Rodrigo Lanza, el joven antisistema detenido por matar a Víctor Láinez, se ensañó con él después de golpearle la cabeza con el sillín de su bicicleta. Según detalla el auto de la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, Natividad Rapun, Lanza le pateó la cara cuando ya estaba moribundo en el suelo.
En su escrito, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la magistrada destaca que los informes médicos descartan que Láinez tuviera ocasión de defenderse. Lanza alegó en su versión, que detalla el interrogatorio publicado por este periódico, que se había defendido debido a que el hombre, de 55 años, había sacado una navaja con la que iba a atacarle. Ese arma no apareció en la escena del crimen.
La juez relata en su auto que los testigos presenciales aseguraron que el motivo de la agresión fue "el simple hecho de portar, en el legítimo uso de su libertad personal, unos tirantes con los colores de la bandera española". La juez realiza una detallada exposición de los hechos que ocurrieron en el bar El Tocadisco en la madrugada del pasado 8 de diciembre.
Ese fue, dice, el único motivo por el cual Lanza golpeó a Láinez "por la espalda sin posibilidad alguna de defensa y utilizando al efecto un objeto lo suficientemente contundente como para provocarle una fractura ósea" en la cabeza que le causó una hemorragia y le afectó al cerebro. Según el informe preliminar de la autopsia esta fue la "lesión principal y causa de la muerte".
A prisión
Cuando Láinez se desplomó al suelo, su presunto agresor continuó golpeándole. "Le propinó fuertes golpes en la cabeza, quizá patadas, que le provocaron la rotura de los huesos propios de la nariz y zonas adyacentes". La juez, a la vista de los hechos, recalca la "gran intensidad traumática" de la agresión "tanto en la parte posterior como anterior de la cabeza, sin que se aprecien signos externos de reacción o defensa de su cuerpo".
Lanza está ya en prisión comunicada y sin fianza por orden judicial. "No existe duda de la identidad del autor de los hechos", dice la magistrada. El joven de 33 años fue identificado al momento por el dueño del bar, cinco clientes y las tres personas que acompañaban al propio agresor. La juez, así, argumenta que trata de evitar "una posible reiteración delictiva, no siendo descartable que el investigado pudiera protagonizar nuevamente conductas violentas frente a personas que le desagradan bien por su ideología, bien por los signos externos que la representan".
Lanza ha reconocido que él fue quien golpeó a Láinez. No obstante, alega que lo hizo en defensa propia, "para evitar una posible agresión con arma blanca". La versión del joven "entra en clara contradicción con los informes médicos".