Una rampa para Juan Carlos antes que una silla de ruedas para evitar la 'humillación'
- El rey emérito ha querido evitar su imagen entrando en el Congreso empujado en una silla de ruedas debido a sus dificultades para caminar.
- El padre de Felipe VI ha aparecido en el acto de los 40 años de la Constitución con un bastón con el que se ha movido con agilidad.
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"El Rey sólo puede llegar en camilla si viene de la guerra". Sabino Fernández Campos, el que fuera el primer secretario general de la Casa de su Majestad el Rey y después su Jefe durante casi 20 años, lo decía rotundamente. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, pero este jueves 6 de diciembre -cuando se celebran 40 años de la Constitución Española- el rey emérito no ha estado dispuesto a aparecer en el Congreso de los Diputados en silla de ruedas, pese a sus enormes dificultades para caminar. En su lugar lo ha hecho acompañado de un bastón -con el que se ha desenvuelto con soltura- para subir por una rampa a la puerta principal de la sede de la soberanía nacional. Así ha evitado una instantánea para la historia que hubiese herido profundamente su orgullo, como ya sucedió hace un mes cuando se tuvo que retratar por el 80 cumpleaños de la Reina Sofía y el resultado fue el reflejo de un rey tullido.
La presencia de don Juan Carlos en el Congreso de los Diputados era -sin duda- uno de los puntos más polémicos en el orden del día del acto conmemorativo de los 40 años de la Constitución. Nada que ver con el mismo lugar y el mismo personaje que cuatro décadas antes, cuando un feliz rey joven y recién coronado, sancionaba el texto de la nueva Carta Magna española. Evidentemente, todo ha cambiado: hasta hace 15 días no estaba confirmada la presencia del padre de Felipe VI, pese a que las invitaciones estaban cursadas desde hace mucho más tiempo.
Finalmente, Juan Carlos ha aparecido -junto a Felipe VI, Letizia, la Princesa Leonor, la Infanta Leonor y la Reina Sofía- ayudado por su ya habitual bastón desde que fue operado en abril. El rey emérito no lleva nada bien que el paso de sus años le esté dificultando a pasos agigantados su movilidad. A pocos minutos de dar comienzo el acto conmemorativo ha subido por una enorme rampa colocada en el lateral de la escalinata de los leones del Congreso. Desde allí ha caminado hasta sentarse en el centro del Hemiciclo -justo delante de la bancada azul que corresponde al Gobierno-, evitando así subir a la Tribuna, donde se ha sentado la Familia Real.
Sin silla de ruedas -aunque con bastón- el rey emérito ha querido que no se repita la imagen tomada el pasado 2 de noviembre con motivo del 80 cumpleaños de la Reina Sofía, en las escalinatas del Palacio de la Zarzuela. Lo que fue un durísimo golpe para Don Juan Carlos. Entonces, el Monarca, que se negaba a aparecer sentado, fue retratado de pie con una postura difícil de entender, como se puede ver en la imagen que acompaña estas líneas. Él estaba empeñado en ser retratado erguido, y el que le sugirió que apareciera en una silla se llevó una gran bronca por parte del Emérito, pero en realidad le quería hacer un favor.
La posición de la pierna derecha del rey Juan Carlos se explica por la intervención quirúrgica a la que fue sometido el pasado mes de abril. Desde entonces, el padre del actual rey tiene enormes dificultades para caminar, por lo que precisa de un bastón. Pero el Emérito tampoco quería aparecer con él en la mano, lo que dificultó mucho el desarrollo de la sesión de fotos.
Pero no fue la primera vez que ocurre una escena de este tipo. Ocurrió en mayo de 2016 cuando Beatriz de Holanda visitó Madrid para inaugurar una exposición sobre pintura holandesa en el Museo del Prado. Tras recorrer la pinacoteca con la Reina Letizia, la princesa de los Países Bajos acudió a almorzar a Zarzuela acompañada por los cuatro reyes. La prensa habitual que cubría el encuentro se quedó asombrada cuando al llegar se encontró ya allí situados a Felipe VI, su esposa, la Reina Sofía y don Juan Carlos esperando a la invitada. Luego los periodistas se pudieron enterar de que el padre del Rey no quería que nadie capturara la imagen de sus dos ayudantes bajándolo en volandas por la escalera porque él no podía bajar las escaleras.