La Hermana Margaret Kreuper y la hermana Lana Chang, se gastaron una enorme suma de los fondos escolares de la Escuela Católica St. James en Torrance, California, en distintos viajes para ir a apostar a casinos y lugares de ocio. En total, más de 400.000 euros. Su proceder se normalizó y se extendió durante casi tres décadas en las que utilizaron impunemente ese dinero para entregarse al vicio ludópata.
Ambas están involucradas en el uso personal de una gran cantidad de dinero de la escuela. Uno de los abogados del colegio detalló a los medios cómo era el modus operandi de las monjas: "Sabemos que tenían un patrón de ir a casinos, y la realidad es que utilizaron la cuenta como su cuenta personal".
Las autoridades informaron sobre el presunto robo de la pareja de religiosas. Fue justo después de que la iglesia realizase una auditoría rutinaria antes de que una de las monjas se jubilase después de 28 años en la escuela.
Auditoría externa
En aquel momento, la religiosa se mostró muy "nerviosa". Para revisarlo todo a conciencia, un auditor independiente realizó la pericial de un modo más profundo. Ahí, durante esa prueba, descubrieron una cuenta bancaria de la iglesia que estaba olvidada. Solo las dos monjas las conocían, y en ella depositaban los cheques de la escuela que luego se gastaban en sus viajes al casino. Hacía diez años que habían establecido ese proceder.
Las monjas fueron trasladadas a conventos diferentes y ya nunca volvieron a convivir juntas. La abogada de la archidiócesis, Marge Graf, explicó a los padres de los alumnos que la decisión se tomó porque la orden de las monjas, las Hermanas de San José de Carondelet, acordaron reembolsar la cantidad total supuestamente malversada e imponer "sanciones severas" a la pareja.