La mezcla letal de amoníaco con lejía acabó con una mujer cuando limpiaba su cocina
- Inhalar los gases de estos dos productos provoca una pérdida de la capacidad pulmonar.
- Azucena Agudiez tenía 30 años y trabajaba en una panadería.
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Azucena A. M., de 30 años y empleada de una panadería, aprovechaba sus horas libres del lunes para limpiar su casa, situada en el número 14 de la madrileña calle de San Herculano. Para la cocina, la mujer decidió utilizar una mezcla de lejía con amoníaco, una peligrosa combinación de productos químicos que produce un gas tóxico letal.
Al poco tiempo de comenzar su trabajo se sintió mareada, pero continuó limpiando durante unas dos horas. La habitación no estaba suficientemente ventilada y ella cada vez se encontraba peor. A las tres del mediodía decidió llamar al 112 para pedir ayuda. Cuando llegaron los servicios de emergencia, tocaron al portero automático de su piso. Nadie contestó.
Los empleados del SAMUR decidieron entonces contactar con los bomberos para que les ayudasen a acceder a la vivienda. Una vez dentro, se encontraron con una mujer joven que yacía en el suelo con una parada cardiorrespiratoria. Intentaron reanimarla durante más de treinta minutos, pero no lo consiguieron. Azucena había fallecido.
La lejía y el amoníaco son dos de los productos de limpieza más utilizados por los españoles. Sin embargo, son extremadamente delicados. Nour Kayali, profesor de Química Analítica en la Universidad Complutense de Madrid, explica a EL ESPAÑOL que la mezcla de ambos genera, mediante “una reacción química”, un gas venenoso llamado cloruro de amonio. Se manifiesta como unos “humos blancos” y su inhalación puede ser mortal.
"Intoxicación clara"
Tanto la lejía como el amoníaco provocan una pérdida de la capacidad pulmonar a las personas que inhalan sus gases. Esto, redujo el aire que entraba en sus pulmones y acabó con su vida. Fuentes del SAMUR han confirmado a este periódico que la mujer falleció de una “intoxicación clara”, aunque todavía se espera el informe de la autopsia.
Azucena era de Madrid, al igual que el resto de su familia. Trabajaba como dependienta en la cadena de panaderías La Boutique del Pan, en el centro comercial de La Vaguada, al norte de la capital.
La familia llevaba unos cinco años residiendo de alquiler en el edificio y eran conocidos por los otros inquilinos. Hugo, uno de ellos, se cruzaba con ella “en el parque” mientras paseaban a sus perros. Una vecina de avanzada edad rememora cómo la mujer le ayudaba a cargar con el carro de la compra cuando llevaba mucho peso.
Productos milagro
No es la primera vez que Nour Kayali -experto en Química Analítica y profesor en la UCM- oye hablar sobre un producto de limpieza “milagro” que resulta ser altamente perjudicial para la salud de las personas. En concreto, la mezcla letal de amoníaco y lejía es bastante común. “La gente cree que por mezclar productos va a conseguir uno más fuerte”, pero se trata de una práctica muy peligrosa.
Kayali achaca estos incidentes a un problema de desconocimiento y opina que “en los botes de ciertos artículos debería estar escrito con cuáles no se puede mezclar”. El amoníaco es un producto muy nocivo para la salud y, aunque la manera más común de intoxicación es mediante la inhalación de los gases que emite, también puede ser mortal si penetra en el organismo a través de la piel o ingerido en grandes cantidades.