La mujer de 45 años acuchillada por su pareja el pasado martes en la playa valenciana de El Saler momentos antes de que él se quitara la vida dice que no, que no se trata de un suicidio pactado. Que ella no quería morir. Pero reconoce que, en ciertos momentos, le siguió la corriente a su novio cuando planteó la posibilidad y que, al ver que dejaba ser un hipotético, se echó atrás: “Le dije que me ahorcaba con él de broma, pero me arrepentí al ver las sogas en el árbol y que todo iba muy en serio”.
La valenciana se encuentra ahora recuperándose en el Hospital de La Fe (Valencia) de sus heridas en el cuello y tórax. En una entrevista concedida al diario Levante-EMV, afirma que su pareja, de 50 años, "era lo que más quería" en su vida. "Intenté quitarle la idea de la cabeza·, indica. El origen de todo el suceso, según su relato, es una deuda "de entre 7.000 y 8.000 euros por drogas".
"Él quería que viera cómo lo iba a hacer y cuando le dije que no me quedaba, se puso agresivo", mantiene la afectada durante su relato. "Intenté marcharme, pero él no me dejaba. Me tiró al suelo y me pegó una patada en la cara". Al final consiguió zafarse de su pareja y escapar corriendo, huyendo de su presunto agresor.
Adicta a la cocaína
La víctima, que reconoce que padece una fuerte adicción a la cocaína, tiene un hijo menor de edad -17 años- tutelado por la Generalitat Valenciana y llevaba dos años de relación sentimental con su pareja, quien sí perdió la vida, finalmente. Él estaba desempleado y se mantenía gracias a un subsidio. Sin embargo, las deudas por las drogas les tenían a ambos en una situación límite.
A su pareja intentó convencerlo "de que se podía solucionar", pero "no pude". Él, siempre según la versión de la mujer dada al diario valenciano, nunca la había agredido ni había sido víctima de violencia de género. En los momentos previos al suceso de este martes, la pareja había abierto una botella de cazalla para brindar "como despedida". Recuerda, además, la ingesta "de un par de barbitúricos" por parte de él.
La Guardia Civil manejaba dos hipótesis. La primera: ambos habrían barajado suicidarse colectivamente, pues había dispuestas dos sogas en el árbol donde fue hallado el hombre. La otra posibilidad es que él habría intentado matarla para después suicidarse. Los agentes siguen intentando dirimir cuál de ellas es la razón verdadera. La investigación, de momento, sigue abierta.