La hermana leona. Así llamaban los N’derobo, tribu que vivían en la parte trasera de su granja en Kenia, a la escritora Karen Blixen. La danesa, que inspiró a Sydney Pollack para su exitosa película Memorias de África, sólo vivió en este continente durante unos años, un tiempo muy intenso que marcó su vida. Tras tener que volver a Dinamarca por la ruina total de su compañía de café, The Karen Coffee Company, siempre soñó con volver a pisar suelo africano, sin embargo, la Segunda Guerra Mundial terminó por impedírselo.
Nuestra Reina comienza en unos días su relación en solitario con África. Letizia ha estado en varias ocasiones en Marruecos, pero siempre del brazo de su marido, Felipe VI. El próximo 10 de diciembre hará su primer viaje sola al continente. Y aunque son dos mujeres distintas en épocas separadas por el tiempo, hay muchas similitudes entre la escritora danesa y la periodista española. Sobre todo porque han tenido dos destinos inesperados que les han llevado a vivir vidas muy distintas de las que tenían programadas en sus nacimientos.
Karen Blixen nació en el frío de Dinamarca en 1885. Fue educada en Suiza para que se relacionara con la alta sociedad europea, con la idea de encontrar un marido que pudiera solucionar su mayor problema: la falta de fortuna familiar. Sin embargo, el amor, o más bien todo lo contrario, hizo que sus planes cambiaran y terminara con una granja en África a los pies de las colinas de Ngong, en Kenia. La Reina nació en Oviedo, en una familia de clase media y dedicó toda su formación a convertirse en una mujer independiente con una carrera profesional exitosa. Y como con Karen, fue el amor el que cambió su rumbo, para convertirse en la mujer del futuro rey de España.
Seguro que como gran lectora que es, Letizia ha leído alguna de las novelas de Blixen en las que declara su profundo amor a todo lo que significa África. La Reina habrá encontrado, como nos ha pasado a todas las que hemos leído las páginas de la escritora danesa, entre sus letras sentimientos femeninos muy similares a pesar de que entre ellas hay una gran brecha en el tiempo. La esposa de Felipe VI comienza su aventura africana y puede que regrese con el mismo mote hermana leona ya que ella tampoco va de safari, ni en un viaje de placer. Letizia tiene una misión clara en la primera página de sus Memorias de África.
Letizia realizará el próximo 10 de diciembre su segundo viaje con la Agencia de Cooperación Internacional Española, el continente elegido es África y el país, Senegal. Situado en la parte occidental se trata de una de las regiones es más pobres de la zona. Desde sus preciosas costas, todos los meses salían, hace unos años, cientos de inmigrantes en cayucos con destino las islas Canarias, muchos morían en el intento. Cuando España decidió hacer un esfuerzo económico en esta región, enviando a la vez a un equipo de la Guardia Civil, desaparecieron las mafias que trasladaban ilegalmente a estas personas y dejaron de llegar las embarcaciones, en masa, a las playas canarias. Lo que llaman trabajar en el terreno. Y esta es una de las razones que lleva a la Reina hasta este país, conocer de primera mano estos trabajos y proyectos.
Meses preparando el viaje
En Zarzuela llevan meses preparando este viaje y los problemas de logística que conlleva. La agenda marcada programa que Letizia llegue a Dakar el 10 de diciembre, domingo, para comenzar con el trabajo al día siguiente. La esposa de Felipe VI dedicará todo el lunes a conocer un centro de atención de mujeres en la ciudad más importante del país y para reunirse con el embajador español en Senegal, el diplomático Alberto Virela y con las principales autoridades del país. Todavía no está cerrado un encuentro con el Presidente, Macky Sall, que lleva desde abril en el cargo. Probablemente será esta semana cuando se decida si se produce esa presentación. Durante toda su estancia, la Reina estará acompañada por el Secretario de Estado de Cooperación Internacional, Fernando García Casas, que a su vez lleva a sus dos adjuntos y al especialista en la zona de la AECID.
Será el martes cuando comience la verdadera aventura africana. Toda la comitiva se desplazará al sur, donde la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el desarrollo tiene la mayoría de sus proyectos, en una zona llamada Casamance, en las localidades de Ziguinchor y Sédhiou. Llegar a esta zona ha sido el mayor rompecabezas para el equipo de la Reina.
Senegal está atravesada, casi por la mitad, por el río Gambia y el país que debe su nombre a este cauce. Hacer este desplazamiento, desde Dakar hasta Casamance por tierra es poco recomendable por peligroso y además porque se puede llevar más de trece horas. Por lo tanto, hay que hacerlo en avión. Pero ¿qué avión? Han sido varias las reuniones celebradas en los despachos del palacio para poder solucionar este tema. En la mesa la persona responsable de la logística de la Familia Real Emilio Tomé, el encargado de la seguridad de la Casa, Miguel Herráiz (que lleva las riendas de la protección de la Familia Real tras la muerte del Coronel Corona y que está a la espera de que su nombramiento como Jefe de Seguridad se haga oficial, en breve, en el BOE), un adjunto al secretario de estado de cooperación española y un representante del Ministerio de Defensa. Entre todos tenían que decidir qué aparato es el que más interesa que lleve a la Reina a Senegal y cómo montar un dispositivo de seguridad en un país del tercer mundo.
Finalmente se decidió que la Reina viajará de Madrid a Dakar en el Reino de España, un Airbus A-310, uno de los aparatos que el Gobierno de José María Aznar adquirió de segunda mano a Air France en 2002 para sustituir a los vetustos Boeing B-707, y que los Reyes usan para sus desplazamientos en el extranjero. Reformados a fin de instalar sistemas de comunicaciones encriptadas, reforzar los mecanismos de autoprotección y proporcionar áreas de descanso y trabajo (dormitorios, duchas, despachos, salas de reuniones, etc.), ya habían cumplido 20 años, en el momento de su compra, pero no se trata de una edad excesiva para un avión.
Sin pista suficientemente grande para aterrizar
El ’Air Force One’ español pertenece a la flota del 45 Grupo del Ejército del Aire dedicado al transporte de autoridades y misiones especiales. Recién rebautizado como Reino de España, antes sólo ponía Fuerza aérea española, se trata de un avión VIP. Como tal, tiene unas comodidades muy superiores a las de cualquier nave de clase turista, con 62 plazas de primera clase. Se trata de una pequeña sede oficial en el aire. Enmoquetado y con las paredes de madera, el A 310 dispone de un salón con mesa para las reuniones, cocina propia, duchas y dos dormitorios en los que los Reyes pueden descansar y refrescarse.
Alcanza un peso de 157.000 kilos al despegar y pueden recorrer doce horas de vuelo sin necesidad de repostar. Uno de esos aviones, el estado dispone de dos, fue el que se utilizó para el traslado del misionero infectado de ébola, Miguel Pajares desde Liberia a España en 2014. El avión se aisló para evitar el contagio al resto de la tripulación y se instaló una compleja unidad médica en su interior. El día 10 de diciembre volverá a aterrizar en África.
El problema es que la zona de Casamance que visitará la Reina el día 12 de diciembre no dispone de una pista lo suficientemente grande para que pueda aterrizar un Airbus A-310, de tales dimensiones.
Han surgido varias ideas para poder solucionar este contratiempo. En un primer momento se propuso a Casa Real que Letizia y toda la comitiva, el equipo del Secretario de Estado, la secretaría de la Reina al completo, miembros de protocolo, seguridad, Guardia Civil, doncella, peluquera etc… en total unas 40 personas, se desplazaran desde Madrid en dos aviones Falcon 900B. Se trata de dos aparatos pequeños, pero que al ser un vuelo de sólo cuatro horas y media tienen capacidad para llegar a Senegal sin tener que parar a repostar. Además, eso permitiría hacer en esas mismas naves, el martes, el desplazamiento hasta la zona sur del país a travesando Gambia. Esta propuesta del Ejército del Aire fue rechazada por Zarzuela. La Reina quiere viajar desde Madrid en el Airbus, mucho más cómodo y confortable.
Entonces Zarzuela propuso llevar los tres aviones: El Reino de España para el viaje Madrid-Dakar y los dos Falcon para ir hasta la región de Casamance. Desde el Ministerio de Defensa sacaron la calculadora. El consumo medio de un avión comercial tipo A-310 en un viaje Madrid Dakar es de 15.000 kg de keroseno. Al precio civil de combustible de aviación, sería entre la ida y la vuelta, unos 16.000 euros. A esto hay que unirle las dietas de la tripulación, el precio del mantenimiento de los aparatos en el país africano, las tasas aeroportuarias de Dakar y el pago del Eurocontrol.
Si además del Airbus se llevaban los dos Falcon para el desplazamiento interior, cada uno de ellos gasta unos 4.500 euros en combustible para ir vacíos de España a Senegal y sumarle los mismos gastos que al otro: tripulación, tasas, control aéreo, mantenimiento... Al final de la cuenta, salía a pagar, con todo, unos 50.000 euros. Un precio desorbitado para un viaje de cooperación.
Un vuelo sin prensa a bordo
Ante esto, el Ministerio de Defensa ha pedido ayuda al país anfitrión de la visita y a Francia. La Reina viajará hasta África en el Airbus español, para después, volar, ella y toda la comitiva, al sur de Senegal en un aparato del ejército de senegalés. El ejército del aire de Senegal tiene un total de 20 aparatos bastante antiguos, de los cuáles cinco son helicópteros, pero, aunque a estas alturas no está decidido, lo más probable es que sea en un avión propiedad francesa, de la base de apoyo militar que tienen en Dakar. El país galo apoya a su ex colonia con unos 450 militares y seis aviones de transporte, tanto de personas como de materiales, sobre el terreno. El equipo de seguridad trabaja a contrarreloj para poder comprobar la seguridad de uno de esos aparatos y convencer a la Reina, que lógicamente no se fía mucho, de que es fiable. Ella por ahora, no ha dado el visto bueno.
En esta ocasión, la Reina viajará acompañada por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Fernando García Casas, que se estrenará en este tipo de desplazamientos. En su primer viaje de este tipo, que realizó en 2015 a El Salvador y Honduras, le acompañó Jesús Gracia, que ha sido nombrado embajador en Italia.
Los que no van a acompañarla en este viaje, tan atractivo informativamente hablando, es el número habitual de periodistas que van con ella a todos lados. Por primera vez desde que se realizan este tipo de acciones, su antecesora en el cargo doña Sofía realizó casi una veintena, la prensa no viajarán en el avión con la Reina. Esto era como una tradición dentro de los viajes de la agencia de cooperación con dos claras intenciones: la primera, conseguir que un mayor número de prensa cubriera el viaje y por lo tanto, los trabajos de la Agencia Española de Cooperación (AECID), reduciendo mucho los gastos que tenían que hacer los medios para mandar a alguien y facilitando los desplazamientos a los periodistas a los lugares de difícil acceso donde la agencia tenía proyectos. Y dos, estrechar lazos entre la Monarca y la prensa, aprovechando esas horas de vuelo que separaba España de cualquier punto del planeta, para charlar animadamente con la esposa del Rey don Juan Carlos.
Por primera vez los periodistas tendrán que llegar a Dakar por sus propios medios, lo que ha hecho que muchos de ellos se queden en Madrid. La excusa que ha dado Zarzuela para no llevarlos es que no hay sitio en el vuelo, aunque el Airbus Reino de España es más grande que un vuelo comercial.
Tras las quejas y asombro de la prensa habitual que cubre Casa Real, parece que van a conseguir que les incluyan en el pasaje para el desplazamiento hacia Casamance en el avión galo-senegales, aunque todavía no se lo han confirmado desde Zarzuela.
Lo cierto es que si la prensa no consigue viajar hasta el sur del país la parte más importante del viaje se quedará sin más imagen que la del propio fotógrafo oficial de Zarzuela y la redacción de la noticia por parte del adjunto de prensa que le acompañe. En las localidades de Ziguinchor y Sédhiou, Letizia tiene previsto visitar dos escuelas, un centros de atención a mujeres y niñas y una potabilizadora de agua, el mayor proyecto de la agencia española en la zona. Sin embargo, ante la falta de periodistas tendrá que ser la propia Reina la que escriba la primera página de sus Memorias de África.