La Policía Nacional está registrando una vivienda en Pontevedra en relación con el caso de Sonia Iglesias, desaparecida en la ciudad en agosto de 2010. Se trata de la casa de su ex pareja, Julio Araújo, la última persona que la vio la mañana en la que desapareció. La mujer, de 37 años de edad, se dirigía a trabajar. Desde entonces, nadie ha vuelto a saber de ella.
Desde primera hora de la mañana, un amplio dispositivo policial acudió al lugar para rastrear la propiedad, con la presencia de la expareja de la mujer, situada en las inmediaciones del cementerio de San Mauro, y que es propiedad de la familia de este hombre. Desde la desaparición de la mujer, Araújo ha sido el único imputado por el caso, que se archivó por falta de pruebas contra él.
A primera hora agentes policiales han acordonado la zona e integrantes de la Policía Científica se encuentran en el interior del domicilio.
Un georradar para el registro
Fuentes de la investigación han confirmado a EL ESPAÑOL que en el interior de la casa se encuentra el que en su día fue el único investigado por la desaparición de la mujer, su expareja. El hombre, según confirman fuentes de la investigación, no está detenido de momento, sino que asiste por su relación con la propiedad del terreno.En el registro se está empleando un georradar en la finca trasera del inmueble y al lugar han llegado un laboratorio móvil de la científica y más agentes.
El inmueble está situado en una de las salidas de Pontevedra hacia la zona rural, cerca del cementerio de la ciudad.
El rastro de Sonia Iglesias se perdió un día de agosto de 2010 después de que la mujer acudiera a una zapatería de la ciudad y ya no acudiera a su puesto de trabajo como dependienta de un establecimiento comercial del centro de Pontevedra.
Su expareja y padre de su hijo llegó a declarar como investigado por esta desaparición, pero finalmente la justicia retiró la imputación y archivó el caso en abril de 2015 por falta de pruebas.
La familia de Sonia siempre ha mantenido sus sospechas sobre la expareja. Cada año, desde la desaparición, un concentración multitudinaria recorre Pontevedra durante el mes de agosto para exigir que se aclare el caso.