Sandra Martín Cortés acudió al Hospital de La Salud de Cádiz para someterse a un reafirmamiento mamario y a una abdominoplastia (reducción de abdomen). Pasó ocho horas en el quirófano. De hecho, salió de él. Estuvo 45 minutos en la sala del despertar y fue trasladada a planta. Poco tiempo después, fallecía sin que los servicios médicos pudieran hacer nada por su vida. Se desconocen todavía las causas de su muerte y, Álvaro Illesca, abogado que lleva el caso, no se atreve a hablar de negligencia médica: el informe inicial de la autopsia realizada por el departamento de Anatomía Patológica del Instituto de Medicina Legal de Cádiz no ha sido capaz de determinar la causa del fallecimiento. 

El caso, por tanto, está abierto. A los ojos de sus allegados, es extraño por la manera de vivir que tenía Sandra Martín. A sus 33 años, estaba en la flor de su vida. Tenía dos hijos de 12 y 14 años respectivamente (ambos seguidores del Real Madrid), no fumaba, no bebía y hacía deporte. Era una madre ejemplar. Trabajaba en la tienda de alimentación que tenía junto a su marido y “no tenía ningún mal hábito”, según reconoce su abogado en conversación con EL ESPAÑOL. 

Nadie hacía presagiar que algo pudiera ir mal. Sandra acudió al Hospital de la Salud la última semana de octubre. Su único problema residía en que padecía de plaquetas bajas. Nada más. Pero desde el centro médico se aseguraron de que eso no fuera un problema. Le pidieron un informe, entre otras cosas. “Ella reunía todos los requisitos para someterse a una operación que está a la orden del día”, explica su abogado.  

Sala del hospital donde se operó Sandra.



Sandra, por tanto, ingresó en la clínica privada para someterse a la operación. Le informaron de que iba a estar ocho horas en quirófano. Y, en efecto, así fue. Después, los médicos le informaron a sus familiares de que iba a pasar por la sala del despertar y subiría a planta. Estuvo 45 minutos allí y después le dieron habitación. Ella le dijo a su marido que estaba cansada. Fue lo último que escucharon sus familiares, que se dieron cuenta de que no respiraba y llamó a la enfermera. Durante casi una hora, intentaron reanimarla, pero no lo consiguieron. 

La autopsia se la realizaron el día 1 de noviembre en el departamento de Anatomía Patológica del Instituto de Medicina Legal de Cádiz. No consiguieron determinar las causas del fallecimiento por lo que, de momento, no se puede hablar de la existencia de una negligencia médica por parte del centro médico. En el hospital, en un comunicado, tras revisar los procedimientos, sólo dicen que se siguieron los protocolos. EL ESPAÑOL trató de ponerse en contacto con el gabinete de prensa del mismo. Nos remitieron a llamar al día siguiente. De momento, no hay más palabras. 

Ahora, la investigación sigue su curso en el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla. Allí se han enviado pequeñas muestras de órganos vitales (corazón, cerebro, hígado y pulmón), según publica El Diario de Cádiz. Y allí, también se le realizarán pruebas de patología para intentar determinar la causa de su muerte. Unas pruebas que se repetirán en un plazo de 20 días para esclarecer las causas que pudieron llevar a Sandra a fallecer tras pasar por el quirófano. 

El misterio en torno a su muerte, por lo tanto, es total. De momento, sus familiares guardan cautela. Hasta que no conozcan la causa exacta, no iniciarán ninguna acción legal contra el Hospital de la Salud. Esperarán a ver qué concluye el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla y después irán hasta el final, si es preciso, según confirma Álvaro en conversación con este periódico. Las dudas, en cualquier caso, están ahí y esclarecerán en el próximo mes. 

La única certeza, de momento, es la que ofrecen los hechos. Sandra acudió a la clínica a realizarse una operación de reafirmamiento mamario y a una abdominoplastia (reducción de abdomen). Pasó por el quirófano y, una hora después, falleció. A partir de ahí, queda por saber el porqué ocurrió. ¿Cómo es posible que pasara sólo 45 minutos por la sala de despertar o que se asfixiara en planta? He ahí la cuestión...