Si don Juan Carlos se está sometiendo a una fortísima rehabilitación debido a su operación en la rodilla derecha, podemos decir que el resto de Zarzuela también está en rehabilitación. El rey emérito, que tiene prisa por volver a navegar en Sanxenxo con sus amigos y salir de las cuatro paredes del palacio, recibe la visita de un fisioterapeuta mañana y tarde.
Nada más levantarse aprovechan la piscina climatizada del recinto para beneficiarse de los ejercicios de recuperación dentro del agua, para después de comer seguir en la cinta de correr que hay en el gimnasio sin ayuda de una muleta. La recuperación del padre de Felipe VI vuelve a ser asombrosa. En su horizonte, además de las rías gallegas, tiene un viaje a Arabia Saudí comprometido.
Se concertó el pasado 12 de abril, cuando Felipe VI recibió en Zarzuela al príncipe Heredero Mohammed Bin Salman Bin Abdulaziz Al Saud, de visita en España con motivo de unos barcos de guerra. Tras la audiencia con el rey, el árabe no quiso marcharse de El Pardo sin saludar a don Juan Carlos, íntimo amigo de la familia real saudí y sin prometerse que la próxima vez que se verían sería en Riad, donde el emérito es siempre bien recibido.
Y si así de rápido se recupera don Juan Carlos, ese mismo propósito tienen en la Casa del Rey con la imagen tan dañada tras la "Crisis de las reinas". La reina Letizia "trabaja a todo trapo" para conseguir recuperar un cariño que nunca ha tenido del todo en la calle, o más bien, un respeto que ha perdido. Un ejemplo perfecto de esto ocurrió el pasado jueves, cuando la esposa de Felipe VI estuvo en Villanueva de la Serena, Badajoz, en el acto inaugural del V Congreso Educativo sobre Enfermedades Raras. Allí se mostró cercana y cariñosa con la gente, dándole a las personas la oportunidad de hablar con ellas y hacerse alguna foto.
Cuando Letizia se borró del mapa
Todo lo contrario que el pasado día 20 de abril lunes, tras el tradicional almuerzo con el mundo de las letras en el Palacio Real de Madrid. Tras la comida, todos los invitados acuden con los reyes a tomar el café con el objetivo de que puedan tener un rato de charla con los monarcas. Justo en ese momento, en el que los presentes esperan poder tener su rato con los reyes, Letizia desapareció del mapa tras el almuerzo.
Pasados unos minutos los invitados se dan cuenta de que la reina se había ido para no volver. Un miembro de protocolo avisó a don Felipe de que era la hora de marcharse, y como es natural, el rey buscaba a su esposa para salir juntos del salón, pero ella hacía rato que no estaba. "¿Dónde está la reina?", preguntó el rey. La respuesta de una persona de la Casa ya no la pudieron escuchar los invitados. La reina, sencillamente, ya no estaba. Don Felipe se despidió y se marchó.
"El tiempo es el mejor autor. Siempre encuentra el final perfecto". Esta frase tan célebre de Charles Chaplin es la fisioterapia que quieren ejercer en Zarzuela para hacer borrón y cuenta nueva. Ese es el objetivo de la Casa Real, que empezó con el simple gesto de abrirle una puerta del coche, de reina a reina: cerrar la ventana al aire huracanado que se ha colado en Zarzuela de forma pésima para la reina hace ahora un mes, el pasado 30 de marzo, domingo de resurrección.
"La jefa ha cedido por primera vez"
Lo cierto es que la dimisión de Cristina Cifuentes ha tenido entretenidos a los medios de comunicación y en la Casa se han podido calmar las aguas dedicándose a otros menesteres. "Esto no significa que ahora vayas a ver a las dos reinas saliendo juntas de compras con las niñas, aquí dentro las cosas siguen igual, pero sí que creo que esto ha supuesto un antes y un después en la relación de los reyes, el Jefe se ha impuesto y esta vez, la primera que yo recuerde, la jefa ha cedido", cuenta una fuente cercana a Zarzuela.
La polémica entre la reina Letizia y la reina Sofía dejó a Felipe VI en una crítica situación entre su mujer y su madre. El rey, como ya contamos en EL ESPAÑOL, estaba preocupado por la imagen pública de su hija Leonor, la princesa de Asturias, tras el feo gesto que le hizo a su abuela en la misa de Palma. Don Felipe estaba decidido a arreglarlo y fue el monarca el que se impuso a su mujer a la hora de que las niñas acudieran a ver a su abuelo al Hospital acompañadas de su abuela.
Tensión en la pareja Borbón-Ortiz
Este tema ha generado una enorme tensión entre los reyes como pareja. Tanto ha sido así que algunos medios europeos se han hecho eco de la noticia. La semana pasada, la revista alemana Neue Post dedicaba su portada a los reyes de España, asegurando que entre ellos se iba a producir el "divorcio inminente". Incluso especulaban sobre quién se iba a quedar con la custodia de las niñas, la princesa de Asturias y la Infanta Sofía. "Ya se acabó" rezaba el título de la portada, dando a entender que la decisión ya estaba tomada.
No parece que los reyes tengan intención de separarse. Se encuentran en plena preparación de su próximo viaje a los Estados Unidos. Esta visita de Estado será a mediados de junio y tiene un objetivo muy claro: que Donald Trump reciba al rey en la Casa Blanca. Parece que la cosa ya está hecha y que el presidente de los Estados Unidos mantendrá una charla con Felipe VI en el Despacho Oval. Pero ahora tienen otro problema: doña Letizia no tiene ningún interés en que Melania le enseñe el huerto de la Casa Blanca. Trump y su mujer no le caen bien a nuestra soberana, y lo cierto es que no ha mostrado ningún entusiasmo ante el evento.
No es fácil conseguir cuadrar las agendas de los dos mandatarios. A la espera de que se cierre un encuentro con los Trump, los reyes tienen previsto acudir el 15 de junio a San Antonio (Texas) para participar en la conmemoración del 300º aniversario de esta ciudad fundada por misioneros franciscanos que conserva un rico patrimonio cultural de la época española.
Letizia y Melania
A la esposa de Felipe VI no le cae bien el matrimonio Trump, como a buena parte del planeta. Sí entabló una buena amistad con la anterior primera dama, a la que conoció en Mallorca en 2015. Michelle Obama y Letizia se han hecho amigas y conversan de vez en cuando. La esposa de Barack Obama es como nuestra reina, una fan de la comida sana y nutritiva, así que en seguida se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común.
La imagen de Letizia y Melania podría ser una de esas fotos que dan la vuelta al mundo, ya no sólo por comparar estilismos, sino porque parece que ambas mujeres comparten un destino parecido. Las dos ocupan un lugar en el que no están muy a gusto, para el que inicialmente no estaban preparadas, y aunque intentan hacer que todo parezca normal y cordial, los gestos las delatan. Si fue comentado aquí el gesto de la reina con su suegra, en Estados Unidos llevan unos días, todos los medios de comunicación, dándole vueltas al momento en el que la primera dama americana se niega a darle la mano a su esposo durante la recepción al matrimonio Macron.
Letizia y el presidente de México
Pero si la reina tiene pocas ganas de entablar conversación con los Trump, tampoco se lleva mejor con los vecinos del sur. El pasado miércoles 25 de abril llegaron a Madrid en visita de trabajo el presidente mexicano, Peña Nieto, y su esposa, Angélica Rivera, más conocida como ‘La Gaviota’, nombre del personaje que interpretaba en una telenovela de gran éxito en el país. Pocos se dieron cuenta del detalle a su llegada a Zarzuela para comer con Felipe y Letizia: mientras don Felipe recibía con cariño al mandatario azteca y a su mujer, con beso incluido para Angélica, la reina estuvo distante con el presidente mexicano. No hubo beso entre ellos, según se vio en las imágenes televisivas.
¿De dónde viene esta tensión entre Letizia y Peña Nieto? Para entenderlo hay que remontarse a mayo de 2015, durante una visita de Estado de los reyes españoles a México. Los Soberanos se desplazaron hasta la ciudad de Zacatecas, en el centro del país para hacer una visita a la antigua colonia española. El comportamiento de nuestra reina durante la visita guiada al museo de la ciudad, sin prestar atención a la guía que les explicaba las cosas, sin colocarse en los puntos para las fotos o tocando libros de gran antigüedad como si se encontrara en la biblioteca de Zarzuela, irritó sobremanera a Peña Nieto. El remate ocurrió durante los discursos antes del almuerzo, cuando Letizia se pasó todo el rato con el móvil debajo de la mesa, chateando con alguien. Aquella actitud sentó muy mal al presidente mexicano.
En noviembre del año pasado, la esposa de Felipe VI volvió a pisar suelo mexicano para asistir al Congreso Mundial contra el Cáncer que se celebró en la capital azteca. En ese viaje la reina tenía dos misiones: su labor en el tema de esta grave enfermedad y recuperar el cariño del matrimonio más importante del país. Así, en Zarzuela no descansaron hasta conseguir que Letizia fuera la única ponente del Congreso contra el Cáncer en ser recibida en una audiencia privada por el mandatario. Vista la frialdad entre ambos del pasado miércoles, Peña Nieto no se ha ablandado.
La última de esta historia de reconciliación en la corte del rey es su madre, la reina Sofía. Para ella, la cosa no ha cambiado mucho en estas últimas semanas, con pocos compromisos en la agenda, ha tenido una reunión con el Círculo Internacional de la Escuela Superior de Música reina Sofía y poco más. Ha aprovechado para hacer un pequeño viaje a Grecia, a Porto Jéli, en la península del Peloponeso, para visitar a su hermano Constantino, que vive allí desde 2013, enfermo de gravedad. En las islas ha pasado unos días acompañada de su cuñada, Ana María de Dinamarca, su hermano y alguno de sus sobrinos, sin que nadie la moleste e importune, porque aunque ella fue la vencedora de la "crisis de las reinas" eso ya es agua pasada y la vida sigue igual.