En el escaparate de un centro comercial de Paredes (Asturias), luce un maniquí de hombre fornido y gafas de sol. Lleva puesta una camiseta gris, de tirantes. En el centro, un letrero: "It's friday, bitches". Lo que literalmente significa algo así como: "Es viernes, perras" o "Es viernes, putas". Ambas traducciones se incluyen en la mayoría de los diccionarios.
Una mujer se sintió ofendida y fotografío la camiseta. La colgó en su cuenta de Facebook, generando la indignación de muchos de sus contactos. Poco después, el Centro de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Asturias (CAVASYM) difundió el mensaje y reprobó la publicidad. La tienda ya ha recibido una reclamación. Según La Nueva España, la petición dice algo así como: "Este mensaje es sexista y vejatorio para las mujeres y no debiera estar a la venta".
El debate ahora también es lingüístico. En redes sociales, las opiniones pueden dividirse, a grandes rasgos, en dos grupos: quienes solicitan la retirada de la camiseta por considerarla machista y vejatoria; y aquellos que defienden el producto al percibir "bitches" como una especie de frase hecha.
En un lenguaje coloquial, arguyen aquellos que apuestan por mantener la camiseta, "bitches" es utilizado por algunas mujeres a modo de "colega". Aunque las asociaciones feministas insisten en lo vejatorio del mensaje.