"¡Adelante! Aventuraos en esta historia totalmente real, en la cual os sumergiréis en un mundo bastante desconocido, sobre todo para las personas que no conocen el hervidero de Satán y sus secuaces. Rodeados de muchas historias, injusticias, drogas, mujeres y alcohol, pero ante todo de muchísimo compañerismo. Desde mi entrada a la Legión Española os adentraréis en las entrañas del mismísimo diablo página a página hasta descubrir un Guantánamo español con un final inesperado. UNA HISTORIA REAL, CAUTIVADORA, SENCILLAMENTE ABRUMADORA (sic)".
En 2017, el legionario José Luis Gallego Sánchez, alias 'El Pitillo', 40 años de edad, cuya presencia era frecuente en los grupos de extrema derecha en Castellón, se quitó la boina, se sentó en una silla y se puso a escribir. Se trataba de un libro sobre su experiencia en la Legión, como bien define el resumido y sobrio párrafo que da inicio a este texto. Lo contaba todo en ese libro, excepto lo más importante: se olvidó de relatar la versión desconocida, su otra cara, el rostro del maltratador, del estafador y del atracador.
Al año siguiente de publicar el libro, José Luis asesinó a Eva Bou, su mujer. Después puso tierra de por medio y huyó de España hasta llegar a Argentina.
La historia de Eva Bou se ha terminado de resolver esta semana con la detención de quien había sido su pareja durante años. A José Luis se le había perdido la pista en el Aeropuerto de Barajas hace un par de meses, cuando apareció el cadáver de la víctima en su propia casa de Borriol (Castellón). Tenía 35 años.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes de la investigación, hacía varias semanas que dos agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón habían viajado al norte de Argentina. Tenían bastante claro que el hombre que buscaban se había ocultado allí.
Oculto en el otro lado del mundo
Las pesquisas incesantes de los tres últimos meses acabaron haciendo que los agentes posasen su dedo en la región note del país latinoamericano. Concretamente, sus ojos se dirigieron a Posadas, la capital de la provincia de Misiones.
En colaboración con la policía Argentina, lograron situarle en tal lugar. El Pitillo, huyendo del crimen que había cometido, habría cogido un vuelo desde Barajas a Buenos Aires. Ya allí, se hizo con un coche y se echó a la carretera, recorriendo los caminos adecuados hasta llegar a una región ignota en plena selva. Allí le detuvieron esta misma semana.
El día que encontraron muerta a Eva Bou, José Luis ya se había esfumado a toda velocidad de la casa que compartían, de Borriol y hasta del país.
El viernes 7 de septiembre fue el día en que los familiares de la víctima avisaron a la Policía Local de Castellón. Hacía días que no sabían nada de ella. Esa noche, los agentes se acercaron al número 4 de la calle de San Bartolomé.
La puerta estaba cerrada. Al abrirla se encontraron el cuerpo de Eva. Llevaba días muerta. Lo supieron por el avanzado estado de descomposición del cadáver. La causa de la muerte, según la autopsia, los golpes y las puñaladas recibidas en diversas partes de su cuerpo.
Como los días anteriores, la familia trató de localizar a José Luis. No tuvieron éxito. La Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción número 2 de Castellón se metieron de lleno en la investigación. Tampoco ellos lograron nada. Era una señal inequívoca. Con el paso de las semanas, advirtieron que su huida coincidía en el tiempo con el momento del fallecimiento de Eva, y por eso comenzaron a seguir sus pasos hasta dar con ellos.
Ahí supieron que no se trataba de una muerte al uso, sino que lo que tenían allí delante era un asesinato. Por eso activaron el protocolo de violencia de género. Por eso se pusieron a buscar al legionario. Perilla, gafas de sol oscuras, estatura media, los brazos brazos cincelados tras veinte años en el cuerpo y el cerebro repleto de la carcomida ideología de la extrema derecha con la que se le vinculaba en Castellón.
Un pasado como delincuente
'El Pitillo' llevaba años siendo un auténtico prenda: entre sus antecedentes, delitos de estafa y atraco. Entre estas perlas constan varias detenciones por entrar desvalijar casas de la zona.
José Luis había sido también condenado por malos tratos a su ex mujer. Ella le había denunciado y él había sido condenado por ello. Ahora, era la pareja de Eva Bou, pero las cosas tampoco iban demasiado bien. Los allegados a la víctima denuncian el calvario que la mujer había vivido en los últimos meses. Le pegaba constantemente.
A los 18 años, José Luis se había alistado voluntariamente en la Legión Española. Concretamente, en la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII. Luego lo contó todo en el libro. El original, según ha podido saber EL ESPAÑOL, fue escrito en colaboración con la víctima meses antes de matarla.
A día de hoy, la familia de Eva y su entorno continúan destrozados. La mujer trabajaba en un supermercado de Borriol. Deja atrás un hijo de 15 años, fruto de una relación anterior. El pequeño, ya huérfano de padre, se quedaba en agosto sin su único asidero, sin su única columna a la que agarrarse en el día a día.
Días después del hallazgo del cadáver, el hermano de Eva reveló a El Periódico del Mediterráneo los problemas que existían en el seno de la pareja. "En la pareja había problemas, él no era bueno con ella, pero nunca te imaginas algo así". Incluso en el momento de la detención José Luis trató de librarse de sus responsabilidades. Le localizaron, en parte, por el tatuaje con el nombre de la víctima -"Eva, siempre juntos"- que llevaba en el brazo. Su argucia: una negociación que fue desechada al instante.