
Estos son sólo dos aspectos todavía no conocidos del caso que conmocionó a la opinión pública española durante el verano de 2016: la violación de la chica de San Fermín. Ahora, casi un año y medio después, El Prenda y sus cuatro amigos se sientan en el banquillo de los acusados. Será el próximo lunes 13 de noviembre en la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra en un juicio a puerta cerrada.
Allí se tratarán de esclarecer los hechos que sucedieron la madrugada del 7 de julio de 2016. Desde horas después de esa fecha, los cinco sevillanos detenidos duermen en prisión. Tiempo han tenido para tratar de convencer al tribunal de que los hechos descritos por la denunciante fueron relaciones sexuales consentidas y no una agresión sexual, como sostiene la chica violada.
Antes de que comience el juicio, EL ESPAÑOL desgrana los aspectos más inéditos a través de la documentación del sumario del caso. Entre otros puntos, las imágenes del Ayuntamiento que muestran cómo se encontró La Manada con la joven, la información que revela que tres de los imputados tenían condenas de cárcel previas o el DNI de la chica que los denunció.
1. EL COCHE EN EL QUE VIAJARON
Los cinco sevillanos que este lunes se enfrentan a juicio se desplazaron hasta tierras navarras en un coche propiedad de la hermana del guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero. Se trata un vehículo de gasolina matriculado en agosto de 2008, de la marca Fiat y el modelo Bravo.
Sin embargo, una vez ingresaron en prisión los miembros de la Manada, fue el padre del militar Alfonso Cabezuelo Entrena quien, a petición de los padres del guardia civil, lo reclamó ante la Policía Local de Pamplona, que lo mantenía en el depósito judicial. Tras entregárselo, el hombre, A. C. G., de 60 años, trasladó el coche hasta Sevilla.
2. CRISIS DE ANSIEDAD, GINGIVITIS Y LUMBALGIA
El 8 de julio de 2016, sólo un día después de su detención, tres de los imputados por la violación de la chica madrileña de 18 años solicitaron la atención de un médico. Fueron el agente de la Guardia Civil Antonio Manuel Guerrero, Ángel Boza y José Ángel Prenda. Varios policías nacionales los trasladaron bajo custodia a un centro de salud de la capital navarra.
El miembro de la Benemérita sufría una gingivitis y explicó que llevaba varios días sin lavarse los dientes. El galeno que le atendió le realizó un enjuague bucal con agua oxigenada y agua natural.
Por su parte, Ángel Boza sufría una lumbalgia y contó que padecía insomnio. El médico le aconsejó que cada noche se tomara dos comprimidos de medio gramo de Alprazolam, vendido comercialmente como Trankimazin. José Ángel Prenda también requirió de atención médica. Según aparece en el informe médico que recoge el sumario del caso, presentaba una crisis de ansiedad. También le recetaron Alprazolam.
3. EL DNI DE LA CHICA
En la documentación del caso aparece también el DNI de la denunciante. La chica nació el 28 de octubre de 1997. Cuando sucedieron los hechos tenía 18 años. Había viajado en coche desde Madrid hasta Pamplona el día anterior a denunciar su violación. Estaba estudiando primero de la carrera universitaria. Este lunes, cuando se inicie el juicio, tendrá ya 20 años.
4. CONDENAS PREVIAS DE CÁRCEL
Tres de los cinco acusados ya saben lo que es que un juez los condene a prisión. Se trata de José Ángel Prenda, Ángel Boza y el militar de la UME Alfonso Jesús Cabezuelo. Ninguno llegó a entrar en la cárcel porque las penas impuestas no superaron en ningún caso los dos años y un día, período mínimo para que se lleve a cabo el encarcelamiento de un condenado.
El 8 de mayo de 2015 la sección séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla condenó al soldado Alfonso Jesús Cabezuelo a dos años justos de prisión por un delito de lesiones cometido el 15 de diciembre de 2013. El juez aceptó la suspensión de la pena durante los siguientes tres años.
Sobre José Ángel Prenda también pesa una pena de prisión de dos años. En su caso, fue el Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva el que lo condenó en septiembre de 2011 por un delito de robo con fuerza en las cosas cometido en 2009. El magistrado también mantuvo en suspenso la pena durante los siguientes dos años, aunque EL ESPAÑOL no ha podido saber si Prenda cumplió o no dicha condena.
Por su parte, Ángel Boza, el menor del grupo, es un reincidente en el delito de conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas y de negarse a realizar dichas pruebas ante la autoridad. En total, suma condenas de prisión de 9 meses, aunque en algunos casos las saldó con trabajos para la comunidad.
5. LAS HORAS PREVIAS A LA VIOLACIÓN
En la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL se describen los pasos de la Manada la tarde del 6 de julio de 2017, tras presenciar el ‘chupinazo’ que dio inicio a las fiestas de San Fermín. En ese momento ninguno de ellos imaginaba que, horas más tarde, les iban a esposar y a imputar por los delitos de agresión sexual, robo con intimidación y contra la intimidad [La Fiscalía solicita para cada uno de ellos 22 años y 10 meses de prisión].
El juez instructor tiene constancia de lo que hicieron los cinco procesados gracias a que solicitó, días después de su ingreso en prisión, el análisis de los teléfonos móviles de todos ellos.
En una de esas imágenes, datada a las 18.29 horas del 6 de julio de 2016, se observa a José Ángel Prenda vistiendo tan solo unos calzoncillos azules, pañuelo rojo y zapatillas deportivas.
6. EL CAMINO
En el sumario del caso también aparecen las imágenes del momento en el que la Manada y la chica, minutos después de conocerse en la plaza del Castillo, se dirigen a pie hacia el coche en el que la joven ha llegado el día anterior junto a un amigo, que se encuentra descansando dentro del vehículo.
También se incluyen imágenes posteriores, de entre las 03.27 y las 03.48 horas de la madrugada del 7 de julio de 2017. Las captaron las cámaras de vigilancia de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Pamplona. Los cinco sevillanos y la chica que les denunció se habían conocido poco antes, en torno a las 02.50 de ese día.
En estas imágenes -anteriores a la supuesta violación- se ve como tanto la joven como el grupo de sevillanos se encuentran en las inmediaciones del Monumento al Encierro, donde aparecen representado toros y mozos.
La chica, que ha pasado por delante, se marcha a sentarse a un banco de una avenida próxima. Los presuntos agresores sexuales están a medio centenar de metros, junto al monumento.
En imágenes poteriores se observa como el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena aparece agarrado de la mano de otra chica. Justo en ese momento se aproximan tres miembros de la Manada. Son el peluquero Jesús Escudero, José Ángel Prenda, ultra radical del Sevilla FC y miembro de la peña ultra Biris Norte, y el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero. A los pocos segundos se les une Ángel Boza. En las imágenes siguientes se les ve abandonando el monumento al Entierro y a la chica caminando hacia un banco cercano.
7. LA PAREJA QUE ENCONTRÓ EN SHOCK A LA JOVEN
En el sumario también aparecen las imágenes posteriores a la violación denunciada por la víctima, C.L. La joven, tras entrar a la fuerza agarrada por las muñecas y ser forzada a mantener relaciones sexuales con el grupo, salió del portal de la calle Paulino Caballero y se sentó en un banco cercano. Antes, sus agresores le habían robado el teléfono móvil.
A la chica la encontró una pareja que pasaba por la zona. Estaba llorando y en estado de shock. Primero les dijo que le habían robado. Luego les contó que había sufrido una agresión sexual. En las imágenes posteriores aportadas durante la instrucción se ve la llegada de varias patrullas de la Policía Local de Navarra.
8. DELITOS DE “EXTREMA GRAVEDAD”
En sus comparecencias ante el juez los cinco procesados siempre han afirmado que la chica que les denunció, C.L., una madrileña de 18 años, consintió mantener relaciones sexuales con todos ellos -negando que la violaran en un portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona-.
Sin embargo, el juez de instrucción del caso, tras visionar los numerosos vídeos que los encausados grabaron durante la supuesta violación, decidió enviarlos a prisión sin fianza “teniendo en cuenta la extrema gravedad de los hechos” que se observan en las imágenes, “los bienes personales en juego, la necesidad de protección de la víctima así como las elevadas posibilidades de eludir la acción de la justicia ante la gravedad de las penas que en su día pudieran imponerse”.
En aquel portal, los cinco imputados colocaron de rodillas a la chica, la rodearon entre todos y la obligaron a practicarles felaciones a todos ellos. En dichos archivos de vídeo que aparecen en forma de capturas de pantallas en el sumario se observa, además, que Alfonso Cabezuelo y José Ángel Prenda la penetraron vaginalmente y la obligaron a lamerles el ano, mientras que Jesús Escudero la penetró anal y vaginalmente. Tanto Prenda como Escudero eyacularon sin la utilización de preservativo.
Según se describe en el sumario, algunos de los accesos carnales se produjeron de forma simultánea, por lo que la chica fue penetrada anal o vaginalmente por alguno de los acusados mientras el resto, que a su vez de mofaban de ella o se masajeaban los genitales, la obligaban a hacer felaciones a otros.
9. LOS CINCO AL BANQUILLO
Los cinco detenidos el 7 de julio de 2016 en Pamplona tras el primer encierro de San Fermín tienen entre 26 y 28 años. El menor es Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena. Nació el 20 de noviembre de 1988. En unos días cumplirá 29 años. Sus padres son Alfonso y Matilde Victoria. Antes de su ingreso en prisión trabajaba como soldado en la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Morón de la Frontera (Sevilla).
Los otros cuatro presos que el próximo lunes se sentarán ante el juez son José Ángel Prenda, nacido el 25 de diciembre de 1989, hijo de José y Ana; Jesús Escudero Domínguez, nacido el 26 de junio de 1990, hijo de Manuel Jesús y María del Valle; el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero, nacido el 2 de enero de 1989; yÁngel Boza Florido, el menor del grupo, con fecha de nacimiento el 17 de octubre de 1991, hijo de Ángel y María Luisa. Todos ellos residían en el distrito de Amate, una barriada populosa de la capital andaluza.
10. SU ANTERIOR VÍCTIMA...EN POZOBLANCO
Un mes antes de viajar a Pamplona, cuatro miembros de la Manada (a excepción de Ángel Boza) se desplazaron desde Sevilla hasta Torrecampo (Córdoba). Allí, José Ángel Prenda, Alfonso Cabezuelo y Jesús Escudero se vieron con el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero, que estaba destinado en Pozoblanco, un pueblo vecino.
Los cuatro amigos disfrutaron de una noche de juerga en las fiestas patronales de Torrecampo. Durante la madrugada, de vuelta a Pozoblanco, abusaron de una chica dentro de un coche. De nuevo dejaban rastro en forma de vídeo. La joven aparecía inconsciente mientras los ‘lobos’, como ellos mismo se llaman desde niños, la manoseaban y la besaban.
Cuando el juez instructor del caso de la violación de Pamplona mandó analizar los móviles de los detenidos se encontró con este otro vídeo, también difundido en varios grupos de Whatsapp. Como en su día la chica no denunció -no recordaba lo sucedido- se le informó de los hechos y presentó una denuncia meses después. Ahora hay una causa abierta en los juzgados de Pozoblanco contra cuatro miembros de la Manada.
En el sumario se recoge algunos de los mensajes que la chica de Pozoblanco intercambió con una amiga. Su interlocutora, de apodo Coca, le preguntaba si ella había denunciado y le contaba que le había llamado una amiga sevillana que conocía a sus abusadores. También le decía que la madre del agente de la Benemérita lo estaba pasando “muy mal”.
La joven de la que abusaron le reconoce a su amiga que ella presentó la denuncia porque la Policía se presentó en su casa -”me han venido a buscar a mí”, dice- y le explica de modo tajante: “Cuando sepa si puedo darte información te daré, mientras tanto no, pero no soy culpable de nada, y menos de actos de otros. Aquí soy víctima”.
Antes de enfrentarse a ese juicio por los abusos de Pozoblanco la Manada deberá sentarse en el banquillo de los acusados. Será a partir del próximo lunes. La Justicia dictará sentencia.