En cuanto escucharon los gritos procedentes de aquella celda del Módulo 1, en la madrileña cárcel de Soto del Real, los funcionarios echaron a correr hacia el habitáculo. Allí pudieron comprobar tres cosas: la primera, el suelo bañado en la sangre. La segunda, el cadáver en el suelo del mayor de los internos, con el rostro prácticamente irreconocible. "Nadie daba crédito a tremenda paliza. Lo destrozó vivo. Lo reventó", aseguran a EL ESPAÑOL fuentes penitenciarias.
La tercera cosa de la cual se percataron era que el agresor, Jesús María Romero Hernández, 28 años, también conocido en su círculo de amigos como 'El nene', poseía, claramente, una agresividad inusitada, una fuerza bruta no detectada (pese a su evidente y espléndida forma física) cuando ingresó en prisión, varias horas atrás de los hechos. Era su primera vez en una cárcel.
La víctima, un hombre de 55 años que cumplía condena por tráfico de drogas, tenía la cabeza reventada. El agresor había empleado en la sangrienta trifulca algunas de las técnicas de muay thai, el arte marcial de origen tailandés que dominaba desde que comenzó a practicarlo en la adolescencia.
De ese modo, le produjo severos traumatismos craneoencefálicos. El hombre, en prisión desde hacía años por tráfico de drogas, falleció horas después en la ambulancia. Nadie logró rescatarle de semejante malleira. Y todo por una litera.
Muay thai desde los 15 años
Jesús María Romero Hernández, español, 28 años, 67 kilos de peso. Entró este miércoles por primera vez en su vida en la cárcel. A los 15 comenzó a instruirse en las destrezas del muay thai y, desde entonces, ha progresado hasta competir y ganar en los circuitos madrileños profesionales. Su currículum deportivo contiene algunas buenas cosechas a nivel regional: 2 veces campeón de Madrid amateur, 1 vez campeón de España amateur, campeón de España profesional K1 WKA, campeón del torneo Enfusion Madrid a 8 luchadores internacionales.
Pero en su otro currículum, el delictivo, empezaba a traslucir una incontrolable agresividad. 'El nene' había sido detenido la madrugada anterior al homicidio por un robo a punta de navaja. Lo perpetró el domingo en la estación de Plaza Elíptica, en el Metro de Madrid. En aquellos hechos, hirió a una persona para robarle el teléfono. Luego se enfrentó a los vigilantes de seguridad. Lesionó a uno de ellos. Solo se sosegó cuando llegaron los agentes de la Policía Nacional. En concreto, cuando una pistola le apuntaba directamente al cráneo.
Como todos los reclusos que acceden a prisión, Romero fue entrevistado por distintos funcionarios responsables de dirimir en qué módulo es recluido cada quién. El Módulo 1, al que se le envió, está compuesto de presos que tienden a dar, en principio, pocos problemas o cuya vida se encuentra ya en ese estado de edad avanzada. Por allí pasaron, para que el lector se haga una idea, Gerardo Díaz Ferrán, Ignacio Gónzalez, expresidente de la Comunidad de Madrid, o Ángel María Villar, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
"Ha habido un error. Eso está clarísimo", aseguran fuentes penitenciarias, en clara referencia a que se designó al iracundo luchador a un lugar de la prisión que no le correspondía. Se decidió también que junto al luchador Romero se le debía poner un preso de acompañamiento, un método habitual para con los presos noveles, también conocidos como internos primarios. Así, el nuevo recluso puede habituarse con mayor presteza a lo que viene siendo la vida en la cárcel.
Pero aquí, Jesus la emprendió a golpes, y la emprendió bien. Empleó codos y rodillas, dos partes cuyo impacto resulta muchas veces definitivo en el muay thai. Son dos de las ocho partes del cuerpo que se pueden emplear en este deporte a la hora de atacar y defender. Por eso se le conoce como "el arte de las ocho extremidades".
La discusión entre ambos comenzó entre los pasillos, antes de que se cerrasen las celdas a la hora de dormir y quedasen ya dentro de sus habitáculos. Luego, en el interior, la discusión se agravó y ambos peleaban por quién dormiría en la litera de abajo y quién en la de arriba. En esa discusión se desató la furia de 'El Nene'. Sus codos, sus rodillas y sus puños se hundieron en el rostro de su compañero de celda. No sobrevivió a la primera noche a su lado.
Módulo de aislamiento
¿Pudo haberse evitado lo ocurrido? Las distintas fuentes penitenciarias consultadas aseguran que sí. Reconocen que también puede haber sido fruto de un error humano. Ocurre, pero "si los técnicos (educador, psicólogo y médico) pudieran dedicar el tiempo adecuado a la valoración del interno quizá podrían haber detectado si tenía problemas mentales o de conducta", asegura un delegado de ACAIP en otra cárcel española.
Otras fuentes aseguran que la falta de personal técnico (psicólogos médicos) y la falta de formación adecuada para el personal de vigilancia y los educadores son dos de las causas de que el trabajo en las prisiones no se desarrolle del modo que resultaría idóneo. Tanto para la seguridad de los internos como para la de los funcionarios.
Hace unos meses, EL ESPAÑOL publicaba un reportaje de denuncia sobre la situación veraniega en la cárcel de Estremera, una de las más peligrosas de España. Allí quedaba reflejado el estado en el que tienen que trabajar a veces los funcionarios. En período estival, en esta prisión hubo un sólo médico para 1.048 presos. Los estándares decían que en esta cárcel debería haber un mínimo de 9 doctores, y tres estaban de baja. Por eso se quedó uno solo. Las condiciones laborales, la masificación de los módulos y la falta de personal está echando para atrás a quien quiere elegir este lugar como destino.
Trasladado a la situación vivida estos días en soto, la misma fuente asegura: "Esa falta de personal puede conllevar carga de trabajo y no evaluar cómo a los compañeros les parece".
Mientras tanto, y por lo pronto, Jesús María Romero Hernández, 'El Nene' irá al módulo de aislamiento. Allí está desde su segundo día en el presidio de Soto del Real, otrora conocida por presos VIP como Bárcenas o Francisco Correa.
Allí tendrá tiempo para reflexionar, y acaso para poner en práctica las sugerencias que él mismo ofrecía en alguna publicación digital especializada en este arte marcial. "Por mi experiencia -decía- lo mejor es que absorber como Célula (el personaje de Dragon Ball que absorbía de sus enemigos sus técnicas) todo lo relacionado con este deporte. Yo he aprendido mucho solo viendo…".