Se hace llamar masajAtdomicili y tiene 29 años. Es médico y ahora está estudiando el MIR, pero mientras tanto intenta "ganarse la vida" dando masajes en apps para ligar. No es un experto, no tiene ningún título para manipular el cuerpo del cliente, pero ha "estudiado algo sobre masajes porque le gustaba". Aunque, al menos, avisa de su "experiencia" a quien interactúa con él en la aplicación para pedirle un masaje en el cuello, ante las molestias que tiene después de haber tenido un accidente de tráfico. En realidad, es este diario el que habla con este masajista 2.0.
Este joven, que no revela su nombre, forma parte de una práctica en auge y cada vez más conocida: anunciarse en las aplicaciones de ligoteo para ofrecer un servicio de masaje supuestamente profesional. Basta con echar un vistazo rápido en estas apps para localizar decenas de perfiles que ofrecen masajes, tratamientos terapéuticos e incuso osteopatía -manipulación de las articulaciones del cuerpo-.
Suelen utilizar imágenes de perfil en las que se ve su cuerpo, en ocasiones, desnudo, aunque en otros casos también prefieren ocultar su identidad con fotos de espalda o simplemente borrosas. Y en sus nicks ponen palabras clave relacionadas con "masaje" o suelen poner directamente lo que ofrecen en sus biografías.
Por lo general, se trata de aplicaciones de contacto homosexuales, en las que no es necesaria la aceptación mutua entre usuarios para entablar una conversación como en el que caso de las heterosexuales. Lo que facilita la rapidez y el contacto directo entre los dos implicados.
"¿Te interesaría un masaje?"
"¿Te interesaría un masaje?", pregunta el supuesto masajista. "Sí. Siempre tengo problemas de cuello", responde este diario. "Genial, pues es lo mejor que trabajo. Es descontracturante e intenso pero al mismo tiempo relajante, corporal total, centrado en cuello y espalda pero trabajo el resto del cuerpo también. Voy a domicilio, llevo aceite, inciensos y música".
Este 'masajista' atiende durante prácticamente todo el día, pero no en su casa, sino en en la casa del cliente. Como quien lleva una pizza a domicilio. La duración de sus masajes es de 50 minutos y el precio es de 30 euros.
La conversación sigue. Este diario le pregunta: "Supongo que tienes títulos. Entiéndeme, el cuello es delicado y no todo el mundo sabe tratarlo. masajAtdomicili responde: "Quédate tranquilo que no voy a lastimarte".
Matizamos: "Tuve un accidente y desde entonces siempre tengo molestias". Pero al supuesto médico y ahora masajista no le importa: "Lo trabajamos con cuidado y sin maniobras bruscas. Lo importante es que te hayan descartado fracturas y luxaciones. Mira te dejo ni número y si te interesa me escribes". Termina la conversación.
Y si picas, ya has caído. En este caso, un médico podría conocer más la musculatura, pero ni de lejos puede llevar a cabo este tipo de tratamientos. Lo dice Jesús Herraez, en conversación con EL ESPAÑOL, un fisioterapeuta de Madrid con más de 15 años de experiencia. "Necesita estudios muy concretos, es como si un traumatólogo se mete a una cirugía de de cardiología. Se lía la de dios". Y eso que es médico, imagínense si detrás de ese masajista, hay realmente un administrativo.
Este profesional conoce cerca estas malas prácticas desde hace años y sobre todo las graves consecuencias que suponen para los clientes que, por ejemplo, en este caso, pican y acuden a los masajistas 2.0.
Sara (nombre ficticio) se fió de uno de estos supuestos masajistas, que le trató con presuntas técnicas de osteopatía. Resultado: dolores de cuello, de cabeza, mareos y vómitos. Le habían manipulado mal las articulaciones y el desenlace fue fatal, hasta que llegó a manos de Jesús.
Le volvieron a romper el menisco
Otro de los ejemplos también es Manuel (nombre ficticio). Había sido recientemente operado del menisco la rodilla y se había puesto en contacto con un supuesto colegiado en fisioterapia, que le había empezado a tratar. Pero la cosa no iba bien. Más tarde descubrió que el 'profesional' le había vuelto a romper el menisco de la rodilla.
El cliente investigó y descubrió que el supuesto profesional ni siquiera estaba colegiado. Otro más en la lista. "Vino con miedo y lo primero que nos preguntó fue si estábamos colegiados porque venía de un sitio donde le habían engañado", cuenta el quiropráctico madrileño.
Pero no solo son pacientes, incluso hasta un presunto masajista se puso en contacto con este fisioterapeuta para que le guiase en un tratamiento "complicado" con un paciente. "Yo le decía que no se metiese en eso por ganar dinero porque le podía generar graves problemas. Pero hacía lo que le daba la gana". A saber cómo terminó esta historia.
Las personas que contratan estos servicios suelen caer por su bajo precio. Aunque como bien se dice, al final, lo barato sale caro o, en este caso, carísimo. Ya que al final el profesional tiene que arreglar lo desarreglado y empezar el tratamiento.
[Más información: Los abusos del falso fisioterapeuta del Masaje de la Diosa]
Prácticas que devalúan la figura de los profesionales
Alejandro González, fisioterapeuta desde hace diez años, también cree lo mismo que su colega. Y no sólo que se "puede liar la de dios" , sino que estos masajistas "devalúan la figura del fisioterapeuta" porque la gente cree que pueden "tratar cualquier cosa". Además, "todo está muy sexualizado y no tiene nada que ver".
Terapistamsjprofesional es otro de los perfiles que encontramos en la app para ligar. Dice ser amante del deporte, del cine, senderismo y de la gastronomía. Y añade: "Soy terapeuta, físico y profesor de natación. También realizo masajes profesionales".
Le relatamos un problema de espalda, le preguntamos cuáles son sus servicios y responde con una gran retaila de tratamientos: masaje deportivo descontracturante con quiropraxis, masaje relajante combinado con técnicas de streiching, uso de ventosas, masaje facial. Todos ellos, bien en cuerpo completo o en las zonas de mayor tensión muscular.
En este caso, atiende a domicilio, pero ofrece al cliente poder ir a su casa, en Nueva Numancia (Madrid). Nos dice que es terapeuta físico y para asegurarnos de ello le pedimos una prueba: ¿Me puedes mandar una foto de tu título? No hay respuesta.
"La tarifa de la sesión es de 45 euros, también me desplazo con un recargo de 10 euros", dice ahora Kiro_Msj, otro perfil de una conocida aplicación. Este masajista no solo juega al despiste cuando le preguntamos por su experiencia, si no que además, te cobra por ir a propia casa, sin asegurarte que es un especialista y siendo un completo desconocido.
Su perfil: una foto de un torso desnudo, enseñando prácticamente la ropa interior. "Doy sesiones de masajes de una hora de duración, pueden ser: deportivos, relajantes, anti estrés, descontracturantes, circulatorios. Utilizo técnicas chinas, hawaianas y thai en piernas, gluteos, abdomen,brazos, hombros, masaje facial y espalda", dice en su anuncio este usuario.
"Seis títulos, manos fuertes y buenas técnicas"
Maxxajissta tiene 46 años y dice tener "seis títulos, manos fuertes y buenas técnicas". En este caso, le comentamos que estamos interesados en un masaje porque tenemos fuertes dolores de espalda por la escoliosis que sufrimos.
El usuario contesta: "Yo estoy titulado en quiromasaje, reflexología, aromaterapia, reiki, siatsu y hago una mezcla por 40 euros una hora que te dejo nuevo". Este supuesto quiropráctico atiende en su casa, en una camilla "con velas y música adecuada". Dice ser un profesional -aunque haga mezclas que dejen nuevo-, pero la conversación termina cuando le pedimos que demuestre su experiencia enviándonos algún tipo de documento.
Otros perfiles sorprenden aún más. Como el caso de MsjDesnudo, que nos dice que "es autodidacta", pero que cobra 20 euros. Y otros como el "deportista, sociable y masajista" gmp1965, MasajistaOsteopata -que dice dar muy buenos masajes a precios muy económicos- o Thaibodywork terminan la conversación, al igual que la mayoría, cuando este diario les pide algo parecido a un curriculum con titulos oficiales o experiencia demostrable, como le pedirían en cualquier trabajo a todo hijo de obrero.
Contracturas que se triplican, dolores que aumentan, vómitos e incluso roturas de huesos son solo algunas de las consecuencias que puede desencadenar el trabajo de un falso profesional. Por lo que piénsenlo bien, e incluso más dos veces, antes de hacer clic en el perfil de un masajista 2.0.