Minerva Bautista, la secretaria de Seguridad Pública de Michoacán (México), fue asaltada por un comando del crimen organizado cuando viajaba en su vehículo de vuelta a casa. La custodiaban 5 escoltas. El automóvil, un Jeepp Gran Cherokee Limited con nivel V de blindaje, recibió 600 impactos de rifles AK47, AR15 y Barrett M82 de 50 mm, cuyo poder de fuego es capaz de derribar un helicóptero en pleno vuelo. En una de las ventanillas traseras, la onda expansiva de una granada de mano estuvo a punto de reventar el coche. Dos escoltas y dos civiles murieron en el atentado, pero Minerva logró salir indemne de aquel infierno en el que 2.500 proyectiles, cuyos casquillos quedaron tirados en el asfalto, pudieron acabar con su vida.
A Julián MM la suerte le vino de cara cuando salía del banco con la nómina de la quincena de agosto. Eran las doce de la mañana en Calzada de Tlalpan, en la capital del país, Ciudad de México. Dos motocicletas se colocaron a ambos lados de su camioneta y un coche se situó al frente, obligándole a reducir la velocidad. Tras conminarle a parar, golpeando el cristal con pistolas automáticas, comenzaron a disparar cuando vieron que Julián no reducía la velocidad. La camioneta, una Chevrolet Suburbam con nivel de blindaje III, recibió cuatro impactos de bala de 9mm a la altura de la cabeza del conductor. Julián aún celebra seguir vivo.
En Ciudad de México, como en el resto de la república, se producen diariamente asaltos armados que, en muchos casos, terminan en muerte si el asaltado no responde a las exigencias del asaltante o, incluso, respondiendo.
A Emiliano GB le abordaron a las cuatro de la tarde saliendo de un restaurante del exclusivo barrio de Polanco (Ciudad de México). Conducía un Porsche 911. Un revólver indicándole que bajara el cristal de la ventanilla fue suficiente. Se llevaron el reloj, la cartera y el iPhone, pero el miedo, como las dos hostias que le dieron, ya no se lo quita nadie. El automóvil hace semanas que no lo conduce. Emiliano no llevaba blindaje en el Porsche.
El blindaje como último recurso ante el miedo
80 homicidios diarios, un número de secuestros difícil de cuantificar –la mayoría no se denuncia– y asaltos a punta de pistola en semáforos y atascos han convertido al coche blindado en ese oscuro objeto de deseo que, lamentablemente, no todos se pueden permitir.
México, según afirma el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, es el segundo país más peligroso del mundo. El primero es Siria. De la dramática situación que se vive hoy dan reflejo las cifras oficiales: 29.000 homicidios en 2017 son números que hablan más de una guerra no declarada que de violencia callejera o inseguridad ciudadana. Durante la pasada campaña electoral, 133 políticos y 50 familiares fueron asesinados impunemente, algo impensable en cualquier país que se dice civilizado, pero que, en México, forma parte de lo cotidiano. En este sexenio de mandato del presidente Peña Nieto, que finaliza el próximo 30 de noviembre, 40 periodistas corrieron la misma suerte, situando a México en los puestos de honor del ránking de reporteros asesinados. Pero aquí nada se mueve excepto el dinero y la miseria.
Por esto, las ventas de vehículos blindados suben cada año. En este periodo, se calcula el aumento en un 25% con un volumen de fabricación actual de 3.284 vehículos blindados, según datos facilitados por la Asociación Mexicana de Blindadores de Automóviles (AMBA). Y, en contra de lo que parecía lógico, no todos estos vehículos pertenecen a políticos ni son flotas de gobiernos. “El mayor porcentaje, un 70%, lo representa el sector privado”, cuenta a EL ESPAÑOL Ricardo Reyes, director general del grupo ETB, una de las compañías más solventes del sector, y blindador oficial de las marcas Jaguar, Range Rover y Volvo. ETB es la encargada del mantenimiento y seguridad del Papa Móvil cuando su Santidad viaja a México. “Por filosofía de empresa, nosotros no vendemos a gobiernos. Solo a la iniciativa privada”.
Con cifras de inseguridad alarmantes y una gran parte del territorio nacional en manos del crimen organizado, se ha generado un clima de creciente miedo entre los ciudadanos a sufrir un asalto o secuestro en plena calle. El coche blindado es una isla de protección en medio de un paisaje que, más allá de los barrios exclusivos, es desolador. Una protección que desaparece en el momento en el que se abren las puertas y el ocupante sale al exterior.
El cliente medio es el ciudadano de a pie: madres, hijos, abuelos
“Antes eran políticos los que necesitaban protección, y ahora ellos buscan esa seguridad para su familia. Hoy, nuestro cliente es un ama de casa que cada mañana lleva los niños a la escuela, o el hijo que empieza a conducir y al que temes que un día te llamen para decirte que lo balearon. En México, el 95% de las personas que utilizamos el coche somos vulnerables ante los delincuentes”.
De similar opinión es José Eduardo Llanos, director general de la Compañía Global Armor. “Creemos que el incremento en la demanda está asociado a los indicadores de crecimiento de la población, crecimiento del PIB, crecimiento de los índices de seguridad y su percepción”. En términos de riesgo, las personas en general quieren mayor tranquilidad en sus desplazamientos y buscan prevención, lo que es una percepción o conciencia del riesgo mayor.
Una situación de inseguridad que, sin embargo, contrasta con la decisión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de disolver los seis mil efectivos que hasta ahora componen el Estado Mayor Presidencial. Un cuerpo de élite encargado desde tiempos de Madero de la seguridad del presidente, su familia y la de los mandatarios internacionales que viajan a México. “A mi me cuidará el pueblo”, repite una y otra vez cuando se le aconseja mantener un servicio de escolta armado y transporte blindado. La utopía en la que parece vivir el nuevo presidente no solo pasa por creer que el pueblo le protegerá del crimen organizado, la guerrilla y los enemigos políticos o económicos, sino por idear un equipo de 20 personas, diez mujeres y diez hombres, ajenas al mundo de la seguridad, que serán quienes le acompañen en los desplazamientos y no irán armados.
“Es una irresponsabilidad –comenta Ricardo Reyes de ETB-. No es a Andrés Manuel López Obrador a quien hay que proteger, sino al presidente de la república, y en una situación como la actual es irresponsable que el Jefe del Estado esté desprotegido. Yo espero que cambie de opinión y permita que le cuiden”.
Cada vez más ventas a 33.000 dólares por coche, de media
No solo la inseguridad ciudadana es decisiva a la hora de planear la compra de un automóvil blindado. La desconfianza en la economía o en el futuro político que se cierne sobre el país parecen determinantes. “Lo que si puedo decirle es que desde el triunfo electoral de López Obrador han crecido significativamente las ventas”.
El coste medio del blindaje de un automóvil dependerá en gran medida del modelo de vehículo y del nivel de protección que se necesite. No es igual blindar un Range Rover que un Golf. Pero, primero, hay que evaluar los riesgos. Ante una situación de riesgo, lo primero es hacer una evaluación previa y decidir que seguridad se precisa. “Lo peor que se puede hacer es llegar con miedo al concesionario –comenta Ricardo Reyes, de ETB-. Se toman decisiones precipitadas y es fácil que te engañen”. Un automóvil con nivel III, el más demandado, evitará que los proyectiles de pistolas de 9mm, los de Uzi o Beretta semiautomáticas, penetren en el habitáculo. Suficiente para los sustos en la ciudad.
El precio del blindaje ronda los 33.000 dólares (algo más de 28.000 euros), dependiendo del modelo de auto, y permitirá al usuario desplazarse con absoluta tranquilidad en los interminables atascos de tráfico de Ciudad de México. Un nivel V que te protege de los disparos de AK47 o similares -utilizados por el crimen organizado para atentados o secuestros- puede llegar a los 150.000 dólares y pueden incluir accesorios como rociadores de gas mostaza que paralizan al atacante, tiradores de las puertas electrificados, ruedas que circulan después de ser baleadas, equipos de comunicación....
Dos meses de blindaje
Lo habitual a la hora de comprar pasa por enviar el coche elegido a la compañía que realizará el blindaje. Lo aconsejable es seleccionar correctamente al vendedor y supervisar los materiales que se emplean, ya que puertas, cristales, techo, postes, suelos, bisagras, frenos o amortiguadores se desmontarán y sustituirán en un trabajo prácticamente artesanal que se prolongará por dos meses. Para el blindaje se utilizan materiales de primeras marcas como Dupont, fabricante de fibras balísticas, o SSAB, de aceros balísticos.
“Gracias a los avances tecnológicos hemos reducido significativamente el peso de los vehículos con materiales como al Klevar que han sustituido a los paneles de acero. Hoy podemos blindar cualquier modelo; desde un Wolkswagen Golf a un Mini Cooper. Ahora los coches tienen buena potencia incluso con cuatro cilindros. Ya no es necesario tener un motor V8 y 500 caballos”.
El director general de Global Armor, fabricante de vehículos para uso privado y del gobierno, considera que: “Entre mayor es el coche, mejores características de motor y estructura debe tener. En teoría cualquier vehículo puede ser blindado en nivel II, el más liviano. Lo aconsejable es que siempre se realice un estudio de factibilidad, que realizan por lo general empresas Certificadas ISO 9001-2015, como la nuestra”.
Coches fabricados especialmente para México
La otra opción es comprar autos blindados directamente de fábrica. Audi produce en México para todo el mundo el modelo Q5 con certificado balístico VR4a de la EU. El precio aproximado de este modelo, dependiendo de extras, es de 85.000 dólares. Mercedes Benz hace lo propio con modelos de la Serie E, S y GLE y GLS cuyos precios de venta comienzan a partir de los 100.000 dólares y se adquieren en concesionarios oficiales con plazos de entrega de tres a seis meses con diferentes formas de financiación, incluso con posibilidad de leasing deducible de impuestos.
Hoy en día cualquier persona con capacidad económica puede adquirir un vehículo de estas características. No hay normas legales que impidan la compra de un coche blindado al crimen organizado, más allá del control fiscal. “Estamos obligados a registrar cada vehículo así como a tener la documentación de ley sobre quién es el usuario –aseguran en Global Armor-. Cualquier persona puede comprar, siempre dentro de los términos que contempla la Ley, en cuyo caso se exige la documentación pertinente, en especial la fiscal para la prevención de Lavado de Activos y el registro y certificado de la unidad y propietario ante la Secretaría de Seguridad Pública”.
En un nivel III, el peso que se le agrega al vehículo se ha reducido al equivalente a dos adultos, prácticamente imperceptible, a no ser por el consumo, que se eleva en un 20%. Pero en un nivel de blindaje V el peso total puede llegar a los 4.000 kilogramos y su velocidad punta se verá seriamente comprometida. Como contrapartida al precio, el peso, el mayor consumo de gasolina y el menor rendimiento del motor, un automóvil con estas características de protección blinda ante la muerte. Lo saben bien Minerva Bautista, Julián, Emiliano y tantos otros, que diariamente circulan por calles y carreteras de México sintiéndose protegidos, sabedores de que el mundo en el que viven es cada día más peligroso.