El cadáver de la joven zamorana Laura Luelmo presenta un golpe en la cabeza y signos de violencia en el cuello, según ha confirmado la autopsia que se le ha practicado en el Instituto Anatómico Forense de Huelva. Ese golpe que recibió con un palo o una piedra fue la causa de la muerte.
Fuentes de la investigación han señalado que en la primera inspección ocular al cuerpo de la joven de 26 años hallado el lunes en una zona de terraplén y matorrales a varios kilómetros de El Campillo, localidad donde residía desde el pasado día 10, los agentes constataron que Laura tenía un golpe en la cabeza.
De la inspección sobre el terreno que durante varias horas hicieron los agentes de criminalística de la Guardia Civil, las fuentes han indicado que los efectivos se llevaron algunos indicios que tendrán que analizar, aunque los resultados de la autopsia serán claves para avanzar en la investigación.
La Guardia Civil prioriza la búsqueda del teléfono
La Guardia Civil se ha marcado como prioridad la búsqueda del móvil de Laura horas después de hallar el cuerpo de la profesora de 26 años. La investigación policial se centra en dos objetivos: encontrar su teléfono móvil para reconstruir las circunstancias que rodean a su muerte violenta y, además, investigar al entorno de la joven zamorana, principalmente a vecinos considerados de interés para la investigación.
Fuentes de la investigación al tanto de las diligencias que sigue la Guardia Civil, que cuenta en la zona con especialistas de la Unidad Central Operativa (UCO), han explicado que una de las prioridades es comprobar el relato y las coartadas de diferentes personas, algunas de ellas vecinos de la fallecida.
Estas fuentes explican que un vecino de El Campillo reconocido como L.M. está descartado como sospechoso porque el miércoles 12 de diciembre, día de la desaparición de Laura Luelmo, se encontraba interno en la prisión de Ocaña (Toledo). Este extremo ha sido confirmado por fuentes penitenciarias que precisan que L.M. salió del centro con un permiso, pero fue el lunes.
Este vecino, con un historial de violencia hacia las mujeres, tiene un hermano gemelo que también cumplió varias condenas por asesinato y robos. Este segundo sí se encontraba en libertad cuando desapareció Laura Luelmo.
Un repetidor recogió el miércoles 12 en torno a las 20.00 horas la última señal de su teléfono a nueve kilómetros de su casa de alquiler en la calle Córdoba de El Campillo, pero en dirección contraria en la que se ha encontrado su cadáver.
El objetivo es cruzar esta señal del móvil de Laura con otros teléfonos que también fueran captados por la misma antena de telefonía, a la espera de que la autopsia y las pruebas de ADN del cuerpo y de la ropa de la maestra zamorana arrojen más información sobre las circunstancias que rodean a su muerte.