El sábado 3 de marzo, cuatro días después de la desaparición de Gabriel Cruz, su madrastra, Ana Julia Quezada, encontró una camiseta blanca del pequeño durante uno de los operativos de búsqueda junto al Barranco de Las Agüillas, en la barriada de Las Negras, en Níjar (Almería). Ese hallazgo, en una zona que había sido registrada con anterioridad, provocó un giro total en la investigación: Ana Julia se convirtió en la principal sospechosa para los agentes.
La mujer, que sufrió un ligero accidente al tratar de acceder al lugar en el que estaba la prenda —sufrió heridas en la cadera y el tobillo—, entró en estado de shock. De hecho, en un vídeo se pudo ver cómo rompía a llorar al informar a dos guardias civiles que había encontrado la camiseta de Gabriel. La declaración de Ana Julia tuvo que posponerse, y por lo tanto su detención, ya que los investigadores todavía no tenían pruebas concretas que la señalasen como la asesina del niño.
Sin embargo, hubo un detalle preciso que puso a la Guardia Civil en alerta: la camiseta estaba seca. Y eso que durante esos días se habían registrado muchas precipitaciones en la zona. Tantas que hubo que suspender las labores de búsqueda en varios momentos. Las primeras imágenes de la camiseta, hallada entre la maleza y medio visible, han sido reveladas este miércoles por el programa Espejo Público después de que se haya levantado el secreto de sumario.
Que fuese precisamente Ana Julia quien encontrase la camiseta en un lugar que ya había sido inspeccionado no hizo sino poner a los investigadores de la Guardia Civil sobre aviso. No había que ponerle cerco a Ana, para que no sospechase. Pero tampoco había que perderla de vista. De esa forma consiguieron detenerla cuando transportaba el cadáver del pequeño Gabriel en el maletero de su coche.