Tras el vandalismo, el terrorismo llegó a Cataluña: 40 años de las bombas de Terra Lliure
Todo empezó en 1978. La calle estaba revuelta y un grupo de independentistas se fueron al País Vasco francés a que ETA los entrenase. El bagaje de esta banda fue de 196 atentados, 5 muertos (4 de sus propias filas), una mujer asesinada por error y un disparo en la pierna a Federico Jiménez Losantos
1 abril, 2018 02:51Noticias relacionadas
En 1978, en plena transición, las calles estaban revueltas en Cataluña. Existía un clima de crispación y vandalismo no tan distinto al de nuestros días. Fue entonces cuando una parte del independentismo catalán optó por la vía del terrorismo. Y no el de baja intensidad, como el que desplegan ahora los CDR y su nuevo concepto de kale borroka. Terrorismo al uso, con bombas y asesinatos. Este año se cumplen 40 del nacimiento de Terra Lliure (Tierra Libre), un intento de ETA a la catalana que no se caracterizó precisamente por su efectividad.
Terra Lliure fue, para unos, el brazo armado del independentismo catalán de los 80. Para otros, una gran chapuza terrorista. Las cifras hablan: la organización duró 17 años en los que cometió 196 atentados. El balance fue de 5 muertos, de los cuales 4 fueron miembros de la propia banda. 3 de ellos explotaron mientras manipulaban bombas que iban a colocar. El cuarto fue tiroteado por la Guardia Civil cuando iba a cometer un atraco, que era la forma de financiación de la banda.
La única víctima mortal que no formaba parte del grupo terrorista fue una mujer que no tenía nada que ver con la política, ni con el independentismo ni con el terrorismo. Una señora cuyo único delito fue estar durmiendo al lado de un lugar en el que Terra Lliure puso una bomba.
El embrión de Terra Lliure
Terra Lliure se gesta en 1978, en plena transición democrática. El contexto social tampoco era tan distinto del actual. Numerosos grupos independentistas de agitación callejera vandalizaban las calles catalanas. En España, no obstante, las bandas terroristas no eran algo nuevo y ya llevaban años siendo un problema. La principal era ETA, que llevaba matando dese 1968.
En Cataluña también había una banda terrorista que ya había asesinado. Se llamaba ÈPOCA (Acrónimo de Exèrcit POpular CAtalà). El ÈPOCA fue el responsable de matar, en 1977, al empresario José María Bultó, el dueño de la empresa de motos Bultaco. La operación fue así: Bultó estaba comiendo una tarde en casa de su hermano. De pronto, 5 terroristas armados asaltaron el domicilio y pegaron en el pecho de Bultó un objeto metálico del tamaño de una tableta de chocolate. Luego le pidieron 500 millones de pesetas. Bultó se negó a pagar y los terroristas se marcharon, avisándole de que lo que le habían pegado al pecho era una bomba de presión, que explotaría cuando se la intentase sacar. Bultó atravesó toda Barcelona con una bomba pegada al pecho y pensaba ir a denunciar el hecho a comisaría, pero prefirió pasar primero por su casa para despegarse el artefacto en el lavabo. Allí reventó, muriendo en el acto.
Uno de los autores de ese crimen, por cierto, es Carles Sastre, que era miembro del ÈPOCA y luego se pasó a Terra Lliure. Sastre fue condenado por aquel crimen a 30 años de cárcel, aunque ahora está en la calle. En la actualidad es una figura activa del actual Procés. Fue uno de los invitados a la cumbre independentista organizada por Puigdemont sobre el referéndum de octubre.
El ÈPOCA también mató al exalcalde de Barcelona Joaquín Viola y a su mujer en 1978. Por esos tres crímenes hubo detenciones y ese mismo año el grupo quedó prácticamente inactivo.
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"Los independentistas fuimos los grandes derrotados de la Transición"
Josep Serra
Dirigente de Terra Lliure
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Entrenados por ETA en el País Vasco francés
Deslumbrados por las actuaciones del ÈPOCA y convencidos de que el independentismo catalán necesitaba un brazo armado, un grupo de jóvenes independentistas catalanes miembros del PSAN-N (Una escisión del PSAN, Partit Socialista d'Alliberament Nacional) cogieron el relevo. Se pusieron en contacto con ETA, que era el gran referente terrorista en España, para que les proporcionasen armas y entrenamiento militar. Los vascos aceptaron, con la idea de convertirlos en una especie de sucursal.
Así, los fundadores de este nuevo grupo terrorista catalán se fueron a Iparralde (el País Vasco Francés) a recibir adiestramiento. Los etarras les enseñaron (con éxito dispar, como después podremos comprobar) a fabricar bombas. “Nos advirtieron también de que la vida de un comando terrorista es de tres meses. Que a partir de ahí, todos muertos, presos o en el exilio. Nosotros dijimos que adelante”, explica Fredi Bentanachs, uno de los fundadores de Terra Lliure, en un documental.
Pegando palos para sobrevivir
Corría el invierno de 1978, y tras el periodo de entrenamiento en Iparralde, los etarras les facilitaron a los cachorros catalanes un arsenal compuesto por 2 subfusiles Sten, 5 pistolas Firebird y 5 kilos de Goma-2. Todo ello a cambio de que perpetrasen algunos atentados en Cataluña contra objetivos franceses. Ya estaba todo listo para que los nuevos terroristas catalanes se dispusieran a atentar a lo grande.
El problema es que no tenían dinero. Se tenían que financiar atracando y pegando palos. Uno de los terroristas llamado Felix Goñi trabajaba en una empresa llamada Cosmética Barcelonesa y propuso ir a robar allí. Eso fue antes de que los vascos les diesen las pistolas, así que estos cinco terroristas novatos tuvieron que entrar a cara descubierta y con cuchillos. Ataron y amordazaron al conserje y robaron 500.000 pesetas. Al huir se pudieron tan nerviosos, que uno de ellos tuvo que entrar al coche en el que se fugaban por la ventanilla. Fue la primera acción documentada de Terra Lliure, que todavía ni siquiera tenía nombre.
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“El fenómeno de las CUP, que recoge muchas de las luchas populares hoy existentes, es deudor de ese trabajo que se hizo en el pasado”
Quim Pelegrí
Fundador de Terra Lliure
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Los dos primeros muertos
El 26 de enero, primer gran atraco y primer gran fracaso. El primer comando de este nuevo grupo terrorista se disponía a atracar un furgón que trasladaba dinero de Banca Catalana. Habían preparado el palo con antelación. El terrorista Quim Pelegrí había alquilado un coche para cometer el delito y lo había dejado aparcado en la calle Diputació de Barcelona.
El día escogido para el atraco, los terroristas llegaron montados en un Renault 4L (un modelo conocido coloquialmente como 'Cuatro Latas') a coger el coche de alquiler, pero se dieron cuenta de que la policía había puesto allí, casualmente, un control policial para proteger a un abogado. Los terroristas no estuvieron hábiles y dieron dos vueltas a la manzana para esperar a que se fuese el Land-Rover policial. A la tercera, un agente ya mosqueado les dio el alto. Los terroristas se asustaron. “Tira, tira”, dijo uno de ellos. El conductor aceleró. El cabo de la Guardia Civil vio que huían y disparó, acertando de lleno al terrorista Martí Marcó, de 19 años, que fallecía días después a causa de las heridas de bala.
Esperaron dos meses para cometer la siguiente acción. No olvidaban el encargo que les habían hecho los etarras: atentar contra objetivos franceses. Por ellos, y siguiendo una lógica aplastante, decidieron poner una bomba en un concesionario Renault. La noche del 26 de mayo colocaron dos kilos de explosivos en el concesionario, pero los activaron mal y aquello no explotó. Recogieron los explosivos y se marchó cada uno a su casa.
Se prepararon durante una semana y volvieron el 2 de junio al mismo concesionario, esta vez sí, con los deberes hechos y la lección bien aprendida. Esta vez sí que reventaría la bomba. Dos de los terroristas (Fredi Bentanachs y Griselda Pineda) vigilaban. Mientras, Quim Pelegrí (el que alquiló el coche para el primer atraco) y Félix Goñi (el que trabajaba en la empresa donde pegaron el primer palo) fueron los encargados de poner la bomba. Bomba que, esta vez sí, explotó. El problema es que les estalló en la cara, algo antes de lo esperado. Resultado: Félix Goñi muerto y Quim Pelegrí herido de gravedad. La policía detuvo a los otros dos miembros que vigilaban. Así, a mediados de año, la banda terrorista todavía no tenía ni nombre y ya habían muerto dos de sus miembros.
Confundidos con ecologistas
En 1980, con la cúpula reconstruida, empezaron a atentar contra lo que sería su principal objetivo las centrales eléctricas, y más concretamente FECSA, la empresa eléctrica catalana con la que Terra Lliure tenía una especie de fijación. Tanta, que durante los primeros años la gente confundía a Terra Lliure no con un grupo independentista sino ecologista. Eran los tiempos de las protestas contra la energía nuclear, y el nombre Terra Lliure invitaba a pensar en tierra, en campo, en ecología y en los verdes.
Un ataque a FECSA, otro a ENHER (otra compañía eléctrica) y un atraco a un supermercado Supeco el día de Nochevieja, fue el bagaje de Terra Lliure en 1980. Tres operaciones que tampoco tenían mucho que ver con la independencia de Cataluña: dos explosiones en cuadros eléctricos y darle un disgusto antes de las uvas a una pobre cajera del Supeco el último día del año.
En 1981 se incorporaron varios miembros de ÈPOCA y la cosa empezó a tirar. Ya se llevaron a cabo 13 atentados. Varios contra FECSA y otros contra organismos del estado. También fue el año en el que se presentaron en sociedad en el campo del Barça. Fue el 24 de junio. Se celebró un acto independentista multitudinario en el Camp Nou titulado “Som un nació” en el que, además de las actuaciones de La Trinca y Lluis Llach, se repartieron octavillas con el “Manifest de Terra Lliure”. Ya tenían nombre.
Una bala para Federico Jiménez Losantos
Un mes antes habían protagonizado el que tal vez fue su acto más sonado: pegarle un tiro a Federico Jiménez Losantos. El periodista era por aquel entonces profesor de instituto en Santa Coloma de Gramanet. De posturas abiertamente contrarias al independentismo, había firmado el “Manifiesto de los 2.300”. Un documento rubricado por intelectuales que denunciaban la discriminación del idioma español en Cataluña.
Por este motivo, dos terroristas le siguieron una tarde al salir del instituto, lo encañonaron en su coche y lo secuestraron. Lo llevaron a un bosque de Esplugues junto a otra profesora. A los dos los ataron a un árbol y a Federico le pegaron un tiro en la pierna y le amenazaron con matarlo si no se marchaba de Cataluña. La acción fue atribuida al terrorista Pere Bascompte.
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“A principios de los 80, Terra Lliure es una organización que generaba simpatía, porque hacía lo que muchos querían hacer pero no se atrevían. Se dice que cuando hubo la acción (pegarle un tiro a Federico Jiménez Losantos) mucha gente brindó con cava en el gobierno catalán”
David Bassa
Jefe de informativos de TV3
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Entre 1982 empezaron a atentar contra el INEM, otro de los espacios que con el tiempo se acabaría convirtiendo en uno de los objetivos favoritos de los terroristas, hiriendo más de una vez a los parados que iban a sellar el paro. Ese año se cerró con 9 nuevos atentados y dos guardia civiles heridos. También ese año se empezaba Terra Lliure a quitar la careta: empezaron a aparecer las primeras pegatinas xenófobas en las que se leía “Fora xarnegos” (“Fuera charnegos”, que es el nombre con el que se nombra de forma peyorativa a los emigrantes del resto de España, especialmente del sur).
1983 se cerró con 7 atentados. Uno de ellos contra una comisaría, tuvo que repetirse un par de veces. Fue en la comisaría de la Policía Nacional de Montjuic, dos días antes de la diada: un terrorista intentó lanzar una granada con un tubo de aluminio casero a modo de mortero. Pero la granada explotó antes de tiempo y el terrorista tuvo que huir.
1984: otro muerto por una bomba mal manipulada
Las bombas mal manipuladas, el gran talón de Aquiles de Terra Lliure, se llevaron por delante la vida de otro terrorista en 1984. Fue Toni Villescusa, un valenciano que manipulaba un artefacto explosivo en Alcira. Explotó y murió en el acto, Era el tercer muerto de la banda, precisamente el año en el que más atentados de produjeron en la Comunidad Valenciana.
1984 también fue el año en el que se celebró la II Asamblea de Terra Lliure y en el que apareció el principal aparato de propaganda de la banda terrorista: la revista Alerta. Una especie de fanzine que se fotocopiaba y se pasaba de mano en mano. Su tirada era de 40 ejemplares. Curiosamente, en la actualidad, uno de los principales canales de información de los CDR se llama L'Alerta y su página web es lalertacanal.cat
Pero si por algo fue importante 1984 es por la fundación del MDT, el Moviment de Defensa de la Terra. Era el proyecto que tenía que unir al independentismo catalán y vertebrar políticamente el terrorismo. Es decir, convertirse en la Herri Batasuna de ETA o en el Sinn Fein del IRA.
El problema radicó, como en casi todas las fases del independentismo catalán, en las divisiones. El independentismo catalán tenía un montón de organizaciones diseminadas que no se ponían de acuerdo entre sí: CSPC (Comités de Solidaritat amb els Patriotes Catalans), IPC (Independentistes dels Països catalans), MEN (Moviment d'Esquerra Nacionalista), PSAN (Partit Socialista d'Alliberament Nacional), PSAN-P (Lo mismo, pero Provisional), BEAN (Bloc d'Esquerra Alliberament Nacional), Crida (Llamamiento), MDT (Moviment de Defensa de la Terra, que luego también se partió en dos), FNC (Front Nacional, como el de Le Pen) y muchos más que fueron surgiendo y desapareciendo. Algo así como el sketch del “Frente Popular de Judea” (¡Disidentes!) en la película “La vida de Brian” de los Monty Phyton.
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"Terra Lliure podía haber supuesto un problema. Un problema porque podría haber sido utilizado contra nosotros [los nacionalistas catalanes] no porque pudiese haber llegado a tener suficiente grosor o haber provocado una fractura social"
Jordi Pujol
President de la Generalitat
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1985: otro muerto por bomba mal manipulada
1985 fue un año malo para Terra Lliure. La policía practicó en enero decenas de detenciones en relación con la banda terrorista, lo que provocó que la banda tuviese que volver a refundarse de algún modo. Se nutrió de nuevos militantes del área metropolitana de Barcelona, de la comarca del Maresme, de Gerona y de Valencia.
Nueva savia para Terra Lliure, pero gente inexperta y con el mismo poco acierto con las bombas: en verano intentaron atentar contra oficinas del INEM, pero dos de ellas no llegaron a estallar. En septiembre lanzaron una bomba en la Comandancia militar de Barcelona, pero los artificieros la desactivaron. En octubre, tres cuartos de lo miso en el cuartel de la Guardia Civil de Canet de Mar. En diciembre, varias acciones fallidas contra el INEM de Barcelona por bombas que no estallaron.
Sí que estalló la del 16 d diciembre de 1985 en una cabina de teléfono del Baix Llobregat. Y lo hizo mientras la estaba manipulando el terrorista Quim Sánchez, que moría en el acto. Quim Sánchez había militado en el PSAN y había sido impulsor de los CSPC y del MDT. Se convirtió en el cuarto muerto de la banda.
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"¿Lo de Federico Jiménez Losantos? Que se joda"
Fredi Bentanachs
Fundador de Terra Lliure
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1986, la OTAN y las divisiones
1986 prometía para Terra Lliure. Fue el año en el que mas acciones callejeras se llevaron a cabo. Sin embargo, un elemento acabó colándose en la armonía de los independentistas: el referéndum de entrada a la OTAN. El MDT no se acabó de pronunciar. Consideraban que aquello era un debate que correspondía a los españoles, y que como ellos no eran españoles, tenían que mantenerse al margen. Aquella postura suscitó muchas críticas de otras formaciones independentistas como el IPC.
EL MDT empezó entonces a resquebrajarse. Del MDT se escindió en dos grupos: uno llamado MDT-PIC (Por una Política Independentista de Combate), y otro llamado MDT-Front Patriòtic. Entre los dos acabaron a la greña, como veremos después.
1987: El annus horribilis; el principio del fin.
1987 fue el peor año para Terra Lliure. Ahí comenzó la decadencia, si es que alguna vez había tenido la banda días de vino y rosas. En febrero se fundó “Catalunya Lliure”. Otra escisión del independentismo que quería montar un partido pero rechazando las armas. Estaba conformada por los independentistas sociológicos, los que no querían la violencia. Los denominados peyorativamente por los que sí querían violencia como “independentistas de chapita”.
En junio, la banda terrorista ETA puso una bomba en Hipercor matando a 21 personas. Aquel atentado sacudió los cimientos de la sociedad catalana. Y si había independentistas que simpatizaban con la lucha armada, después de aquella barbaridad se lo pensaron mejor. Incluso algunos terroristas catalanes de Terra Lliure o del ÈPOCA que estaban presos redactaron cartas denunciando los hechos.
La señora asesinada que no tenía nada que ver
El broche infame del año tuvo lugar el 10 de septiembre, el día antes de la Diada. Terra Lliure quiso celebrar el día de Cataluña haciendo ruido. Pusieron una bomba en un juzgado en Borges Blanques. Dos terroristas se colaron en las dependencias y dejaron una bombona de butano y 5 kilos de explosivos en la mesa del despacho del juez. Cuando el artefacto estalló, derribó la pared que separaba el juzgado de la casa de al lado. Una vivienda en la que dormia Emilia Aldomà, Emileta; una señora de 62 años que no pintaba nada en la lucha independentista y que falleció porque la pared le cayó encima. Fue la enésima chapuza de Terra Lliure y la única víctima mortal ajena a la banda de su historia.
A la muerte de Emilia Aldomà le siguió el esperpento del día siguiente protagonizado por los dos sectores enfrentados del MDT. Fue durante la celebración de la Diada. El día 11 de septiembre, el MDT-PIC y el MDT-Front Patriòtic se enzarzaron en una pelea para ver quién de los dos ocupaba la tarima principal del paseo del Born para dar el discurso independentista más épico. Ganó MDT-PIC, que era el sector que tenía los permisos oficiales. Los del MDT-Front Patriòtic, muy enfadados, se colocaron en un espacio muy cerca de ellos, en un lateral de la iglesia de Santa Maria del Mar. Y cuando los del PIC empezaron a hablar, los del Front Patriòtic pusieron sus equipos de megafonía a todo trapo, para que no se escuchase lo que estaban diciendo sus hasta hacía poco compañeros.
Deserciones y trasvase a ERC
Terra Lliure estaba tocada de muerte. Fue cuando entró en escena Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). Un partido casi refundado por Àngel Colom, que se reunió con varios de los terroristas que querían abandonar su aventura en Terra Lliure. Se iniciaron las primeras conversaciones para el trasvase de terroristas que querían dejar las armas y pasarse a Esquerra.
Fue en 1991 cuando un sector de Terra Lliure anunció la disolución. UN sector en el que se encontraba Pere Bascompte, el terrorista que le pegó el tiro en la pierna a Federico Jiménez Losantos.
Pero aquella decisión fue duramente criticada por otro sector de Terra Lliure, que no dio validez a dicha disolución. “No se hizo en bloque, con la banda diciendo que dejaba las armas a cambio de algo. Fue algo que se hizo de forma más individual, cada uno buscando su propio beneficio”, cuenta el director de informativos de TV3 David Bassa en un documental.
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"Lo que se consiguió con aquella lucha fue que se abriese un poco la posibilidad de que la independencia era una salida política como otra cualquiera"
Carles Castellanos
Dirigente de Terra Lliure
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1992, Garzón y los Juegos Olímpicos
A pesar de que Terra Lliure estaba herida de muerte y de que parte de la banda ya había abandonado, todavía había muchos terroristas en las calles que, además, estaban en contra de los Juegos Olímpicos de Barcelona que se iban a celebrar en verano. Consideraban el evento “Las Olimpiadas españolas”, por lo que casi todo el independentismo las rechazó. Por ese motivo, desde España decidieron tomar medidas para evitar atentados en el marco del evento deportivo.
El juez Baltasar Garzón fue el encargado de dirigir una operación que acabó con más de sesenta personas en la cárcel. Algunos de ellos fueron encarcelados gracias a la infiltración de un topo en el seno de Terra Lliure. Se llamaba Txema Aloy, era de Manresa, estuvo entrenado por Mikel Lejarza “El Lobo” (el agente que se infiltró en ETA) y tras su operación de ayuda a desmantelar Terra Lliure, desapareció del mapa. La última vez que se supo algo de él vivía en Brasil y se dedicaba a asesorar a la empresa recreativa de Terrassa CIRSA en temas de seguridad.
Ese año, Terra Lliure dejó de ser importante, si es que alguna vez lo había sido. La mayoría de sus miembros, en la cárcel. Los que no, habían optado por dejar las armas (visto el éxito) y iniciar su militancia en formaciones políticas. El MDT, el grupo que los tenía que cohesionar a todos, ya no tenía voz ni voto porque se había autofagocitado. Sólo quedaba pegarse el tiro de gracia.
Macrojuicio y fin
El tiro de gracia llegó en 1996, con el macrojuicio a 60 miembros de Terra Lliure en La Audiencia Nacional. Por un lado, 18 de sus miembros fueron condenados a 119 años de prisión por delitos de terrorismo. Por el otro, la misma sala pidió al gobierno español el indulto para los condenados. "El motivo fue que todos ellos habían renunciado a la violencia y abandonaban la lucha armada. Fue una buena respuesta del derecho y la justicia", cuenta Baltasar Garzón en el documental "Terra Lliure, punt i final".
El gobierno español concedió el indulto a los presos. El 11 de septiembre de 1995, en la celebración de la Diada, la revista Alerta anunciaba el fin de Terra Lliure "por un agotamiento de la propaganda armada y de los recursos humanos". Se acabó lo que se daba. Se acabaron 17 años de bombas que se iniciaron con una etapa de vandalismo callejero. Una etapa que algunos piden que vuelva. Entre el independentismo catalán se convocan homenajes por "los mártires caídos en combate" e incluso se han vuelto a ver pintadas con el lema "Terra Lliure". Y hay quien teme que vuelva a conformarse algo parecido. A fin de cuentas, el ambiente no es tan distinto al que había cuando se gestó aquella banda terrorista. Además, muchos de aquellos militantes, no sólo siguen en la primera línea; es que no se arrepienten de haber formado parte de una banda terrorista:
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"Yo no estoy arrepentido. Todo lo contrario. Si yo volviese a nacer,con aquellas coyunturas, habría hecho lo mismo"
Carles Benítez
Miembro de Terra Lliure