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    Uno de los edificios del Arsenal Militar de Ferrol. //Mónica Ferreirós

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    La ciudad espera a que lleguen los encargos de nuevas fragatas. Eso daría trabajo para diez años. // Mónica Ferreirós

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    En el Arsenal todavía permanecen símbolos como esta calle, dedicada a un militar del franquismo. // Mónica Ferreirós

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    En los museos de la Armada, se guarda el Águila del mascarón de proa del Alcor, el yate de Franco. // Mónica Ferreirós

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    No solo Zara, también Springfield echó el cierre hace ya tiempo en el centro de la ciudad. // Mónica Ferreirós

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    Las grúas de los astilleros conforman el paisaje habitual de la ría de Ferrol. // Mónica Ferreirós

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    Ni las estatuas tienen quien las repare. En Ferrol no hay sitio para nadie. // Mónica Ferreirós

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    La tónica habitual son los edificios abandonados. // Mónica Ferreirós

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    Un enorme muro blanco priva a los habitantes de la ciudad de las vistas del mar. // Mónica Ferreirós

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    Los contrastes en algunos barrios resultan constantes. // Mónica Ferreirós

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    Hay un grafitero que, desde hace años, pinta su símbolo en diversas zonas de la ciudad. // Mónica Ferreirós

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    En el barrio abandonado de Canido se han pintado Meninas en los últimos años. // Mónica Ferreirós

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    Más Meninas en el barrio de Canido. La iniciativa intentaba atraer a Banksy para que aportase una obra suya. // Mónica Ferreirós

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    Las Meninas hace años que llevan pintándose. Algunas ya forman parte natural del lugar. // Mónica Ferreirós

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    Más ejemplos de Meninas en Canido. // Mónica Ferreirós

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    La fachada de Zara, cerrada desde hace meses. // Mónica Ferreirós

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    Eugenia y Rubén son trabajadores de los astilleros de Navantia. // Mónica Ferreirós

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    El skyline de una ciudad dedicada por y para el mar. // Mónica Ferreirós

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    Ferrol, la ciudad muerta de la que hasta el Zara se va // Mónica Ferreirós

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    Guillermo Llorca es historiador, experto en la historia de Ferrol y reivindica la historia y la cultura inherentes al pasado y al presente de la ciudad.

Mónica Ferreirós