Pedro Manuel B. F., de 38 años, es el hombre que pilotaba la potente lancha que se estrelló contra una embarcación de recreo en la que navegaban un niño de nueve años y su padre. Sucedió sobre las cinco de la tarde de este pasado lunes en una playa de Getares (Algeciras, Cádiz). Debido al fuerte impacto, el menor murió en el acto. Su progenitor salió ileso de lo que, a juicio de la Policía Nacional, se considera un accidente debido al pilotaje temerario del patrón de la 'goma'.
Pedro Manuel B.F., quien pasará a disposición judicial este jueves, tiene antecedentes penales por tráfico de drogas. Se encuentra en los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional en Algeciras. En el momento en que se le detuvo se le practicó una prueba de alcoholemia. Dio positivo, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes de la Policía Nacional.
Cómo funciona el positivo por alcohol en el mar
Se da la circunstancia de que el artículo 379 del Código Penal sólo considera como delito el hecho de ir ebrio al volante de un vehículo cuando la conducción se produce por vía terrestre, mientras que no contempla la marítima. El fiscal jefe de Algeciras, Juan Cisneros, explicó ayer a este medio que él es partidario de hacer una pequeña ampliación de dicho artículo para su inclusión.
“No puede ser delito el hecho de que un conductor dé positivo por alcohol en un alto grado cuando se desplaza por carretera y no que un capitán de un ferry con mil personas a bordo no delinca si va totalmente borracho”, explicó este martes el propio Cisneros en su despacho de la Fiscalía de Algeciras.
Cisneros se muestra cauto a la hora de anticipar el delito que la Fiscalía le imputará al detenido. El fiscal jefe de Algeciras dice que prefiere esperar a que se cierre la investigación y que Pedro Manuel B.F. pase a disposición judicial. “Si es cierto, y parece que es así, que pilotaba en una zona de baño a alta velocidad, con el añadido de ir bebido, se le podría imputar el homicidio doloso”, explica. Dicho delito conlleva una pena de cárcel que va de los diez a los 15 años.
Recogió la lancha una hora antes del siniestro
La Guardia Civil requisó la lancha siniestrada a Pedro Manuel B.F tres semanas antes de estrellarse contra la barca en la que pescaban el menor y su padre. Fue el 26 de abril pasado. Se le dio el alto mientras navegaba junto a otro hombre sin la documentación de la 'goma' y transportando cinco garrafas de gasolina.
Este hecho levantó las sospechas de los agentes, que saben que las bandas de narcotraficantes usan semirrígidas secundarias, de menor eslora y potencia, para suministrar víveres y combustibles a los tripulantes de las lanchas que se encuentran en alta mar moviendo toneladas de hachís entre Marruecos y las costas andaluzas.
El detenido recogió la lancha de dependencias de la Guardia Civil sólo una hora antes de estrellarla contra el barco de recreo en el que pescaba Manuel, el menor fallecido. Los agentes de la Benemérita no pudieron retener la embarcación durante más tiempo debido a que no encontraron una prueba sólida que relacionase a los dos hombres que iban a bordo, entre ellos el ahora detenido, con un banda organizada de traficantes de droga, aunque para ellos resultaba evidente.
El Gobierno español, a través de su ministro del Interior, insiste en negar que la semirrígida que ocasionó la muerte del niño tuviera relación alguna con el narcotráfico. Juan Ignacio Zoido dijo este martes, un día después de que ocurriera el suceso, que no se trataba de una narcolancha por el mero hecho de no ir cargada de hachís en el momento del siniestro.
Sin embargo, este periódico confirmó ayer de fuentes de la Guardia Civil que agentes de la Benemérita requisaron dicha ‘goma’ el pasado 26 de abril cuando navegaba por el río Palmones sin documentación y transportando a bordo gasolina.
Si bien es cierto que en el momento del impacto, la lancha, de unos siete metros de eslora, no cargaba ninguna mercancía, la circunstancia de que fuera interceptada navegando con combustible indica que, presuntamente, habría servido en alta mar de apoyo logístico a otras semirrígidas más grandes y potentes, que son las usadas por las bandas para trasladar sus portes desde Marruecos a España.
A las organizaciones de narcotraficantes les resulta imprescindible que, mientras están operando en alta mar con lanchas de hasta 12 metros de eslora, tres y cuatro motores y cargadas con hasta tres toneladas de hachís, otras de menor tamaño suministren gasolina y víveres a la tripulación, cuyos miembros llegan a traficar sin descanso durante varios días.
¿De dónde salió la lancha de Pedro?
En concreto, la lancha que ocasionó la muerte de un niño de nueve años permaneció requisada en las dependencias del Servicio Marítimo Provincial hasta una hora antes del siniestro. Fuentes policiales confirman que había sido investigada por, presuntamente, haber prestado apoyo al narcotráfico, aunque finalmente no se pudo confirmar.
Aquel día, la Guardia Civil decidió requisar la embarcación y detener a sus dos ocupantes por no llevar la documentación de la lancha y por contar ambos con antecedentes por tráfico de drogas. Además de las sospechas levantadas a ojos de los agentes, los tripulantes estaban incumpliendo la Ley de la Marina Mercante.
La lancha, con un potente motor y un potro con dos asientos, permaneció en el Servicio Marítimo Provincial hasta las 16 horas del pasado lunes. Su propietario, Pedro Manuel B. F., fue a recogerla acompañado de la documentación reglamentaria. Pese a las evidencias, los investigadores no encontraron un vínculo sólido con el narcotráfico que pudiera llevarles a no desprenderse de ella.
Directamente, Pedro Manuel B. F. se dirigió junto a un amigo a bordo de su lancha a la playa de Getares. Allí empezó a realizar peligrosas maniobras a gran velocidad cerca de la embarcación de fibra en la que el pequeño Manuel y su padre se encontraban pescando.
Tras mantener esta actitud durante cerca de 20 minutos, según testigos presenciales, Pedro Manuel B. F. se estrelló contra el barco de recreo en el que navegaba el menor, que murió en el acto. La Guardia Civil lo trasladó a puerto poco después, donde la Policía Nacional se hizo cargo de él y lo trasladó a comisaría. Una mujer con la que habla el reportero escuchó desde el paseo marítimo cómo el padre del niño muerto le pidió al polioto de la lancha que dejara de cometer "imprudencias".
Según adelantó en exclusiva EL ESPAÑOL este martes, el piloto de la lancha trató de darse a la fuga tras la colisión. Después del siniestro, el otro varón que iba a bordo de la semirrígida dio un puñetazo al patrón de la embarcación y le arrebató las llaves para impedir que se produjera la huida.
Pese a que en un principio el copiloto de la semirrígida también fue detenido, este lunes se le puso en libertad sin cargos tras acreditar su colaboración con las autoridades policiales.
Este martes, entre fuertes medidas de seguridad, sobre las tres de la tarde llegó el féretro del niño al cementerio de Algeciras, donde se le dio sepultura. Horas antes, en las inmediaciones del tanatorio, varias personas del entorno de la familia agredieron a un equipo de reporteros de una televisión nacional. El padre del menor, quien también cuenta con antecedentes penales, pertenece a una familia con varios miembros vinculados al narcotráfico.