Había pedido la máxima condena para los cinco miembros de 'La Manada'. La fiscal Elena Sarasate también se jugaba mucho en este juicio. Ella siempre lo tuvo claro. Siempre se mantuvo firme: las cinco personas a las que tiene delante, los cinco sevillanos, los cinco miembros de ‘La Manada’, eran culpables de una violación. De una agresión sexual que perpetraron la madrugada del 7 de julio de 2016 contra una joven de 18 años. Si el juez falla que hubo agresión sexual, tal y como defiende la fiscal, estos cinco sevillanos van a pasar gran parte de lo que les queda de vida a la sombra.
Pero llega el momento, el magistrado lee la sentencia y salta la sorpresa. El Prenda y sus cuatro adláteres han sido condenados por un delito de abuso sexual continuado, pero no por agresión sexual. 9 años a la cárcel, no 22. El juez ha considerado que lo que tuvo lugar aquella noche de San Fermín en el portal número 5 de la calle Paulino Caballero, no fue una violación. Durante meses, los abogados de los sevillanos han tratado de hacer que el discurso de la joven víctima se tambalease. Al final parece que se han salido con la suya. La fiscal, en cambio, se convierte en la gran derrotada de este caso.
Como un bloque de marmol
Elena Sarasate es una experimentada fiscal en Navarra, concienciada contra la violencia machista. Fue la única que plantó cara a los cinco. Aquellas dos semanas que duró el juicio, por los pasillos de los juzgados de Pamplona no se comentaba otra cosa. Ella ha sido la otra gran derrotada de todo este proceso.
Desde el principio de este juicio, una de las cosas de las que más se habló fue de la intervención de la fiscal, dura y fría con los acusados como un bloque de mármol. También la inclemente perorata con la que, creía, había desmontado todas las justificaciones posibles de los cinco sevillanos: “Si la víctima gana el caso, si les condenan a los cinco, en gran parte es gracias a ella”. Al perder, también se convierte en la gran derrotada.
Se esperaban 22 años de prisión, lo que ella pidió. Pero al final, la sentencia sin unanimidad dice que no hubo agresión sexual, sino un abuso sexual continuado. 9 años. Sarasate pierde. Su nombre apareció por doquier en las crónicas de los reporteros a lo largo de los últimos meses. Su defensa de los derechos de la joven de 18 años fue para el recuerdo. Parecía la única capaz de que todo esto llegase a buen puerto. Las esperanzas de muchas personas en España estaban puestas en ella.
Implacable en el juicio
Dos semanas después de ver pruebas, interrogar testigos, analizar periciales, la fiscal había preparado bien su discurso para mantener la petición de 22 años de cárcel. Yo sí te creo, le dijo, sin decirlo, a la joven víctima. Fue avasallador. Atacó con todo a los cinco agresores sexuales. Rechazó la versión de sus abogados, la coartada según la cual una chica de 18 años que nunca ha tenido sexo en grupo, que nunca ha realizado prácticas sexuales como las que quedaron detalladas en el sumario, busca en apenas diez minutos, tras un día entero de fiesta un lugar en el que participar en una orgía con cinco hombres.
Les acaba de conocer, y sin apenas intercambiar palabra con ellos, sin apenas conocer sus nombres, ella lo hace todo, sin negarse en ningún momento, sin utilizar preservativo. Pero Sarasate sale, ese día, a combatir la versión de los agresores y todo el mundo apuesta a que la ha desmontado. Su intervención es la más larga, la más retórica y la más vehemente, la más persuasiva, la más sentida. Solo en breves instantes se detiene a recobrar el aire, para luego proseguir con su enérgica letanía, recitando la lista de maldades, el rosario de bajezas morales de Escudero, Guerrero, Prenda, Boza y Cabezuelo. Estuvo dos horas como pudo estar dos días.
-Cuando los acusados terminaron y consiguieron lo que querían, la dejaron tirada y semidesnuda (…). Nos quieren hacer creer que los cinco conocieron aquella noche a una chica de 18 años, con una vida normalizada, y que después de 20 minutos de conversación decide irse con unos desconocidos para mantener relaciones en grupo con todo tipo de penetraciones, algunas al mismo tiempo (anales y vaginales).
La metralleta no disparó
Todas las esperanzas estaban puestas en Elena Sarasate, apodada 'La Metralleta'. Su apellido es, sin duda, uno de los que más solera poseen en toda Navarra. EL compositor Sarasate era muy querido entre los pamploneses. Algo similar le está ocurriendo a la jurista desde que se comenzó a hablar de ella por su intransigencia ante ‘La Manada’. La fiscal tiene 53 años y es una de las fiscales más importantes de la ciudad. Lleva tres décadas ejerciendo la profesión, desde 1990. Buena interrogadora, implacable en el discurso, minuciosa en la preparación de los juicios. Así la definen quienes la conocen.
Desde el primer día, Elena Sarasate acaparó la atención de todos los periodistas. Fue la primera en hablar, y cuando terminó, en la sala dio la impresión de que los cinco agresores tenían ya los días contados. Ella también se jugaba mucho en este proceso. Sin embargo, las tornas cambiaron y la sentencia la acabó convirtiendo en la otra derrotada del caso.