¿Dónde estaba Santiago Abascal tal día como hoy hace 20 años? "Pues en el mismo sitio que hoy, en Amurrio, el pueblo en el que me crié. Vengo cada año", le cuenta a EL ESPAÑOL desde su patria chica. Un año más, vuelve a sus orígenes para celebrar la Hispanidad. Lo que sucede es que la situación ha cambiado mucho en el País Vasco desde entonces. En los 80 y en los 90, ETA amenazaba y mataba a todo aquel que pensase como los Abascal. Ellos, sin miedo, organizaban cada día 12 una misa, un partido de fútbol y una comida. A pesar de que podía suponer que los matasen. 

Y es que la política y la muerte fueron un elemento central en la vida de Santi Abascal "desde que yo recuerdo", explica. Cuentan que una tarde, allá por el año 2000, fue a buscar a su novia. Aparcó en la puerta del bloque de la chica como hacía cada tarde. Pero ese día salió el presidente de la comunidad de vecinos a recibirlo. Le pidió que no volviese a estacionar allí delante, “porque si te ponen una bomba en el coche se va a dañar la fachada”.

Santi Abascal con su hijo en una foto colgada en Instagram, red social donde es especialmente activo

Así forjó su carácter Santiago Abascal (Bilbao, 1976). Aquel jovencísimo edil popular curtido en la etapa más dura del País Vasco lidera ahora su propio partido y es el personaje de moda en la política española. Ahora ya no matan a gente en el País Vasco ni hay partido en Amurrio el 12 de octubre, pero Abascal sigue La cabeza de VOX, el partido más a la derecha del tablero, ha hecho aflorar los nervios en diestra y siniestra. Desde la izquierda advierten de los peligros de la irrupción de la ultraderecha. Desde la derecha temen que VOX provoque una fragmentación en su electorado… y que le rasquen un buen puñado de votos.

Fachas

Cerrar las puertas de España a la inmigración, suprimir las autonomías, derogar la ley de memoria histórica o devolver a Echenique a Argentina son algunas de las propuestas de un proyecto que consiguió abarrotar Vistalegre el pasado domingo. Un éxito sin precedentes de la derecha más derecha tras la llegada de la democracia.

El fenómeno VOX explota en España justo cuando el avance de los populismos de derechas parece imparable por todo el mundo. Desde Matteo Salvini en Italia, hasta Donald Trump al otro lado del charco, este tipo de propuestas calan en un electorado cada vez más decepcionado con la clase política. En todos los casos el líder es un personaje carismático, impulsivo, con discursos incendiarios con la inmigración como uno de sus principales caballos de batalla.  

¿Quién es Santi Abascal?

En España, esta figura es Santiago Abascal Conde. Un licenciado en sociología que va por la calle armado con una pistola. Un hombre que defiende la familia tradicional a pesar de estar divorciado. Alguien que escribió sus memorias antes de cumplir 40. Que está casado con una influencer (Lidia Bedman), que entra al trapo en cualquier polémica en redes y que, cuando sale a correr, (el deporte es una de sus grandes pasiones) se sube a los toros de Osborne que encuentra por el monte. Literalmente.

El 'Le Pen español'. el 'Blas Piñar del siglo XXI', el 'Putin ibérico' o incluso 'Abascal of Duty' (un juego de palabras con el videojuego bélico Call of Duty) son algunos de los apodos que se han escrito en redes sobre Abascal. El que le compara con el presidente ruso le hace especial gracia. Su imagen de deportista, la afición por las armas, sus conocimientos de escolta y su carácter son los puntos en común. Abascal ríe y regatea: "No tengo a ninguno de esos tres como referente. ¿Yo el Putin ibérico? El único modelo que tengo, al único que quiero parecerme es a Santiago Abascal Escuza, mi padre", contesta evasivo.

Nació en Bilbao pero se crió en Amurrio, un pueblo de 8.000 habitantes de la zona más nacionalista de Álava. El niño Abascal creció en el seno de una familia con tradición política local. Su abuelo Manuel fue alcalde de Amurrio en 1963, “nombrado por el Gobernador Civil bajo amenaza de llevarlo al calabozo”; cuenta el propio Santi.

El hombre al que le pintaron los caballos 

Su padre, Santiago Abascal Escuza, fue el siguiente de la saga. Un histórico miembro de Alianza Popular primero y del PP vasco después. Ejerció la política local durante 35 años. Durante todo este tiempo sufrió ataques y amenazas de muerte por parte de ETA y su entorno. Santiago Abascal Escuza pagó un alto precio por oponerse a los abertzales. Tenía una tienda de ropa y se la quemaron. Tenía caballos y, un mal día, aparecieron pintados con spray. Como una venganza mafiosa. Frases como “Te queda poco tiempo de vida” fueron los mensajes que encontraron pintados en el lomo de los animales.

A pesar de eso, la familia Abascal organizaba en Amurrio cada 12 de octubre, en los 'años del plomo', un partido de fútbol, una misa y una comida que reunía a lo más granado de Allianza Popular (y luego del PP) de España. Por cosas como estas, a los 3 Abascal (abuelo, padre e hijo) los intentaron matar. No lo consiguieron. A Estanislao Galíndez, el cartero de su pueblo y buen amigo de la familia, sí que lo asesinó ETA cuando el pequeño Santi tenía sólo 9 años. También a Manuel Indiano, vendedor de golosinas y consejal del PP en Zumárraga. Esas muertes fueron los detonantes que le llevaron a decidir ponerse en la primera línea política.

Los Abascal organizaban un partido cada 12 de octubre. Santi es el primero por la derecha de la fila superior

En ese duro contexto se crió Santi. Espoleado por las circunstancias adversas, enseguida se interesó por la política y siguió los pasos de su padre. Cuando ser del PP en el País Vasco significaba poco menos que llevar una diana pintada en la cara, él se afilió al partido en cuanto cumplió la mayoría de edad. El conflicto vasco no le amedrentó. Al contrario, siempre se mostró beligerante contra el movimiento abertzale. “Santi siempre tuvo ese carácter. Siempre se sintió muy español y no se escondió. Creció en los peores años del País Vasco. Los que nos oponíamos al nacionalismo vasco, especialmente los miembros del PP, pasamos auténticas perrerías”, cuenta su buen amigo Carlos Iturgáiz, con quien coincidió en las filas populares en sus inicios.

El protegido de Esperanza Aguirre

Su fulgurante carrera empieza con 23 años, cuando consigue un acta de concejal en el Ayuntamiento de Amurrio. En el año 2000 es elegido presidente de las Nuevas Generaciones del PP en el País Vasco, cargo que desempeñó hasta 2005. Un año antes ya había entrado en el Parlamente vasco en sustitución de Carlos Urquijo.

"En aquella época iba los domingos a jugar a fútbol con escolta. No podía jugar siempre, por aquello de no repetir horarios. El escolta me preguntó si éramos pares o impares. Acabó jugando con la mochila y las armas dentro. Cuando le dije que dejase la mochila, se encaramó en un árbol, plantó allí las armas y siguió jugando", recuerda Abascal. 

Con Jaime Mayor Oreja, uno de sus principales referentes y mentores políticos

Su carrera política siempre estuvo ligado a la línea más dura del PP, y especialmente a un nombre: Esperanza Aguirre. De ella se ha dicho que es su mentora y protectora. No en balde fue la que le nombró director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid en 2010. Ese mismo año se divorció de su primera mujer con la que tuvo dos hijos. Con su actual pareja, la bloguera Lidia Bedman, ha tenido otros dos.

Como director cobraba más de 80.000 euros al año. Después fue puesto al frente de la Asociación por la Defensa de la Nación Española (DENAES), una fundación por la que también percibía dinero público. Cargos y sueldos que en la actualidad están sirviendo a sus detractores para echarle en cara sus críticas “a los chupópteros que llevan toda la vida viviendo del erario público”, como él mismo dijo. Él niega que nadie lo pusiera al frente. "Es una fundación que yo creé hace tiempo. NO tiene nada que ver".

Nace VOX

En 2013, desencantado con la deriva moderada de su partido y ávido de liderar su propio proyecto, funda VOX acompañado de otras figuras del PP en su misma situación. Ortega Lara o Aleix Vidal-Quadras son algunos de los nombres que le acompañaron en aquel experimento.

Acto de Vox en Vistalegre. EFE.

VOX tardó en arrancar, contrariamente a los otros partidos que aparecieron en aquellos tiempos como alternativas a las formaciones tradicionales. Con su propuesta con la que se definían abiertamente de derechas, VOX no obtuvo de inicio el éxito de Ciudadanos o Podemos, pero los frutos han llegado más tarde. Ahora, 5 años después de su fundación. VOX emerge como una propuesta que ha conseguido influir en los discursos de los partidos con representación parlamentaria. Las encuestas le auguran medio millón de votos, cerca del 1,4 por ciento.

Sus ejes programáticos pasan por poner todas las trabas posibles a la inmigración, suprimir las autonomías, actuar con contundencia en el conflicto catalán encarcelando, por ejemplo, a Quim Torra. VOX ha conseguido lo que parecía casi imposible: que haya vida a la derecha del PP.

La actual estructura del partido poco tiene que ver con la de su fundación. Y es que esta es otra de las cuestiones que lleva la marca de VOX desde sus inicios: las deserciones que se han ido dando. Muchos de ellos salen con diferencias irreconciliables con Abascal. En la confección de este perfil han sido varias las personas que estuvieron próximas a Santiago en algún momento, pero que han declinado participar: “Yo con Abascal no acabé bien y prefiero no decir nada” ha sido la respuesta más repetida.

¿Esto quién lo paga?

Una de las principales dudas que ha surgido en torno a VOX es la procedencia de su financiación. Como decía el escritor Josep Plà: “I això quí ho paga?” (“Y esto quién lo paga?”). Sus adversarios políticos no han perdido el tiempo. Esta misma semana, desde el PP apuntaban que el partido de Abascal es financiado por Le Pen y por la ultraderecha alemana, desde donde interesaría que el movimiento populista de derechas arraigase en España con la misma fuerza que en esos países. Incluso aseguran que el acto de Vistaalegre se pagó con esos fondos. Desde VOX lo niegan. Dicen que ese acto costó 90.000 euros y fue financiado mediante crowdfunding.

Santiago Abascal Escurza (izquierda), padre de Santiago Abascal Conde (derecha) fue su principal referente político ESRadio

Sobre las cuentas de VOX, la periodista Inés Calderón explicaba el pasado domingo en El Objetivo que la financiación procede esencialmente de los afiliados y las donaciones. Del casi medio millón de euros (463.528 euros) que disponen, 272.275 son aportados por los afiliados, la principal fuente de financiación. 189.763 euros los reciben en concepto de donaciones. 1.489 euros en otros conceptos y 0 euros en subvenciones. Ni un duro… al menos por el momento. El motivo es que no tienen representación parlamentaria. Unas subvenciones a partidos que, por cierto, prometen suprimir si algún día llegan a mandar. No obstante, reconocen que si consiguen representación parlamentaria y les corresponden subvenciones, no las rechazarán porque sería “jugar en desigualdad de condiciones”.

¿A quién le interesa VOX? (Operación Soraya 2)

La eclosión de VOX tiene ciertos paralelismos con la reciente popularización de otros partidos como Podemos. Sobre los de Pablo Iglesias siempre ha flotado la sospecha de una pseudocampaña mediática que es conocida como “Operación Soraya”. En resumen venía a consistir en que Soraya Sáez de Santamaría estaba interesada en fragmentar el electorado de izquierdas, y que por eso favoreció la aparición constante de Pablo Iglesias y su partido en los medios de comunicación. Para medrar en los votos del PSOE y debilitarlo.

Son muchos los memes que circulan sobre Santi Abascal, como esta parodia del videojuego bélico "Call of Duty'

Ahora se habla de un proceso casi calcado pero antagónico. Es decir, que ahora es el PSOE el que está interesado en dividir al electorado de derechas. El golpe de timón del PP con el cambio de líder, la consolidación de Ciudadanos como una alternativa de poder y la fragilidad aritmética de los socialistas en el gobierno hacen que les interese una fuerz que reste votos a populares y naranjas. Y se han dado cuenta que por el único lugar por el que les pueden rascar votos es por la derecha. Recoger a los votantes de derechas desencantados con el PP que consideran a C’s un partido demasiado moderado es el caladero de VOX. Y, según cuentan personas afines al partido de Abascal, ha sido el propio PSOE el que ha fomentado la aparición de VOX en los medios. La llamada “Operación Soraya 2”, sin que Soraya Sáez de Santamaría tenga esta vez nada que ver.

Facha

¿Es VOX de extrema derecha? La pregunta suena a perogrullada, pero en el partido rehúyen de esa etiqueta. "Es una etiqueta injusta, pero sólo te voy a decir que proviene de la extrema izquierda y de los separatistas", se defiende. A pesar de que sus postulados son casi calcados a los del resto de actuales formaciones populistas de derechas, Abascal sabe que para llegar a la mayor parte del electorado tiene que medir sus intervenciones y sus posturas en público.

Sin embargo, cansado de que le tilden de 'facha', ha decidido casi reivindicar esa palabra. “Si queréis a vuestra patria... fachas. Si amáis a España... fachas. (...). Cada vez que nos llamen fachas es una medalla que nos colgamos”, concluía un speech de casi 3 minutos el domingo en Vistaalegre.

Son estos discursos de exaltación patriota con tintes épicos los que han enardecido a unas masas ávidas de un líder de estas características. Y de un partido que se mueve con comodidad en la delgada línea que separa la originalidad de la extravagancia. Nadar el estrecho de Gibraltar para poner una bandera de España en el peñón de Gibraltar es sólo una muestra de las estrategias de VOX para obtener visibilidad. Los que proceden de la vieja política se echan las manos a la cabeza ante algunos de estos comportamientos. Auguran, tanto en PP como en C’s, que el soufflé se acabará pinchando porque no es un partido serio y porque esa forma de hacer política no llega a ningún lado. Igual que nadie creía que Donald Trump acabaría presidiendo los Estados Unidos.  

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