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—¿Tienes miedo?
—No, ninguno.
Cuesta creer esa respuesta en boca de quien no hace mucho salió de su casa a comprar el pan y se topó con unas pintadas en la fachada de su casa. Era temprano. El rojo lo llenaba todo, el telefonillo, la puerta, el buzón… Simulaban una diana y en el centro de los círculos concéntricos había pegadas varias fotos con las caras de sus cuatro hijos.
Como sucede en los cómics, en las historias de héroes, los villanos tejen sus artimañas en torno al entorno de los superhombres. Donde todos flaquean. La parte frágil. La criptonita. También ocurre en la realidad. Le pasó a Spiriman, el —para muchos— médico defensor de la sanidad pública de calidad en Andalucía y uno de los personajes más críticos con la socialista Susana Díaz, a quien en este tebeo, muy real, el galeno le atribuye el papel de villana.
“Sé que ella no las hizo, porque no tuvo las narices de venir a la puerta de mi casa a pintarlas, aunque lo deseaba —denuncia Spiriman—; pero la responsable de esto se llama Susana Díaz, la culpo a ella como instigadora de estas pintadas”.
El médico de Urgencias Jesús Candel, alter ego de Spiriman, cargó con dureza contra la presidenta de la Junta en un vídeo que colgó en Facebook poco después de descubrir las amenazas. “Susana, eres una hija de puta”, inquiría el galeno, agitado y lloroso. “Esto no se admite ya —seguía—, no tenéis vergüenza; sois unos mierdas, socialistas de mierda, nazis de mierda, no afrontáis la puta realidad”.
El incidente a las puertas de su casa coincidió con varios expedientes contra el médico abiertos por el Colegio de Médicos de Granada, ciudad en la que ejerce. También con otros del Servicio Andaluz de Salud y dos denuncias en los juzgados. Una veintena en total.
No sabe el número exacto de expedientes que obran en su contra. Y a juzgar por el desdén con el que se refiere a ellos, no les da mucha importancia. Pese a que en uno de ellos, ya archivado, se pedía su inhabilitación. Tampoco parece inmutarse cuando habla de las denuncias en los juzgados interpuesta por dos nefrólogos. “Uno es el jefe del servicio, el cabrón Antonio Osuna, que me pide 40.000 euros por faltarle al honor; y otra es de su mano derecha, su lameculos número uno, Magdalena Palomares”. Y tan pancho.
Han dicho de él que es homófobo, pesan sobre Candel unas ochenta acusaciones de acoso machista a las que quita trascendencia recomendando a las presuntas víctimas que acudan a los tribunales si se creen agraviadas. Y una orden de traslado de su puesto de trabajo que cumple desde hace días.
Una maraña de acusaciones y una crisis de ansiedad
La maraña de acusaciones, expedientes y denuncias, las amenazas y el cambio de trabajo se han tornado criptonita para el superhéroe y Jesús Candel pidió la baja por una crisis de ansiedad. Ya recuperado, el médico explica que fue una descarga de estrés. “A veces uno aguanta bien los ataques propios, pero no los que van dirigidos a otros compañeros”, apostilla.
Un punto de inflexión desde que empezara su cruzada contra la fusión hospitalaria en Granada en octubre de 2016 y sacara a la calle a más de 40.000 granadinos. Luego llegarían otras manifestaciones. Algunas con más de 150.000 personas; otras también en otros puntos de Andalucía. Y, por medio muchos coqueteos de todos los partidos políticos del arco parlamentario andaluz. A todos dijo que no.
—Se conjetura mucho con la idea de que dé el paso a la política. ¿Zanja la polémica?
—En la vida entraré en política, nunca, nunca perteneceré a algún partido político. Pero he recibido ofertas, de todos, de todos, directas e indirectas. Me han llegado a prometer futuro en algunos partidos.
Todos respetan, y quieren para sí, su proselitismo en las redes sociales, donde lleva colgados cientos de vídeos con una respuesta foribunda por parte de sus seguidores contra las altas esferas de la Junta de Andalucía.
Spiriman ha conseguido la dimisión del viceconsejero de Sanidad, Martín Blanco, ideólogo de la fusión hospitalaria en Granada; también ha logrado que Susana Díaz firmase revertir esa fusión y dotase de dos hospitales completos a la ciudad nazarí. “Creía que después de esa maniobra iba a resultar ilesa y dar calma a un conflicto que le podía pasar factura en las primarias del PSOE a la secretaría general, pero nosotros seguimos dando guerra”, explica Candel a EL ESPAÑOL.
“Antes podíamos presumir que teníamos la mejor sanidad del mundo, pero ahora no”, critica Spiriman. “Han puesto a dedo como directores de unidades de gestión a gente afín al PSOE con currículums desastrosos y sin superar pruebas de selección constitucionales que priman la igualdad, el mérito, la capacidad e idoneidad —sigue Candel—; son cargos inventados, han roto la sanidad”.
El PSOE, una “organización criminal”
“Y lo han hecho a sabiendas de que no se podía hacer, por eso siempre hablo yo de organización criminal: personas que se unen para delinquir de forma contumaz”, sentencia el galeno.
—¿Quién compone esa organización criminal?
—Políticos.
—¿De algún partido concreto?
—Del Partido Socialista Obrero Español.
—¿Y quién la lidera?
—Los presidentes y consejeros: Chávez, Griñán, Susana Díaz… Ellos dirigen una organización que se dedica a delinquir de forma consciente. Y es un partido que atreve a llamarse de izquierdas y defensor de la sanidad pública. Es una barbaridad.
—¿Esa organización criminal tiene un efecto nocivo en la sanidad pública andaluza?
—Totalmente. Viene a dejar sin un derecho fundamental, la sanidad gratuita y universal, a las personas que tienen menos medios. Están favoreciendo la privatización de la sanidad y que gente que no tiene medios para pagarse una sanidad privada sean los más afectados. En Granada hemos notado un enorme crecimiento de los seguros privados debido a las largas listas de espera.
—¿Qué beneficio persigue para sí misma esa organización criminal?
—Pasan el dinero público a través de fundaciones, agencias y hospitales que llaman de Alta Resolución donde no hay control. Es una estrategia muy bien elaborada, crean entes instrumentales, esa administración paralela, donde colocan a sus familiares y se aprueban concursos con licitaciones públicas amañadas. Y siempre relacionados con el PSOE. Están privatizándola para beneficio de gente ligada al partido. Creo que es una corrupción mucho peor, porque roban de forma continua y a largo plazo.
—¿Financiación ilegal?
—Mantienen a gente del partido, a políticos que sobran, que están viviendo a consta de nuestra salud y del dinero de la sanidad. Se están financiando ilegalmente. Tienen a miles de políticos que se han saltado los principios constitucionales para acceder a puestos públicos, en detrimento de quienes aprobamos unas oposiciones y conseguimos nuestra plaza, y se han creado puestos inventados con cargos de responsabilidad. Jefes, directores… que han llegado ahí por obra y gracia del Espíritu Santo, por estar en el partido socialista. Y estos a su vez externalizan servicios a favor de allegados del PSOE: limpieza, mantenimiento, pruebas diagnósticas… No es ético, no es moral. La hemodiálisis en Granada es un ejemplo de eso. El centro concertado que recibe más pacientes para dializar es del cuñado de Gaspar Zarrías —presidente interino de la Junta entre Chaves y Griñán—.
Muchas de las prácticas denunciadas en sus vídeos también han tenido curso en los tribunales. Candel, en representación de la asociación Justicia por la Sanidad, que él mismo preside, ha interpuesto una querella en la que acusa a nueve altos cargos de la Junta, entre los que se incluye la consejera de Sanidad y otros tantos predecesores, por prevaricación continuada en la política de nombramientos “ilegales”.
Sus insultos, algo más que provocación
Por ahí pasará su estrategia. Denuncia en los juzgados y en los medios, en sus propias y nutridas redes sociales, “que es donde le duele a los políticos”.
—Ha interpuesto una denuncia contra consejeros de la Junta, ¿se plantea denunciar también a Susana Díaz?
—Por supuesto, porque ella es la última responsable de todo. Pero ahora la justicia la protege. Por eso primero vamos a ir a por los cargos que están por debajo de ella. Caerán médicos, funcionarios, jefes, consejeros… Vamos a denunciar a todos, caiga quien caiga. Susana no es la única responsable. Ella es una inútil, una inepta; como Rajoy o Zapatero.
—Inútil es de lo más blando que ha llegado a decirle a la presidenta, pero ha habido palabras más gruesas y ella ha admitido en el Parlamento que se niega a hablar con quienes insultan, en referencia a usted. ¿Qué más le ha llegado a decir?
—Hija de puta, pero tiene una connotación: mala persona, según la RAE. También está otra, hija de una prostituta. Pero yo lo expliqué. “Eres una hija de puta” en el contexto de mala persona. Y puedo demostrar que es una mala persona, y me encantaría demostrárselo a un juez. Espero y deseo que ojalá algún día Susana, si realmente no es una hija de puta me ponga una denuncia por faltar a su honor. Todavía no he recibido ninguna respuesta suya negándolo.
—Parece como si desease que lo denunciaran.
—Bueno es una estrategia y veo que eres más inteligente que otros periodistas. Hay que tener una visión a largo plazo. Vivimos en una sociedad en la que domina el estado del miedo y eso evita que las cosas no se arreglen. Cuando sabes estas barbaridades, lo único que me queda es poder explicárselas a un juez, ya que otros no son capaces de denunciarlas, porque se sienten amenazados. Si yo voy a dar el paso para dar luz a tantos problemas como los que se cuecen en la sanidad, pues yo le pongo un adjetivo calificativo a quienes lo hacen: cabrón, hijo de puta, sinvergüenza… y deseo que me denuncien porque estaré encantado de pagar la multa por faltar a su honor, pero puede que no tengan ese honor.
Los insultos retumban en la boca de Candel. Los disfruta, como si los paladease. Se recrea con las consonantes explosivas. Alarga las vocales. Elabora con mimo cada palabra, a cuál más gruesa, y las vierte al aire con gozo. Solo con eso se vaticina que, por dura que esté siendo la batalla, las armas seguirán en ristre por mucho tiempo más. Que parece imposible destruir a Spiriman. Todavía no hay criptonita para el héroe de la bata blanca.
—¿Cuándo acabará la lucha?
—Nunca. He aprendido que en el mundo existe el bien y el mal. Hay delincuentes que roban, otros asesinan… Y hay que conseguir que predomine el bien. Y mientras exista el mal, Spiriman estará ahí.