Silvia Plaza Martín tenía 34 años la noche en que su expareja la mató en plena calle. Antes, había denunciado tres veces a su asesino por violencia de género. Él- J.D.L.C- tenía una orden de alejamiento que quebrantó esa noche, la madrugada del sábado 28 de abril. Los episodios de maltrato se habían sucedido durante mucho tiempo en meses anteriores. Silvia no lo soportó más y pidió ayuda.
El suceso se produjo entre la una y media y las dos de la noche de aquel sábado, el último del mes. Sucedió en la calle San Antón, en el barrio burgalés de Gamonal. La víctima y su ex se encontraron en esa zona. O más bien, este salió en su busca, fue detrás de ella para descargar su ira. Para seguir maltratándola como había hecho ya en varias ocasiones. Así que la abordó en plena calle, a la puerta de un bar.
Allí mantuvieron una fuerte discusión hasta que el hombre la agredió brutalmente. Tras el aviso de un vecino, el agresor, 36 años, español de origen colombiano, (se desconoce su procedencia exacta), huyó del lugar y la dejó tirada en el suelo. Estaba agonizando.
La paliza propinada por su expareja hizo que fuese atendida de inmediato. Los vecinos pidieron ayuda y los servicios sanitarios acudieron en pocos minutos. Pero nada se pudo hacer por ella. Falleció a causa de los golpes ese mismo domingo a las 21.00 horas de la noche en el Hospital Universitario de Burgos.
El subdelegado del Gobierno en la provincia, Roberto Saiz, explicó horas después las circunstancias que tuvo que soportar Silvia a causa de los malos tratos de su expareja. Definió la relación como “conflictiva” porque los servicios sociales sabían que ya la había maltratado. Por eso fue siempre, desde el primer momento, el principal sospechoso. Huyó del lugar de los hechos antes de que llegara la Policía y le localizaron en un trastero horas después.
“Mi hija interpuso tres denuncias contra este monstruo"
Quienes la conocen destacan que Silvia "era muy buena mujer". Trabajó durante un año en el servicio de limpieza y servicios domésticos en Grupo Norte. Trabajó también en el centro de Referencia Estatal de Enfermedades Raras y Familias. Fue peluquera durante un tiempo. Tenía estudios en imagen personal en Politecnos, un centro privado de formación profesional.
A los pocos días, J., el agresor, fue detenido. Tras su arresto como supuesto autor de matar a su expareja de una paliza, tenía pendiente una requisitoria de búsqueda y detención desde el pasado 6 de abril por el quebrantamiento de una orden de protección para la víctima formulada el 24 de marzo.
Silvia había planteado una denuncia contra él. La interpuso el 23 de marzo de 2018, tras lo que el Juzgado de Guardia abrió diligencias y dictó un auto de orden de alejamiento, con fecha 24 de marzo. Pese a ello, el hombre apareció un mes después para asesinarla en plena calle.
No era la primera denuncia que Silvia tuvo que interponer contra este hombre. La víctima formuló otra denuncia anterior por malos tratos. Esta data del 18 de octubre de 2017 contra su entonces pareja, J.D.L.C., que dio lugar a la apertura de diligencias urgentes.
Tras un informe del Ministerio Fiscal, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer dictó auto de sobreseimiento provisional el 23 de noviembre de 2017, al haberse acogido la perjudicada a su derecho a no declarar, manifestando su deseo de no ser reconocida por el médico forense y no solicitando una orden de protección.
"Mi hija había interpuesto tres denuncias contra este monstruo". Lo dijo el padre de la mujer asesinada en el funeral, varios días después, confirmando que Silvia denunció otra vez más a su asesino. Al tiempo, pidió a los jueces que "tomen decisiones con sentido común, si no terminaremos tomándonos la justicia por nuestra cuenta". Los aplausos contribuyeron a honrar la memoria de la mujer asesinada. 5.000 personas se manifestaron aquel lunes en Burgos, un día después de la muerte de Silvia. Reclamaron "una vida digna y sin miedo".
Silvia es la duodécima mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. En España, en 2018, también han sido asesinadas Jénnifer Hernández Salas, de 46; Laura Elisabeth Santacruz, de 26; Pilar Cabrerizo López, de 57; María Adela Fortes Molina, de 44 años; Paz Fernández Borrego, de 43; Dolores Vargas Silva, de 41; María del Carmen Ortega Segura, de 48 años; Patricia Zurita Pérez, de 40; Doris Valenzuela, de 39; María José Bejarano, de 43; y Florentina Jiménez, de 69.
La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas sólo en 2017. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.