A David El Miura lo esperaban la noche del sábado en la sede de su club motero llamado No Surrender (‘No rendirse nunca’ en inglés). Él era el presidente del capítulo de Tarragona, y sus compañeros habían preparado la fiesta del Oktoberfest en su sede de Olesa. Pero El Miura no llegó. Su pareja, Meritxell, acabó a tiros con su vida la noche de antes.
Poco se sabe de lo qué pasó la noche del viernes 12 en el número 18 de la calle de Joan Alcover, en El Vendrell (Tarragona). Una gran casa con piscina en una urbanización a las afueras. Allí residía David con su pareja Meritxell y allí lo mató ella tras pegarle varios tiros con una escopeta. Ella sabía manejarla; era aficionada a las armas de fuego y poseía licencia. Después de tirotear a su novio, la homicida huyó hasta el municipio de Cunit donde vive su hermana. Allí la detuvieron los Mossos d’Esquadra como presunta autora material del crimen.
"Hola y adiós"
En la urbanización nadie sabe nada. Los vecinos sólo van los fines de semana. No es una zona residencial sino de veraneo. Nadie en el barrio tenía apenas relación con la víctima ni con su asesina. “Hola y adiós, poco más”, aclara uno de los vecinos. “Él era muy aficionado a las motos, tenía una BMW y una furgoneta que casi siempre aparcaba mal. Saludaba, era muy correcto. No sabemos nada mas”.
El Miura no fumaba ni bebía. Se había tranquilizado mucho en los últimos años y llevaba una vida sana, según fuentes de su entorno más próximo. Tenía bien ganado su apodo de El Miura, por corpulento e impulsivo. Una persona visceral que arrastraba antecedentes penales por agresión de su época de juventud. Pero al parecer esos episodios pasaron a la historia. David se había calmado y estabilizado. Su trato era afable con todo el mundo. “En el bar siempre pedía un café con leche, nunca lo veías bebiendo birras ni cubatas. Hablaba con todo el mundo con mucha educación y se había quitado hasta las redes sociales”, declararon a EL ESPAÑOL fuentes próximas al finado.
David había trabajado en gimnasios. Ahora no se le conocía ninguna ocupación. Ni a él ni a su pareja Meritxell, de 38 años. En público, la relación parecía idílica: “No se les veía nunca pelear. Es más, estaban siempre de broma. Se llevaban mejor de lo que me llevo yo con mi novia”; confiesa un joven que coincidía a menudo con él en un bar.
Extraña relación
La pasión de El Miura eran las motos y había sido nombrado presidente del capítulo tarraconense de No Surrender. Se trata de un club motero de origen holandés que cada vez tiene más arraigo en España y especialmente en Cataluña. El Miura era una figura muy conocida en el ámbito motero español. Ostentaba el cargo de Delta North Spain. Meritxell también participaba de algunas de estas actividades del club. “Sabíamos que la chica era aficionada a las armas y que tenía licencia. Que tiene mucho carácter. Pero claro, nunca te la imaginas capaz de hacer una cosa así”, cuentan sus conocidos.
Fuentes próximas a la pareja apuntan que la relación era, cuanto menos, extraña: “Ella fue pareja de un familiar de David antes de estar con él. A ese chico también lo veíamos mucho por la casa como si vivieran los tres juntos. Era bastante extraño. En realidad se veía mucho movimiento siempre en esa finca. Mucha gente joven entrando, saliendo... Se dice por el barrio que había droga y armas ahí dentro, pero eso no lo sé. Siempre decíamos que el día que pasase algo en esa casa iba a salir en las noticias” dice una vecina. Y la funesta predicción se ha acabado cumpliendo.
Varios tiros que lo dejan agonizando
Cuentan que ella le había pedido un hijo con insistencia, que eso era lo único por lo que los habían visto discutir, pero se desconoce si eso tuvo algo que ver. Eran celosos con su vida privada y nadie imaginaba que tenían conflictos tan profundos. Sólo Meritxell sabrá por qué la noche del viernes, tras una violenta discusión, agarró una escopeta y disparó a El Miura desde una distancia corta. Faltaban pocos minutos para las 20.30 horas cuando ella le descerrajó varios disparos en el tórax y las extremidades que dejaron a El Miura herido de muerte. Ella misma llamó a las asistencias y huyó del lugar.
David no murió en el acto. No surrender. Aguantó, pero esta vez no lo suficiente. Cuando llegó la ambulancia se lo encontró en estado crítico. Las heridas revestían mucha gravedad. Los facultativos no pudieron hacer nada por salvar su vida y certificaron su muerte poco después del incidente.
Huye a 15 kilómetros
Meritxell, consciente de la gravedad de lo que había hecho, pretendió refugiarse en su familia. Huyó hasta el municipio de Cunit, a unos 15 kilómetros de El Vendrell. Allí reside su hermana y allí se escondió hasta que los Mossos d’Esquadra dieron con ella y se la llevaron detenida.
La conmoción en el mundo de los clubes moteros es total. En No Surrender le esperaban para presidir la celebración del Oktoberfest. Pero hoy no habrá cerveza. La fiesta se ha cancelado. “Estamos en shock”, cuentan desde el club, donde han decidido reunirse igualmente, pero para velar a El Miura, que no se quiso rendir.