Los cinco integrantes de ‘La Manada’ declararon durante cerca de nueve horas el día 22 de noviembre para responder al tribunal y las partes en el juicio por la violación múltiple del 7 de julio del año 2016. José Ángel Prenda Martínez es el centro sobre el que gravita el caso ‘La Manada’, en parte por su pose barriobajera – un “patán”, un “imbécil, simple e infantiloide” según su abogado-, en parte por ser el principal artífice de todo en la noche que ocurrieron los hechos.
Fue él quien primero se acercó a la víctima en la Plaza del Castillo, el que sostuvo la puerta en el número 5 de Paulino Caballero para que sus adláteres accediesen al interior. Fue él quien, horas después de los hechos, comentó en uno de los chats que los sevillanos tenían con otros compañeros lo que, a su juicio, acababa de ocurrir: “Follándonos los cinco a una, puto desfase, hay vídeo”. Fue él quien primero respondió a las preguntas de la fiscal. Fue él quien le bajó a la chica los leggins y las bragas. Fue él quien aseguró que la joven madrileña le dijo que tenía que demostrarle con hechos que el sevillano era cinturón negro y que ella podía con cuantos le echaran.
En su declaración hay contradicciones palmarias. Hay también pasajes de amnesia total, en los que, recurriendo al “no me acuerdo” pasa por encima de asuntos trascendentales en el caso. Esa misma amnesia se evapora a su antojo cuando narra otros hechos a los que imprime todo lujo de detalles, acontecidos tan solo minutos antes o después de los que no es capaz siquiera, dice, de recordar vagamente. Aquí diez contradicciones del líder de La Manada en su declaración ante la fiscal.
Escena 1. Un relato diametralmente opuesto al de la víctima
“El paso es de, a nosotros nos parece atractiva, nos parece guapa; nosotros le parecemos atractivos, pues vamos a buscar un sitio”. Prenda se acerca al banco en el que C. está sentada en la Plaza del Castillo. Mientras que el acusado mantiene esa versión, la joven en todo momento explica que esa conversación no existió.
La chica acababa de hablar por teléfono con un joven al que había conocido esa misma noche y le preguntaba que dónde estaba. Como no iban a poder verse, la víctima decidió en ese momento marcharse a dormir a su coche. “Yo me volví a acercar al banco, que era donde estaban estos chicos y ya les dije que me iba a ir al coche para descansar, que ya no pintaba nada, la gente que conocía se había ido. Y ya fue cuando me dijeron: ‘Ah, pues vamos nosotros contigo’".
Escena 2. Una conversación de sexo que nunca existió
“Textualmente, esas palabras las tengo en mi cabeza: ‘Con dos, tres, cuatro, cinco, con los que me echen’”. Prenda afirma a la fiscal que, en apenas cinco minutos sentados en el banco, la chica decide mantener sexo con ellos sin condón, sin negarse a nada de lo que le pidiesen y sin conocerles. “Yo le dije qe ella me encantaba. Siguió diciendo ella que éramos los dos super atractivos. Que nunca había estado con un sevillano...”.
Sin embargo, la joven explicó que no hablaron de sexo en ningún momento, que esa conversación no existió. Y que no recordaba el comentario de que “nunca había estado con un sevillano”. Si acababa de hablar con su amigo para quedar con él y al final decide irse a dormir a su coche, ¿por qué de repente, en apenas cinco minutos, decide mantener sexo con un grupo de jóvenes cuyo nombre no conoce, sin precauciones y sin ningún tipo de premisa previa?
Escena 3. La memoria selectiva de Prenda
Como decíamos, en la declaración de Prenda se esboza el provecho que le saca a su memoria selectiva. “Yo soy una persona despistada”. “Esa declaración fue el dos de septiembre, a poco del siete de julio, y han pasado 16 meses y no me acuerdo exactamente… Si en la declaración dije eso, sería así… Ahora ya lo tengo como un poco más nublado”.
Sn embargo, el líder del grupo no duda en utilizar toda profusión de detalles cuando narra lo que le ocurre a la joven víctima. Pese a que desde que ocurrió todo aquello hasta ahora han pasado más de 18 meses. Un claro ejemplo son los detalles de lo que ocurre dentro del portal. Prenda recuerda a la perfección cómo ella hace una cosa, hace otra… Sin embargo, no recuerda detalles trascendentales como el de si le dijeron a la joven que la estaban grabando. O si ella consintió.
Escena 4. “Tampoco veía mal” difundir el vídeo a sus amigos
-El comentario fue, juraría que al grupo de La Manada, y dijde: “Hemos follado los cinco, hay vídeo” - detalla Prenda-.
-¿Y por qué dijo lo del vídeo?
-Pues porque pensé que Antonio estaría dispuesto, mínimo, a enseñarlo.
-¿Y por qué iban a enseñarlo?
-Tampoco lo veía mal, como una parte de la fiesta más.
A Prenda no le parece mal difundir un vídeo sin el consentimiento de la joven, atentando contra su intimidad y con una presunta violación múltiple sobre la mesa. Minutos después, en cambio responde a la fiscal que los policías que les registraron y que les incautaron los teléfonos en dependencias policiales “no tienen ningún derecho” a indagar en su vida privada. Acusado de violar a una chica.
Escena 5. “Fóllame”, pero en el vídeo se acredita la actitud pasiva
Prenda afirma que la joven, ya dentro del portal, dice a Jesús Escudero “Fóllame”. Ella no pronunció esa palabra en ningún momento. Ni por asomo eso sucede.
En los 96 segundos que tiene el vídeo la joven está todo el rato en una actitud pasiva, en shock, sin decir una sola palabra y tratando de que todo “acabase cuanto antes”. C. en ningún momento muestra esa disposición de la que Prenda la acusa. Estaba en todo momento con los ojos cerrados, deseando que aquello terminase.
Escena 6. Semen en las bragas
Prenda reincide una vez más en otra contradicción ante una nueva pregunta de la fiscal sobre los últimos minutos en el portal. Eran las 3:26 de la madrugada.
-¿Eyaculó cerca de ella?
- No.
-Ha escuchado que había semen suyo… en las bragas.
- Pues… antes de llover chispea. No me daría cuenta si en ese momento se me fue un poco.
Semanas después de que se produjese la presunta violación, las pruebas recabadas en el portal por los agentes acreditan que había 6 manchas de semen en el pequeño cubículo. También en su ropa interior y, según los exámenes que se le practicaron esa misma mañana, en sus partes íntimas.
Escena 7. El beso negro
Hay un pequeño espacio de tiempo entre el último de los actos sexuales y el momento en el que los cinco sevillanos salen del portal. A las 3:26:03 Prenda obliga a la joven a practicarle un beso negro. Otro lo fotografía. Menos de cuarenta segundos después, ya están todos en la calle. Pregunta la fiscal.
-¿Hizo todo lo que me está diciendo en un minuto?
-Sí, sería… Ya le he dicho que no recuerdo si cinco, si diez, si un minuto. Después me masturbé.
Tras esto, sin mediar palabra, se marchan sin despedirse. La joven se queda tirada en el portal y le han robado el teléfono. Si tan consentido era el sexo, se preguntaba Víctor Sarasa, uno de los abogados de la acusación hace una semana, ¿por qué hicieron algo así? “Lo que hace el señor Prenda es la plasmación gráfica de la vileza”.
Escena 8. “Lo primero fue empezar a quitarle la camiseta a Alfonso”
“Yo juraría que lo primero, lo primero, fue besarse con Alfonso (el militar), empezar a quitarle la camiseta (a Alfonso) y decirme a mí eso”.
Sin embargo, como se puede ver en los vídeos que ellos mismos grabaron, cuyas imágenes publicó EL ESPAÑOL, Alfonso Cabezuelo Entreno se encuentra en todo momento con la camiseta puesta. Es otra de las contradicciones en las que incurre Prenda.
Escena 9. Sexo oral a la víctima
“Le bajé los pantalones y le hice sexo oral”. Prenda afirma que eso fue lo primero que ocurrió y que él fue el causante de ese acto. Sin embargo, la chica mantuvo en todo momento que eso no había ocurrido nunca, que, efectivamente, ninguno de ellos le había practicado sexo oral. Ese hecho no tuvo lugar.
El lugar en el que ocurren los hechos es una pequeña ratonera en la que malamente caben cinco personas muy apretadas. La teoría de Prenda, por tanto, se deshace, ya que no existía el espacio suficiente para realizar esa práctica sexual. Material y físicamente resulta imposible.
Escena 10. La pasividad de la víctima.
“¿Ella manifestó lo que quería que le hicieran?”, pregunta a Prenda la fiscal. “La primera manifestación fue la que ella me hizo de “ me tienes que demostrar, y ya después pues no me acuerdo si ella dijo… Pero seguramente diría… O se dirigiría hacia uno que en ese momento tuviese ganas”. Una vez más, el joven sevillano no se acuerda.
Este cambio contrasta con su primera declaración en juzgado. Entonces afirmó que en más de una ocasión, ella era la que decía lo que quería hacer. Ahora Prenda no lo tiene tan claro. Duda. La amnesia vuelve a su cabeza al hablar de la víctima.