La confesión de Bernardo: llevó a Laura engañada a un callejón sin salida y la golpeó para violarla
- El detenido ha confesado ser el autor de los hechos durante el interrogatorio de la Guardia Civil.
- Los Montoya, los gemelos asesinos de mujeres: Laura no sabía que su vecino era uno de ellos
- Este es el Alfa Romeo negro con el que Bernardo se movió por el lugar del crimen de Laura
Bernardo Montoya, detenido este martes por el asesinato de la profesora Laura Luelmo, ha confesado el crimen. Durante el interrogatorio al que le ha sometido la Guardia Civil, el detenido ha cambiado varias veces su versión de los hechos hasta confesar, a altas horas de la madrugada, ser el autor del asesinato.
Según fuentes de la investigación citadas en el programa Espejo Público, el detenido ha declarado que Laura le preguntó por algún supermercado cercano y este le habría dado una información falsa para tenderle una trampa.
"Me preguntó por un supermercado y la mandé a un callejón sin salida. Me monté en el coche y llegué primero al callejón. La agarré y golpeé su cabeza contra el maletero. Le até las manos a la espalda y la envolví en una manta. Conduje hasta el lugar donde la encontraron. La desnudé de cintura para abajo y traté de violarla pero pese a que estaba inconsciente no lo conseguí. Lo intenté pero nada. Juro que al final no la agredí sexualmente. Luego me asusté. La saqué del coche y la trasladé como pude hasta la zona de jaras y me fui corriendo. Pero cuando la dejé allí estaba viva", ha dicho.
Después de abandonar el cuerpo, el asesino confeso se marchó "corriendo". "De regreso a casa tiré su teléfono en un contenedor y sus zapatillas en otro", contó. Los días siguientes, Montoya dice que no ha sido capaz de conciliar el sueño y que un día, al regresar a casa y ver la Guardia Civil en su puerta decidió "salir del pueblo para no volver".
Laura desapareció el miércoles 12 de diciembre, murió dos o tres días después de un golpe en la cabeza (el 14 o el 15) –según revela la autopsia– y fue encontrada el lunes (el 17) al borde del mediodía con signos de violencia.
El martes, la Guardia Civil detuvo al principal sospechoso de los hechos, Bernardo Montoya, el vecino de Laura que se había mudado al número 1 de la calle Córdoba en El Campillo hace pocas semanas.
Los investigadores llevaban siguiéndole desde el primer momento. Pero fue esa misma mañana cuando detectaron en él "una actitud sospechosa". El hombre conducía su Alfa Romeo por una de las carreteras locales cuando diversos agentes, en un control policial, le dieron el alto. En ese momento, Montoya bajó del vehículo y echó a correr. Entonces se le detuvo.
Montoya había salido de la cárcel hace dos meses, después de cumplir una pena de 17 años por matar a una anciana de 80 años, crimen por el cual había sido condenado a 22 años de cárcel. Su otro delito fue por intento de violación a una joven en El Campillo. La asaltó cuando iba con su perro y le clavó un cuchillo al can en el cuello. Ella pudo huir dado el estado de embriaguez de Bernardo, según declaró a este periódico. Cumplió pena de dos años y 10 meses por un robo con violencia.