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    Los restos mortales de Ramón Sampedro descansan desde 1998 en el cementerio de la iglesia de Santa Mariña de Xuño.

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    En el cementerio se mantiene vivo el legado de Sampedro. En la imagen, un cartel que defiende "el derecho a una muerte digna en memoria de Ramón Sampedro".

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    El nicho que ocupa Sampedro es el quinto por la derecha en la tercera fila comenzando por abajo.

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    En la playa de As Furnas en Xuño, Porto do Son, se rinde homenaje de Ramón Sampedro con un busto que recuerda su figura.

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    Un busto rememora al precursor de la eutanasia en España.

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    En la playa de As Furnas fue donde Sampedro se quedó tetrapléjico.

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    "Defensor de la vida y la muerte dignas. Marinero en tierra. Poeta, vecino y amigo".

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    El busto y el monolito son fácilmente reconocibles desde el horizonte.

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    El tiempo se detiene al llegar a la casa natal de Sampedro, en Sieira, Xuño.

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    La habitación se mantiene idéntica veinte años más tarde.

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    Sus descendientes han conservado los recortes que protagonizaba.

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    La luz que llega por la ventana inunda la habitación.

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    Ramón Sampedro fue un pionero. Tanto, que su historia saltó a la gran pantalla.

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    Su movilidad estaba reducida a su cabeza.

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    Se valía de su boca para pasar las páginas de sus lecturas.

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    Ramón Sampedro con su amiga Ramona Maneiro.

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    Ramona fue quien le ayudó a conseguir el cianuro.

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    La familia de Sampedro siempre estuvo en contra de la decisión de éste de poner fin a su vida. También acusó a Ramona Maneiro de asesinato.

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    El informativo de Antena 3 emitió los cinco primeros minutos del vídeo que Sampedro hizo grabar antes de morir.

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    Sampedro ingirió el cianuro a través de una pajita.

Mónica Vila Ferreirós