Pablo y Álvaro Quintanero, dos niños toledanos, han sido los ganadores del Mundial de Cálculo Mental 2018 celebrado el pasado domingo en Moscú. Los hermanos de 7 y 8 años viajaron a la capital rusa con sus padres para competir en el campeonato que se celebra todos los años en distintos lugares del mundo. Los pequeños ya habían ganado el regional de Castilla-La Mancha, pero no esperaban ser los campeones del mundo en sus categorías.
La dedicación de los hermanos y su pasión por las matemáticas les ha llevado a ganar la copa en Rusia. Pero existe mucho trabajo detrás y “ha sido difícil”, explican los menores a EL ESPAÑOL. Durante el curso, acuden al programa ALOHA Mental Arithmetic para recibir clases de cálculo dos horas por semana. Además, las semanas previas a la competición, realizaban “varias fichas cada día”.
Álvaro y Pablo viajaron a Rusia acompañados por otros 28 niños procedentes de centros de todo el país. Una vez allí, se enfrentaron a 600 alumnos de más de 16 países con un resultado totalmente inesperado. “Es una locura, lo han hecho todo bien, pero podrían haber tenido fallos”, cuenta Isabel, la madre de los menores. De las 70 operaciones que tenían que realizar en 5 minutos, los hermanos completaron todas y sin ningún error.
Un lápiz, un ábaco y su mente. Esos son los únicos elementos que pueden tener los niños en el examen. A través del ábaco, los menores consiguen ver las matemáticas como un juego de fichas y no como algo “abstracto”, explica Jaume Pardo, uno de los coordinadores de ALOHA, a este periódico. Hay quienes tienen tanto control y rapidez mental que no utilizan el ábaco para sus cálculos.
El programa que organiza los mundiales
El programa educativo ALOHA Mental Arithmetic ha llegado a instituciones educativas de todo el mundo. Nació en 1993 en Malasia y llegó a España en 2009. En España, este programa se imparte en 500 centros y engloba a más de 15.000 alumnos. Va dirigido a menores de entre 5 y 13 años a los que les gusten las matemáticas o quieran mejorar sus habilidades en el cálculo mental.
Se trata de una actividad extraescolar y se ofrece tanto en colegios como en academias. Los niños tienen dos horas semanales de clase en las que aprenden cálculo mental y otras habilidades como la concentración, atención o creatividad.
Jaume Pardo mantiene que cualquiera puede adquirir estas habilidades. No es necesario que los niños tengan una base previa. El único requisito para entrar en el programa es que los niños tengan, al menos, 5 años. Es la edad en la que “los conceptos numéricos están claros”.
El programa organiza campeonatos regionales, nacionales e internacionales en los que pueden participar todos los alumnos. Los niños concursan en distintas categorías según su edad, pero todos deben realizar el mismo número de operaciones en el tiempo estipulado. Las competiciones a nivel internacional se celebran cada año en un país. El año pasado fue en Kuala Lumpur, Malasia, y este año en Moscú, Rusia.
Los educadores de ALOHA tratan de fomentar en los menores el espíritu de compañerismo. Para evitar la competitividad insana, permiten que cualquier alumno del programa acuda a los campeonatos, aunque no haya participado o ganado otros inferiores (regionales o nacionales).
Para el mundial de este año, el programa ALOHA presentó a 600 alumnos de más de 16 países. De España acudieron 30 niños de centros escolares de Castellón, Toledo, León, Zaragoza, Granada, Almería, Jaén, Málaga, Barcelona, Ciudad Real, Palma de Mallorca, Cantabria y Pontevedra. Nunca tantos alumnos españoles habían acudido a este certamen internacional.
Nervios durante la entrega de premios
Antes de la entrega de premios, se realizaron actuaciones por países. Isabel ha contado a este periódico cómo sus hijos subieron al escenario con el resto de niños para bailar con el resto de españoles. “Son un poco tímidos, pero ahí estuvieron improvisando”.
Tras este momento de diversión, llegaron los nervios por la entrega de premios. Los puestos salían en orden ascendente y el nombre de los hermanos no aparecía. “O todo o nada”, les dijo su madre cuando tan solo quedaba por conocer a los ganadores. Pero ellos alcanzaron el cielo en Moscú. Tanto Álvaro como Pablo quedaron primeros en su categoría.
Isabel reconoce que, en aquel momento, ella estaba más nerviosa que sus hijos. “Los niños estaban en una burbuja”, pero querían saber el resultado final. Nada más coronarse como ganadores, los dos hermanos llamaron a su familia para comunicarles la noticia. “No se lo creían, igual que nosotros”, cuenta Isabel.
Fue Beatriz, su profesora del programa ALOHA, quien animó a los menores a presentarse a la competición. “Son dos niños muy buenos y formales. Además les encanta esta actividad”, ha explicado a este periódico. Con su pasión y capacidad, Pablo y Álvaro no podían quedarse en España y perder la oportunidad de conocer otro país y otros niños. Iba a ser una experiencia “bonita y enriquecedora”.
En palabras de Isabel, han vivido “una experiencia única e inolvidable”. Todavía no se creen los resultados, pero los hermanos, que son “como uña y carne”, están encantados con que la gente se entere y les felicite por su hazaña. A pesar de la dureza del concurso, Álvaro y Pablo creen que "ha merecido la pena".
Ya que estaban en Moscú, la familia aprovechó para pasar unos días “conociendo otro país y otra cultura”. “La Plaza Roja, la tumba de Lenin, la Iglesia de Iván el Terrible... y el centro comercial más glamuroso de todo el mundo (el GUM)”. Tanto Álvaro como Pablo se emocionan al recordar los sitios que han visitado en el país en el que han obtenido su victoria.
Otros ganadores que ha dado España
El año pasado, Ignacio Bravo, de 8 años, fue el único estudiante español que participó en el mundial de cálculo celebrado en Kuala Lumpur. El menor, también de Toledo, se llevó el primer premio en su categoría. Su examen no fue perfecto como el de Álvaro y Pablo, pero consiguió contestar correctamente 67 de las 70 preguntas de la prueba.
Nacho ya había participado en otros certámenes. Ganó durante tres años consecutivos el campeonato regional de Castilla La Mancha y quedó segundo en el nacional. Al llegar al internacional, el menor tuvo que batirse contra otros 599 alumnos, consiguiendo el oro en su categoría.
En el mundial de este año, se informó que tres menores españoles habían conseguido el primer premio en sus categorías: Álvaro y Pablo Quintanero (Toledo) y Maikel Amores (Castellón). Se comunicó que los tres habían pasado la prueba sin fallos, pero se trató de un error. Desde Rusia se rectificó la información. El pequeño Maikel no se encontraba entre los vencedores.
Sin embargo, hubo otro premiado de Castilla La Mancha: Miguel Lavin, de 9 años. El menor consiguió quedar en el quinto puesto de su categoría, lo que le valió una Mención de Honor.