Apenas unos mililitros. Un líquido rojo, brillante, denso, que se derrama sobre una superficie blanca, con alas. El espacio es pulcro, casi científico. El descubrimiento no es otro sino que la regla no es nada más que sangre y, por tanto, es roja.
Es la excepción: los anuncios dedicados a la higiene femenina envuelven los productos en colores pastel, infantiles, dulces, inverosímiles. La menstruación es azul. Pero, de un tiempo a esta parte, una marca británica ha decidido dejar de edulcorar sus productos y mostrar la realidad tal y como es: roja.
La firma, Bodyform, lo inscribe dentro de un campaña titulada #Bleednormal -Sangra normal-. El anuncio saltó a los medios británicos. Sin embargo, tal y como opina la doctora María Fernanda Peraza, especialista en Medicina Sexual, “es un pequeño gesto que puede tener un gran impacto”. Una sangre real. Roja.
Un tabú que va a más
“Nuestra sociedad, androcéntrica, ha ido silenciando y asociando la sangre al dolor, sobre todo, la de la menstruación”, constata la experta. La regla concebida como algo sucio, poco higiénico. “Siempre se ha asociado a ciertos temas de debilidad, al género en sí. Y el tabú generado se ha incrementado con el tiempo”.
Lo cierto es que el desconocimiento sobre la menstruación femenina es generalizado. Es un tema de conversación que pasa de puntillas, casi pidiendo perdón. Sin querer molestar. Pidiendo permiso. “La vagina está escondida anatómicamente, pero también socialmente”, lamenta Peraza.
Pero hay interés. Essity, la compañía que fabrica Bodyform, publicó una investigación, al presentar su campaña, que mostraba que un 74% de la gente quería una representación más honesta, más fiel, de la menstruación en los anuncios.
La visibilidad de la vagina
La regla, tradicionalmente, se ha asociado al dolor. “Los síntomas físicos y emocionales se han intentado esconder en el cajón”, constata María Fernanda Peraza. Aunque la mitad del planeta menstrúe cada 28 días. “Es parte del proceso, pero no es normal que sufras. Se ha vinculado a poca higiene, a suciedad, a algo no natural. Que haya gestos como estos que le den visibilidad son fantásticos”.
Por eso, la experta apuesta por combatir el tabú desde los altavoces. “Es fundamental que la industria de estos pequeños gestos. Las escuelas también, que se muestre a la vagina. No de manera grotesca, sino de manera natural”.
“A las niñas y a los niños no se les enseña en los colegios que el aparato reproductor femenino no es sólo para fecundar, concebir y parir, también es para tener placer y menstruar. Las niñas se avergüenzan de tener la regla. El mensaje que se transmite es que, a partir de ese momento, puedes quedarte embarazada, así que cuídate. Siendo así, ¿cómo no va a ser tabú? ¿Cómo no te vas a avergonzar?”, se pregunta la especialista.
Suciedad por la pérdida, por el no bebé
Ante la duda de que si la posición adoptada por la empresa de higiene femenina es puro interés comercial, Peraza no tiene ninguna duda de su legitimidad. “Da igual si sól fuera márketing. Es igualmente válido, está bien. Porque es seguir la ola de un trending topic, del interés. Si esto es trending topic, ya nos beneficia. Yo creo que es muy válido”, argmuenta.
La sangre está constantemente presente en la vida diaria. Un pequeño corte, un rasguño. Pero no general un rechazo similar como la sangre de la menstruación. “Imagina lo grave que es que experimentemos visualmente asesinatos que son más limpios. Porque es inherente al mensaje de evaluación del género, de endometrio no fecundo, de pérdida”, opina Peraza. “Es muy intrínseco: es deshecho, es basura. Sale por un canal por el que solo deberían salir niños. O sólo como receptáculo de la masturbación masculina. Es muy importante la normalización de la imágenes sangrientas de la regla. Porque las otras, que son violentas, son aceptadas y son terribles, pero no son sangre sucia”, sentencia.