Una nueva polémica envuelve a Antonio Manuel Guerrero. El guardia civil de La Manada, condenado a nueve años de cárcel por abusar sexualmente de una joven en los Sanfermines de 2016, podría haber tenido un teléfono móvil oculto en la prisión militar de Alcalá de Henares. Guerrero ha estado encarcelado allí durante los últimos dos años hasta que el pasado 21 de junio la Audiencia Provincial de Navarra dejó en libertad provisional a los cinco sevillanos.
En un registro rutinario, tras la salida de Guerrero, fue hallado este teléfono en una celda de un recluso que dijo que pertenecía al guardia civil. La dirección del centro abrió un acta de requisa por ser un objeto prohibido y lo pone a disposición del juez siguiendo el procedimiento establecido.
La principal hipótesis es que la propia pareja de Antonio Manuel Guerrero sería la que le habría pasado el móvil en uno de los 'vis a vis' a los que tienen derecho los internos, que se realizan sin mampara o sin separación física.
En la cárcel de Alcalá de Henares, que cuenta con unos 50 presos, también fue encarcelado Alfonso Jesús Cabezuelo, el militar de La Manada. Ambos se han reincorporado al servicio en activo -Guerrero en la Guardia Civil y Cabezuelo en el Ejército- aunque el Ministerio de Defensa ya informado de que no se les asignará destino. Cobrarán el sueldo base sin complementos.