Una y cuarto de la tarde. Es 1 de octubre de 2017 en Barcelona. Los efectivos policiales llegados a Cataluña días antes están ya desplegados por toda la ciudad. La misión es impedir que se celebre el referéndum de autodeterminación. Aproximadamente a esa hora, en un lugar indeterminado de los distritos de Ciutat Vella y Sant Andreu, un agente de los Mossos de Esquadra lanza un mensaje al aire por uno de los canales de comunicación internos de la policía catalana.
La voz surge al otro lado con algo de distorsión, como pasada por el filtro de un walkie-talkie. La llamada es para dar un aviso urgente a sus compañeros. Quiere indicarles la posición exacta de un grupo de agentes antidisturbios de la Policía Nacional con los que se acaba de cruzar. "Hay unas furgonetas de antidisturbios CNP, Meridiana sentido fuera de Barcelona. No sé si cogerán la entrada a la Trini. Hacemos seguimiento a ver si acaban entrando".
EL ESPAÑOL ha tenido acceso a 6.000 audios que se intercambiaron los Mossos durante la celebración del referendum del pasado 1 de octubre de 2017. En ellos se deja a las claras que controlaron y vigilaron los movimientos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que se comunicaron por su propio canal interno y que se coordinaron con los colegios donde se estaba produciendo una votación que había sido ilegalizada previamente.
Mensajes como el de arriba fueron habituales a lo largo de la jornada en las comunicaciones internas del cuerpo policial catalán. La directriz detrás de esas palabras parecía clara: había que estar enterado en todo momento de la posición de los agentes de la Policía y de la Guardia Civil. Había que hacerles contravigilancia, saber con cuántos furgones llegaban a cada colegio, el número de agentes en cada lugar, su despliegue por la ciudad, su forma de actuar…
Todo esto les resultó prioritario, más si cabe que la colaboración con los otros cuerpos policiales. “Usted no intervenga. No intervenga”. “No intervenga y como mucho asistan si hay algún herido por las cargas, si es que se producen”. Este y centenares de mensajes más recopilados por la Brigada Policial de Información de la Jefatura Superior de la Policía de Cataluña ponen, a su juicio, sobre la mesa la “inacción” de los Mossos durante el 1 de octubre.
Los agentes desplazados a la zona siempre han sostenido el escaso amparo que hallaron en las fuerzas de seguridad catalanas. Por eso, debido a ese “comportamiento” de los Mossos a lo largo de toda la jornada, el Juzgado de Instrucción Número 3 de la Audiencia Nacional ordenó la entrada y el registro del CECOR (Centro de Coordinación) para obtener las conversaciones internas de la fecha señalada. Para saber, con certeza, cuáles eran las órdenes que se estaban dando, y cuáles las pautas a seguir.
Allí encontraron alrededor de 6.000 audios de distinta duración y longitud de comunicaciones realizadas por los Mossos de Esquadra a lo largo del 1 de octubre. 30 agentes están siendo interrogados estos días por la Brigada Provincial de la Policía Nacional en Barcelona para explicar su papel en el operativo orquestado durante aquella jornada.
Esta fue una de las pocas diligencias admitidas por la juez Carmen Lamela, una de las magistradas que instruyen el proceso. Autorizó a la Policía a acudir al CECOR que los mossos tienen en Barcelona y permitió la solicitud de una copia de los registros sonoros que se conservan en la sala conjunta que la policía catalana comparte con la Guardia Urbana de la capital catalana.
Ahora, este periódico ha tenido acceso a los más relevantes de esos audios, que son analizados pormenorizadamente por la Policía en un extenso documento y que ya está en manos del Juzgado de Instrucción Número 3 de la Audiencia Nacional.
En esas conversaciones se puede escuchar cómo hay claras directrices de no actuar en colaboración con los agentes que acudían a los colegios electorales a incautar las urnas, cómo se vigilaron durante toda la jornada sus movimientos por la ciudad de Barcelona, cómo los organizadores de las mesas electorales intercambiaban con ellos información, cómo se habían organizado para tan solo enviar a dos agentes a cada colegio electoral y así no enfrentarse a los ciudadanos, cómo utilizaron un número alternativo para no dejar constancia de algunas de las conversaciones mantenidas a lo largo de ese día…
En este reportaje se pone voz a las instrucciones que ese día tuvieron los Mossos, a sus actuaciones a lo largo jornada fatídica del referéndum ilegal del 1-O. Esos centenares de audios son los que vertebran, minuto a minuto, la crónica de la jornada desde el punto de vista de un cuerpo policial autonómico sobre el que planeó desde el primer día la sombra de la sospecha.
Vigilancia e información a la Policía
A través del análisis de las conversaciones que los Mossos mantuvieron entre sí a lo largo de esa jornada, el extenso informe de la Policía Nacional concluye que el cuerpo autonómico fue “una parte más, esencial en el desarrollo del procés, dado que establecieron un dispositivo de vigilancia paralelo con el objetivo único y específico de informar de los movimientos e intervenciones de las FCSE en los diferentes colegios”.
Entre los audios analizados por los investigadores uno de los patrones más repetidos en toda la ciudad es el siguiente: un agente de los Mossos se comunica por el canal interno informando de la posición y de la cantidad de Policías presentes en los colegios electorales. También informan de la situación de los antidisturbios en las calles de la ciudad. Si observaban movimiento, enviaban un mensaje de advertencia y así tenían en todo momento controlados sus pasos a lo largo y ancho de la ciudad.
Estos datos, en ocasiones, eran compartidos con miembros de las mesas de los colegios electorales. Estos son algunos ejemplos.
A las 7.48 de la mañana se envía el siguiente mensaje:
-”Diez furgonetas de la Policía Nacional pasando por aquí cerca del colegio. No se han parado, solo continúan”.
A las 8.51, este otro:
- “Sí, igualmente, que en anteriores puntos los compañeros, ciudadanos nos manifiestan que hay presencia de Escudos (policías) o Banderines (guardias civiles) de paisano. Que tenga conocimiento”.
A las 9.04, un agente lanza la siguiente advertencia:
- “Por favor , prioridad al punto 7. Acaban de llegar como 6 furgonetas del CNO antidisturbios, se están aproximando al colegio”.
A las 11.53 de la mañana algunos mossos apuntan que hay policías mezclados entre el gentío:
- “Comunicamos que por aquí hay agentes de paisano de Policía Nacional y puede ser que alguno nos esté grabando”.
A las 15.13 de la tarde se comunica lo siguiente:
- “Igualmente apunte, que hay restos de cartuchos de salva por todos los lados, han disparado pelotas, intentaremos buscar evidencias”.
Esta vigilancia a la que los agentes hacen referencia en su informe queda también reflejada en el intercambio de informaciones que algunos Mossos de Esquadra mantuvieron con los miembros de las mesas electorales. Entre sí, se intercambiaban información de la posición de los agentes en distintos puntos de la ciudad. Como ejemplo de ello, el siguiente mensaje enviado en algún punto de los barrios de Sarrià y Gracia a las 16.31 de la jornada del referéndum.
- “Vale, mire, han salido aquí los Presidentes de las mesas electorales, de las mesas del referéndum y nos han comunicado que tienen información veraz de que se dirigen hacia aquí la Guardia Civil o la Policía Nacional con antidisturbios. Entonces nos han dicho, nos han reiterado que a nosotros no nos entregarán la urna, pero que si se presentan los antidisturbios de Policía Nacional o Guardia Civil, a nosotros sí que nos entregarían la urna”.
La “inacción” de los Mossos en el 1 de octubre: "Mossos tiene sus instrucciones"
¿Hubo verdadera dejación de funciones por parte de los Mossos de Esquadra a lo largo de la jornada del referéndum ilegal? Esa es la conclusión a la que llegan los agentes que elaboran el informe a partir del análisis de las conversaciones del 1-O. Para ellos se apoyan en algunos de esos mensajes cruzados por la radio interna a lo largo de todo el día.
Entre las 12.17.35 y las 12.21.27 h. se suceden una serie de conversaciones entre la Sala de control y varios agentes de Mossos. En ellas se imparten órdenes tajantes de no actuar ni colaborar con el cuerpo policial estatal. Y lo hace en unos términos que evidencian la distancia que separa las órdenes que asumieron las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las que parecían tener los Mossos d’Esquadra. Estos últimos, al parecer, contaban con unas directrices distintas.
En la primera de esas conversaciones se puede escuchar: “Sitúese en posición segura y al margen de la actuación que pueda hacer el otro cuerpo policial”, y “se retiran ustedes hacia un lugar seguro, sin abandonar el servicio”. En la segunda: “Tampoco enviemos ahora nuestros refuerzos, que nosotros no tenemos nada que hacer con este cuerpo policial, ellos que hagan su actuación y Mossos d ´Esquadra hará la suya”. Por último, en la tercera se puede escuchar con nitidez la siguiente frase: “El cuerpo policial que está haciendo la actuación, que haga lo que considere oportuno. Mossos d´Esquadra tiene sus instrucciones”.
No son las únicas. Horas después a, eso de las dos de la tarde se produce una reveladora conversación entre dos agentes.
-Punto 61 de Gaudí 43.
-Sí, para su información, 401 se está dirigiendo a su posición y le hará el relevo. Informe número de furgonetas.
-Vale, por lo que hemos podido contar son unas 15 furgonetas que se están desplegando, más indicativos de paisano. Los compañeros de la UIP se están desplegando con escudos.
-Bien, recibido. Gracias. Las Instrucciones ya sabe usted cuáles son.
¿Cuáles son esas instrucciones particulares que han de seguir los Mossos a lo largo de la jornada? Horas antes, un agente recalca por radio en el barrio de Sant Andreu que "en caso de carga del CNP, nuestra tarea es auxiliar a las personas heridas y dar consejo a las personas que se encuentran en las inmediaciones”. Nunca se hace mención a una labor conjunta con Guardia Civil y Policía Nacional.
Esto se ve reforzado con un detalle muy claro: el interés que algunos de los mandos tenían en que los agentes de Mossos desplegados no utilizasen casco ni protección.
-"Para todos los indicativos, un comunicado desde la Sala. Por órdenes de (IRIS) ningún indicativo Tropic (Arro) puede subir con cascos puestos. O sea, casco fuera, que ninguno se ponga el casco. ¿Han copiado? Miren, no den recibidos para no colapsar la emisora. Vuelvo a repetir el mensaje. Ningún indicativo Tropic puede llevar el caso puesto. El casco fuera de la cabeza”
La “Clave 21”: el canal alternativo de los Mossos
El pasado 5 de abril se conoció el auto de procesamiento por el cual la juez Carmen Lamela imputaba al que fuera mayor de los Mossos de Esquadra, Josep Lluís Trapero, por dos delitos de sedición y organización criminal. En él, la magistrada explicaba que los efectivos de la policía autonómica establecieron “ojeadores” para avisar de las Fuerzas de Seguridad del Estado a los colegios electorales. Además, la juez advertía de la existencia de un “código propio”, un conducto secundario del cual el cuerpo policial pudo disponer lo largo de esa jornada y para utilizarlo a modo de canal alternativo a la emisora corporativa. Lamela hacía referencia a la llamada "Clave 21".
A través de ese sistema, los mossos podían comunicar lo que preferían que no se transmitiese por la emisora oficial sin peligro de que las palabras quedasen registradas. ¿Cómo funcionaba este sistema? Cada dotación policial en servicio disponía de un número de contacto al que llamar para detallar informaciones o incidencias que el agente prefiriese que no quedasen registradas en la emisora oficial. Así lo explica, al menos, el informe de la Policía al que ha tenido acceso este periódico.
El informe recalca que se trata de una situación absolutamente anómala, inédita en el funcionamiento de un cuerpo policial: “Jamás se asigna un teléfono móvil sólo para determinadas comunicaciones, sino que todas ellas se hacen por los canales establecidos en la emisora, donde quedan registrados los comunicados. Si hubiera que hacer cualquier llamada de índole personal o de mayor complejidad, se realizaría de forma puntual y por algún o algunos funcionarios en concreto y no de forma sistemática como en el caso que nos ocupa”.
La clave 21 fue solicitada, según se desprende del extenso informe que obra en poder de este periódico, en más de 200 de las comunicaciones registradas por los canales oficiales. “Solicito una clave 21”, demanda un agente. En ese instante, al otro lado alguien descuelga y le recita el número de un móvil particular. De este modo, evitaron dejar un considerable número de evidencias.
“El referéndum ilegal se está celebrando con normalidad”
No son ni las diez de la mañana en un punto indeterminado del barrio de Gracia cuando comienzan las primeras discusiones entre Mossos d’Esquadra y Policía Nacional. Algunos de ellos manifiestan su contrariedad por la actuación del cuerpo policial autonómico. Acaban de realizar una carga, dejando tras de sí diversos heridos. Una ambulancia se ha desplazado hasta el lugar.
-… Y policías nacionales que nos están increpando.
- Vale. ¿Les están increpando a ustedes?
- Sí, afirmativo, dicen que no estamos haciendo nuestro trabajo, que nuestra faena, que vaya policía, etc. Estamos aquí aguantando.
- Me preguntan si necesitas tema de orden público, es para el tema del CNP (Cuerpo Nacional de Policía, si de alguna manera se sienten ustedes mal por el hecho éste, que les enviamos orden público.
-Aguantaremos, en principio son dos, son dos efectivos los que nos están diciendo esto.
-Negativo, eh compañero, aquí no se aguanta nada, como ustedes quieran.
Los agentes de la Policía no son los únicos que increpan a los Mossos afeándoles su “inacción” a lo largo de la jornada. También algunos vecinos. A las seis cuarto de la tarde, también en un punto indeterminado de las zonas de Sarrià y Gracia, un agente comunica por radio que hay vecinos que han bajado de sus casas y que les están insultando. Critican su actuación, su falta de actuación, su laxitud y permisividad, la nula colaboración con la Guardia Civil y la Policía.
- Sí, mire, le informo por tercera vez, nos ha vuelto a pasar, unos vecinos han bajado y nos han increpado, reclamo Orden Público, que lo he pedido hace tres horas. Informar que un vehículo se ha parado aquí delante de nuestra presencia y nos ha increpado, cuando me diga le paso una matrícula. Gaudí 51, le informo que nos han hecho fotografías y nos han dicho que se está cometiendo un referéndum ilegal, y ¿que si no actuábamos
-Gaudí 51: Sí, afirmativo, eso ha sido una constante de toda la jornada, no le den más relevancia y oídos sordos.
La actuación sigue a lo largo de la jornada y en muchos puntos de la ciudad el referéndum acaba celebrándose. A las 13.06, un agente levanta el teléfono corporativo y pronuncia una frase que da la medida de todas las cosas:
-“Informo que aquí el referéndum ilegal se desarrolla con toda normalidad, de forma pacífica y diversos ciudadanos nos han requerido para saber si no haríamos nada para impedir el mismo”.
Y así siguió todo el resto de la jornada.