Conchi, la viuda negra en silla de ruedas acusada de matar a su cuarto marido, ha sido trasladada al Juzgado por la policía en volandas tras negarse a caminar, pese a que en el momento del crimen fue sorprendida de pie inmovilizando a la víctima mientras su cómplice le clavaba un destornillador hasta la muerte. Todo ello, sólo dos semanas después de casarse.
La española recién casada de 45 años detenida el pasado lunes junto a otro hombre por, presuntamente, matar a puñaladas a su marido en un aparcamiento al aire libre frente al mar en Alicante está previsto que declare este jueves ante el juez que lleva el caso.
Fuentes conocedoras del caso han informado a Efe de que tanto la mujer como su cómplice, de 58 años, han sido trasladados esta mañana al Palacio de Justicia de Alicante, en el barrio de Benalúa.
Al llegar y ver a los periodistas, la detenida ha afirmado que no podía andar por sus propios medios y que no podía salir del coche policial, por lo que los agentes se han visto obligados a llevarla en brazos hasta los calabozos de las dependencias judiciales de Alicante.
Los detenidos fueron interrogados el miércoles en la comisaría provincial de la Policía Nacional y se acogieron a su derecho a no prestar declaración.
Ambos, nacidos en la población alicantina de Onil, han permanecido en los calabozos de esa comisaría desde el pasado lunes por la noche, cuando fueron detenidos como supuestos autores del crimen.
La víctima, un santanderino de 69 años
La mujer había contraído matrimonio en tres ocasiones anteriormente, y sus dos primeros exmaridos viven mientras que el tercero falleció en un suceso violento en el que, en principio, ella no tiene relación alguna, según las fuentes consultadas por Efe.
La mujer se había casado por cuarta vez hacía 15 días con la víctima, un santanderino de 69 años que vivía en Santa Pola, y fue arrestada el pasado lunes sobre las 22 horas después de que una policía nacional fuera de servicio viera cómo sujetaba a su marido en un aparcamiento al aire libre del barrio de la Albufereta mientras que el otro arrestado le asestaba puñaladas mortales con un destornillador en el cuello y pecho.
La policía judicial de la Policía Nacional continúa con las pesquisas y baraja varias líneas de investigación, aunque ha descartado un móvil de tipo económico ya que el fallecido carecía de recursos de importancia.
En el momento de la detención la mujer, que tenía puestos unos guantes y estaba cerca de una silla de ruedas, adujo que el otro hombre, que hoy se ha negado a declarar en la comisaría, era su cuidador, aunque los agentes tratan de aclarar este extremo.