“Lo veías por las noches, a las dos o las tres de la mañana, escondido detrás de los armarios o de repente te lo encontrabas en la cama sentado”. Los niños que habitaban el Seminario Menor de La Bañeza, en León, temblaban de miedo bajo sus sábanas ante la visión de una pesadilla hecha realidad. Antes que ellos, los aterrados fueron los niños del colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria, en Zamora. El protagonista de los temores más profundos de los pequeños era José Manuel Ramos Gordón, un sacerdote que se aprovechaba de la oscuridad y el silencio de la noche para abusar sexualmente de ellos.
Esto sucedió durante los años 80, aquella década de cabello alborotado y vestimentas futuristas. Chema, como le gustaba al cura que le llamasen, nunca llegó a reconocer con claridad el delito, pero gracias a las denuncias de sus víctimas, 30 años después de los hechos, el Vaticano ha verificado y penado por primera vez un caso de pederastia. José Manuel ha sido condenado este lunes a diez años de inhabilitación de sus funciones como sacerdote y a vivir en un monasterio fuera de la diócesis de Astorga, donde cometió los abusos.
Esta ha sido la resolución tomada por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede a la investigación de dichos hechos, ya que consideran probados los hechos denunciados por la víctima y, por tanto, reconoce la comisión de un delito grave de abusos sexuales a menores tipificado en el canon 1395, según ha explicado este lunes en una rueda de prensa el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez.
Asimismo, la Congregación también ha notificado que una vez pasados los diez años, el sacerdote podrá volver a la Diócesis para residir en la Casa Sacerdotal y sólo podrá celebrar la eucaristía fuera de la Casa con autorización del Ordinario.
No se le impone la pena máxima
Menéndez ha reconocido que es una pena canónica "muy dura" pero ha aclarado que al sacerdote acusado no se le ha puesto la pena máxima, que sería la expulsión definitiva de la Diócesis, porque es un hecho que cometió hace 30 años "y en su ejercicio de la profesión posterior no se han producido problemas".
El obispo de Astorga ha apuntado que ha sido él mismo el que ha informado de la decisión adoptado al sacerdote y a la víctima, a la que le ha expresado su "dolor" por la gravedad del delito cometido y le ha pedido "perdón" en nombre de toda la comunidad diocesana. Además, se ha puesto a su disposición "espiritual y humanamente" para todo lo que le pudiera ayudar.
La víctima pide indemnización económica
Al respecto, Menéndez ha indicado que la víctima le ha pedido reabrir el caso y una indemnización económica, pero ha explicado que no tiene la potestad para poder hacerlo. De hecho, ha apuntado que los procesos canónicos "no se reconocen judicialmente".
José Ramón Gordón, que según el obispo "no aclaró lo suficientemente si había cometido el delito o no", también está acusado de cometer abusos sexuales en el Seminario Menor de La Bañeza (León) en el curso 1988-1989, que sí reconoció, pero por el momento la Congregación no ha dado la resolución de ese caso.