“Nacho el Raciones” entra en una tienda oficial del Real Madrid, saca el móvil y se graba cantando “Puta Real Madrid” de forma compulsiva, a grito pelado. No le importa que el establecimiento esté lleno de aficionados rivales. De hecho, es lo que le pone: la provocación y la violencia. Antes de que los agentes de seguridad le puedan echar el guante, sale por su propio pie del comercio, orgulloso de su hazaña y con la sensación del trabajo cumplido.
Altivo, arrogante, impulsivo y peligroso. Muy peligroso. Ignacio Racionero, “Nacho el Raciones” es un tipo que ha hecho de la violencia y la provocación su forma de vida. Este viejo ultra del Atlético de Madrid saltó a los medios de comunicación hace veinte años por estar imputado en el asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta. Ahora ha vuelto a copar portadas por agredir a un aficionado. Lo sorprendente es que esta vez ha herido a uno de su mismo equipo.
Ni una lucha de poder en el Frente Atlético, ni un ajuste de cuentas contra el entorno del testigo protegido del Caso Jimmy. El apuñalamiento de un joven de 22 años este miércoles en las inmediaciones del Wanda Metropolitano tiene una explicación mucho más irracional si cabe. "Nacho el Raciones" andaba ebrio, bebiendo en un bar próximo al campo de fútbol. Otro aficionado, también ebrio, cruzó con él la mirada. "Nacho el Raciones" pidió explicaciones. La víctima intentó rehuir el conflicto, pero ya era tarde. Nacho decidió asestarle tres puñaladas -en espalda, muslo y brazo- huir y tirar la navaja en un parque.
Involucrado en el asesinato de Zabaleta
El suceso de este miércoles y la muerte de Zabaleta en el 98 no son episodios aislados en la vida de "Nacho el Raciones". Cuentan los que le conocen que en los 90 era "habitual" verlo pegar palos en pequeños comercios de Madrid. Sobre todo en las farmacias. "Un delincuente habitual, un kinki que se ponía hasta el culo de todo. Teóricamente no podía, porque en los grupos de extrema derecha en aquella época no estaba tolerado el consumo de drogas. Pero este se ponía hasta arriba, por eso le gustaba tanto hacerse farmacias”.
Relatan fuentes próximas al detenido que, tras su reciente salida de prisión, andaba desubicado. Intentó volver al Frente Atlético, pero no acabó de encontrar su sitio. Principalmente porque ya no hay nadie de la vieja guardia que le avale. “Además es que es una bomba de relojería. Se le va la olla y te la lía sin venir al caso. Es muy de la vieja escuela. No interesa esa gente”, cuentan. Tampoco encontró su lugar en Suburbios, una escisión del Frente Atlético que mantiene fuertes vínculos con Outlaw Madriz, una escisión de Ultras Sur. Ambos están relacionados con Hammerskin, la banda de nazis más peligrosa del mundo.
Pero el tiempo de "El Raciones" ya ha pasado. No lo echaban porque de algún modo sigue siendo una vieja gloria del movimiento ultra, pero tampoco cuenta en la actualidad. El miércoles andaba por el entorno del Wanda Metropolitano, tal vez borracho, tal vez puesto de otras sustancias, tal vez con ganas de demostrar que sigue siendo un tipo peligroso, tal vez todo junto. Ese cóctel hizo que un joven de 22 años que pasaba por allí pagase su ira, como la pagó en su momento Aitor Zabaleta.