“Con algo más de experiencia y asumiendo el total desconocimiento, me presento. Me llamo Toni Garrido y, hasta que ustedes decidan, estaré a su lado o enfrente o detrás, donde sea que tengan ustedes el aparato de radio”. Así se estrenó Garrido el 4 de septiembre del año pasado, en el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER, tras el polémico despido de Gemma Nierga. A menos de doce meses de esa poética introducción, el futuro de Garrido en el edificio de Gran Vía 32 es incierto. Toni, ¿cuántos telediarios te quedan?
Se habla de su inminente salida. De la búsqueda de un recambio, de la necesidad de sustituirle porque no ha cumplido con las expectativas tras la partida de Nierga. La silla de la catalana le ha quedado muy grande, las audiencias han bajado y los comentarios en las redes sociales hacia su persona son, en general, negativos.
“El declive de la SER es imparable: de Gabilondo a Garrido. Eso es un escalón del tamaño de una cima”, decía Jaime Puig en junio de 2017. ¿El motivo del descontento? El despido de Nierga. La periodista abandonaba el programa después de 30 años en la emisora y, su recambio, un tal Toni Garrido, ¿quién?
Toni Garrido. El de Mallorca. 45 años. Toni, el de Caiga quien Caiga, Asuntos Propios. El Toni de Los 40. Toni Garrido, el de la voz monótona, el de los chistes que a veces no se cuentan solos, el friki de Juego de Tronos. El que tiene un currículum extenso por RTVE, RNE, Comedy Central, MTV, Canal+ y un innumerable etcétera.
Hace una semana se anunciaba la búsqueda de un reemplazo para Garrido tras un año frente a la sección tipo magazine de Hoy por Hoy. Los rumores apuntaban a que sería Macarena Berlín quien le reemplazaría pues, ya en el pasado, sustituyó a Pepa Bueno. También suena el nombre de Marta Fernández -antes en Noticias Cuatro, ahora colaboradora en La Ventana- o Javier del Pino. Incluso los pasillos del edificio de Gran Vía han sido testigos de los murmullos de que Gemma Nierga, como un opresivo fantasma del pasado, como una dura losa en la vida de Toni, regresaría. Algo que, desde su antigua casa, se tacha de disparatado ya que, la ruptura de la SER Cataluña-Madrid ya ha ocurrido.
Diferencias con Pepa Bueno
Mientras los oyentes toman el segundo (o tercer) café de la mañana, cuando apenas pasan minutos de las señales horarias de las 10 de la mañana, la tensión se apodera de las ondas de la SER. El cambio de micrófonos, el traspaso de poderes. Es el punto rígido, si es que existe algo más rígido que la voz de Garrido, que entrevista con la misma inflexión, el mismo tono, a un niño pequeño que a Joan Manuel Serrat. No cambia, no varía.
En ese momento clave, en el que Bueno da paso a su compañero, se percibe con cierta incomodidad desde la llegada de Toni, aquel 4 de septiembre pasado. Aunque él llegó con los deberes hechos. Le resumió a Pepa, en cinco minutos, toda su andanza por la radio; los 1224 programas que en aquel momento la locutora llevaba en su garganta, las miles de horas en el aire, los miles de kilómetros que había viajado la periodista en los últimos cinco años y que equivalían a ir 200 veces de Madrid a Barcelona.
En aquel primer programa, Pepa Bueno dejó muy claro cómo estaban las cosas por sus terrenos. Habló de las tensiones que se viven cuando se hace una entrevista mientras que, para Garrido, una entrevista es “una conversación de dos amigos, de dos gentes que simulan conocerse”. Para Pepa Bueno, en cambio, es “una conversación tensa porque dos personas hablan pero tiene tensión porque los objetivos del entrevistado y el entrevistador son radicales. No tienen el mismo objetivo ni los mismos intereses profesionales”. En ese ya mítico programa, Pepa Buena se dejó escuchar burlona, experta, como aquel alumno de último curso que recibe al novato. Y, respecto a esto, las fuentes cercanas consultadas por EL ESPAÑOL revelan que existen ciertas diferencias entre ellos y que son palpables dentro del programa y fuera, específicamente en lo concerniente a la línea editorial de Hoy por Hoy.
El caso Diana Quer o cómo tratar las noticias
Un claro ejemplo es el tan sonado editorial #YoNo de Toni Garrido que ideó cuando se dio a conocer la autopsia de Diana Quer. Entonces, el periodista arremetió contra la televisión acusándola de pintarse de amarillo para dar a conocer datos escabrosos y hacer de la muerte de una chica todo un circo.
“Juan Carlos Quer, muy buenos días, ¿qué tal se encuentra?”, pregunta Pepa Bueno al padre de Diana Quer el 19 de enero, ocho días después de que su compañero lanzara el #YoNo. Esa pequeña campaña contra el amarillismo de los medios de comunicación, después de arremeter contra la televisión cuando, en su propio programa, una semana más tarde, su compañera haría lo mismo: sentar al padre de Diana Quer para la que sería su primera entrevista a un medio. Entonces, ¿están los espectadores ante dos programas diferentes bajo el sello de uno solo?
Hace una semana se anunciaba la búsqueda de un reemplazo para Garrido tras un año frente a la sección tipo magazine de Hoy por Hoy. Fuentes de la cadena cuentan a este medio que Pepa Bueno ya habría firmado contrato para la siguiente temporada pero, hasta el cierre de este reportaje, Toni no lo habría hecho. ¿Se encuentra acaso estudiando las ofertas que tiene por parte de Onda Cero? Cuentan que Toni Garrido podría ganar alrededor de 800.000 euros, pero este salario podría ascender a mucho más pues él tiene productora con la que hace otros programas como Yu o Gamers; a él le pagan y él paga a su equipo con todo el presupuesto. Aunque su salida suena como inminente, algunos compañeros de la SER creen que Pepa no querría un cambio tan radical y que quizá Garrido podría permanecer en Hoy por Hoy otra temporada más.
Pero, ¿es tan malo Toni Garrido como apuntan los propios radioyentes? En tuits, en comentarios en Facebook, el periodista es malo, aburrido. Hay quien confiesa que sólo escucha la primera parte del programa hasta que él coge el micrófono. Los datos de la EGM de abril arrojaron un desplome de 127.000 seguidores del programa, lo que supondría una caída del 4,1% en comparación con el mes de diciembre.
El gurú Garrido
“Somos pequeñas hormigas que trabajan intensamente y sin saberlo para oscuros intereses cada vez que damos un like”, decía Toni Garrido la mañana del 12 de abril. El locutor pretendía embarcarse en la difícil labor de cerrar su Facebook, como si de dejar a una novia en el altar se tratara; “no eres tú, soy yo”, anunciaba. Garrido ve como un negocio a la red social y no pudo escoger mejor momento para despedirse definitivamente de ella que cuando Mark Zuckeberg se sentaba en el banquillo por la filtración de datos.
Uno de los libros preferidos de Toni Garrido es El club de la lucha, de Chuck Palahniuk. Como es palpable en su magazine, le gustan las series, particularmente, Juego de Tronos. Más batallas, más guerras físicas e internas. Más revolución. ¿A eso huele Toni Garrido? ¿Pelea una guerra contra la sombra de una mujer, Gemma Nierga, que no le asegura su supervivencia en Hoy por Hoy? ¿Tendría que haber sustituido a Pepa Bueno y no a Nierga?
A Toni Garrido se le odia o se le ama. No hay términos medios. No es para todos los públicos. Dentro del estudio se le quiere, se le respeta. Hay quien está verdaderamente encantado con él. Los exempleados también lo recuerdan como una persona exigente, como un profesor del colegio. Como lo que es, un jefe. Según han revelado algunas fuentes que prefieren permanecer en el anonimato, Toni no es borde ni con los compañeros ni con el equipo. Tiene un tono grave y seco y ha criado la fama de ser duro.
Se dice de él que es muy exigente con su equipo y con él mismo. Que no le gusta la música en directo dentro del programa, sin embargo, Tonina Saputo cantó brevemente al piano. Loquillo por su parte, en una reciente entrevista en Hoy por Hoy, agradeció a Garrido su profesionalidad. También se dice que no suele aceptar errores y que suele culpar a los demás si algo sale mal; que no suele felicitar por un trabajo bien hecho pero las broncas y los malos modos son el pan de cada día.
Cuentan que Toni se cree un gurú que actúa en consecuencia cuando trabaja. Que trata diferente a la gente en función de quién sea. Que al nuevo jefe no le gusta su estilo. Que tiene a una persona pegada a él haciéndole la pelota a perpetuidad -¿y ese sueco que va con él a todas partes?-. Que si es mejor o peor que Gemma Nierga es un fantasma que sigue persiguiéndole. Ya lo decía el propio Garrido en su programa de vuelta a la SER, en septiembre de 2017, “esto es la radio. Lo demás, o ruido o silencio”.