Abdelaziz, Aziz para los amigos, tenía 13 años y era un chico muy popular. En su barrio, el llamado barrio de Las Casas Nuevas (La Unión, Murcia), era famoso por su espíritu alegre, sus ganas de divertirse, sus ganas de bromear, su carácter dicharachero. Su generosidad y su bondad como persona. Nada hacía sospechar a su familia y a sus vecinos que este pasado martes el pequeño, un joven diez, muy conocido en la pequeña localidad murciana, iba a colgarse de una cuerda en la habitación de su casa.
Abdelaziz era un joven muy activo en las redes sociales, sobre todo en Instagram. Alumnos del centro en el que él estudiaba, así como los vecinos del pueblo, comentan que el pequeño podía estar inmerso en el peligroso reto de La Ballena Azul.
La cuerda en la litera de la habitación
Todo sucede el día 17. Abdelaziz juega por la tarde al fútbol en la puerta de su casa. Son las nueve y media de la noche en el barrio de las Casas Nuevas. Como es costumbre en la familia cuando el sol se está poniendo, las horas anteriores transcurren tomando el té con sus padres y después sale de la vivienda a darle unas patadas al balón. Al filo de esa hora, antes de la cena, alguien desde el interior de la casa le dice que suba, que tiene que hacer los deberes antes de cenar.
Abdelaziz sube obediente y tranquilo, como cualquier otro día de esa semana. Se puede ver que está normal, al menos en apariencia. Nada hace sospechar lo que ocurrirá en las horas siguientes. Dicen a EL ESPAÑOL quienes le conocían que el joven era la alegría del barrio, que era un chaval extrovertido. Jamás había tenido problemas en el colegio o en casa. Al contrario: se trataba de un chico muy popular entre los de su edad. De ahí la profunda tristeza en la que se encuentran sumidos estos días sus vecinos y sus compañeros de colegio.
Minutos después de que le digan que entre en casa, ya en su habitación, Abdelaziz atranca la puerta del cuarto, presumiblemente con una varilla de hierro, se rodea el cuello con una cuerda y se cuelga de la litera que hay en un lateral de la estancia y en la que dormía con uno de sus cuatro hermanos.
Al rato, sus padres le llaman para que baje a cenar, pero nadie contesta desde la zona superior de la casa. Cuando se dirigen al cuarto, interesándose por él, comprueban que la puerta está atrancada por dentro y que nadie contesta al otro lado. Su padre empuja hasta que logra derribarla. Al abrir, se encuentra dentro a su hijo inconsciente, colgado de la litera por el cuello y a punto de morirse.
La familia llama a la ambulancia, mientras le sueltan la correa y tratan de reanimarlo. Lo consiguen hasta en tres ocasiones, y los servicios sanitarios llegan a tiempo para llevárselo al hospital. Pero ya nada se pudo hacer después por su vida. Abdelaziz falleció minutos después.
Este es el relato de los hechos, según confirman a EL ESPAÑOL tanto fuentes municipales como del entorno de la familia, de lo que ocurrió el pasado martes en la casa del chiquillo. El día siguiente, sumidos en la pena, los familiares recibieron el pésame de amigos y conocidos en su propia casa.
El juego de la ballena azul, ¿principal hipótesis?
Las casi 20.000 personas que viven en La Unión, a pocos kilómetros de Cartagena, no hablaban este jueves de otra cosa. Los habitantes, sumidos en la pena por una tragedia como esta, lo comentan en los bares, en la calle y en sus casas. Nadie se explica qué pudo pasar por la cabeza del chiquillo para hacer algo así.
El director del colegio en el que estudiaba 1º de Eso, el IES Sierra Minera, asegura que el pequeño no estaba en el radar de los docentes como posible víctima de acoso escolar. Aziz era un buen chico, buen estudiante, popular en el aula. Nadie tenía ninguna pega de él. Si hubiera alguien en el centro que pudiera ser víctima de bullying, dicen en el centro, ese no era el caso del chico.
El pequeño no tenía problema alguno dentro de casa. El alcalde de la localidad, Pedro López Milán, nació en la misma barriada que el chiquillo y es amigo personal de su familia. Visiblemente abatido, el regidor todavía no se explica cómo pudo ocurrir todo. “Es inexplicable este suceso. He hablado con los padres. No sabemos qué habría pasado por su cabeza. Su familia y todo el barrio, también el colegio, están consternados. Nadie pensaba que pudiera hacer eso. Era un chico extrovertido, abierto. Nada cerrado en sí mismo. Su padre decía: es una cosa de Dios”.
Muchos en el pueblo comentan, en los últimos días, la posibilidad de que el joven se encontrase llevando a cabo el peligroso reto de La Ballena Azul. Algunos compañeros de clase, así como los vecinos del pueblo, aseguran que el joven podía estar inmerso en este juego.
El reto de La Ballena Azul propone a sus participantes 50 pruebas en 50 días. Todas tienen un componente autolesivo, y están (supuestamente) supervisadas por un 'curador' para acreditar que el jugador está cumpliendo correctamente el reto. Al juego, los jóvenes se introducen siempre a través de las redes sociales, donde existen decenas de grupos en los que se introducen quienes son asiduos a este macabro pasatiempo.
En los últimos años no son pocos los casos registrados en España relacionados con este siniestro reto. Hace menos de un año, los padres de seis chicas rusas, estudiantes de un colegio de Marbella, advirtieron de las heridas que las jóvenes presentaban en sus brazos y no dudaron en acudir a la policía. Hace menos de un mes, la Ertzaintza abrió una investigación al detectar que una joven de 14 años, residente en Rentería, se estaba introduciendo en estas macabras pruebas. El 28 de abril del pasado año se notificó la primera víctima en Barcelona, una joven de 15 años. En mayo del año pasado, la revista Intervíu hablaba con la madre de una víctima del juego. La hija había superado ya 17 de los 50 pasos.
“Eras la alegría de la casa”
El padre de Abdelaziz llegó hace 20 años a la localidad murciana desde la localidad marroquí de Taourirt. Desde su llegada, el patriarca de la familia y su mujer se convirtieron en personas muy queridas en la localidad de La Unión. Son muy conocidos y cuentan con multitud de amigos. Estos días, su casa es un hervidero de gente que se acerca a darle el pésame a los parientes del pequeño Aziz.
El chiquillo era la alegría de la casa. La familia está destrozada. Tras varios días de silencio, el primero de la familia en pronunciarse ha sido su hermano, quien ha escrito unos sentidos párrafos en las redes sociales. Una despedida, un clamor triste para llorar al chiquillo perdido:
“Martes 17 de abril - Fallece la persona más alegre y con la sonrisa más contagiosa del mundo. Te has ido y has dejado un hueco muy grande entre nosotros, no tengo palabras para expresar el dolor que siento. Eras único enano, eras mi miniatura, siempre queriendo hacerte amigo de mis amigos.. Y que bien lo hacías.
Eras y serás la alegría de la casa, tus chistes, tus bromas, tus risas contagiosas cuando tomábamos té todos juntos, cuando te pensabas que eras un gran cocinero y la liabas en la cocina, cuando te reñía y te callabas y me sacabas burla por detrás, cuando me engañabas con los deberes, cuando hacías algo malo en El Barrio y para que mi padre no te reñía venías y me contabas todo lo contrario para defenderte, cuando me compraba algo te gustaba y aunque te estuviera grande te lo ponías, cuando robabas algo en los chinos. Y venías a contarme tu hazaña, cuando decías que de mayor querías ser como yo, cuando entrabas a la habitación y te ponías a bailar tus bailes de risa.. Son muchas cosas las que he vivido contigo estos 13 añitos”.
Son días duros en el pueblo. El suceso todavía no se ha esclarecido, pero en el colegio ya lloran a quien allí uno de los chavales más queridos. Este jueves por la mañana, en la puerta, al lado de la secretaría, unas manos confeccionadas con cartulina y pintadas de distintos colores descansaban junto a una foto del pequeño. Ese fue el gesto de sus compañeros para despedir a Aziz, uno de los alumnos más populares del instituto Sierra Minera.