Jorge Mariñas entró en casa de su suegra, en La Coruña. La agarró por el cuello y la golpeó hasta matarla. Le rompió los dientes y varias costillas. Después, este hombre de entonces alrededor de cuarenta años cogió a la hija que tienen en común -un bebé de 21 meses- y se la llevó secuestrada con el objetivo de embarcar en un avión y desaparecer. Fue arrestado horas más tarde en una pensión de Culleredo, en la misma provincia.
Aquel 20 de agosto de 2017, Jorge, que hacía tiempo que amedrentaba a su pareja por correo electrónico, avisó del crimen que había concebido. "Mis hermanos me dicen que sacrifique y mate a tu madre para que pague por todo lo que ha hecho". Con sus "hermanos" se refería a los miembros de la secta satánica a la que él también pertenecía. Su colección de reptiles, los estrambóticos mensajes y el 0666 como pin en el móvil le granjearon el apodo del "asesino satánico" en la crónica negra gallega. A finales de este año será condenado por un jurado popular.
La Fiscalía pide 25 años de cárcel para Jorge Mariñas Castro. La acusación particular, en cambio, exige 34. Se le atribuye un delito de "asesinato con alevosía". Cuando la Guardia Civil lo detuvo, él aseguró que tan sólo había empujado a su suegra -de casi 75 años- y que lo había hecho por evitar que viera a su hija.
También contempló matar a su ex
Tras cuatro años de relación tormentosa, su pareja decidió dejarle y trasladarse a vivir a casa de su madre junto a su hija de 21 meses. A partir de ahí llegaron los correos de tinte satánico y las amenazas. Antes, la agredía y la amenazaba. Según cuenta La Voz de Galicia, la mujer nunca denunció cuando las fuerzas de seguridad se presentaban en su domicilio reclamados por los vecinos, que llamaban alarmados por los gritos.
A tenor de lo publicado por este diario, Mariñas también contempló matar a su expareja y así lo escribió en los correos. Detalló que lo haría con un bisturí, pero cuando llegó a casa de su suegra, ella no estaba. Por eso, asesinó a la anciana y se llevó a la niña. El suceso ocurrió hacia las tres y media de la tarde. Mariñas sería detenido a las seis de la madrugada.
Jorge Mariñas llevaba ya tiempo enviando amenazas por escrito a su expareja, pero ella le bloqueó y por eso no leyó que había planificado el crimen. Una vez producido, aportó a la investigación de la Guardia Civil todos los mensajes recibidos. Algunas de las fotografías que difundía el asesino satánico tenían que ver con sacrificios de animales que él mismo realizaba. Como por ejemplo, un lagarto destripado. Curiosamente, su nombre figura en internet como cuidador de mascotas.
Mariñas siempre culpó a su suegra de la ruptura de la relación sentimental. Dos meses antes del crimen, su mujer se fue a vivir con su madre. Desde ese momento, se intensificó el acoso contra ambas. Hasta que terminó en tragedia.