El cadáver de Laura Luelmo, incinerado: la duda que aún no ha resuelto la autopsia
- Los restos mortales de la profesora zamorana han sido incinerados en Gibraleón, su localidad natal, en la más estricta intimidad.
- ¿Pudo salvarse Laura? Aún vivía cuando Bernardo tenía en la puerta a la Guardia.
El cadáver de Laura Luelmo, la joven profesora zamorana asesinada en El Campillo (Huelva) el pasado diciembre, ha sido incinerado este viernes en el sanatorio de la también localidad onubense de Gibraleón, tras ser autorizado por la jueza encargada del caso.
Fuentes de la investigación han informado hoy de que la incineración fue autorizada por la familia el jueves, una vez que se realizaron las últimas pruebas al cuerpo en el Instituto Anatómico Forense de Huelva.
La incineración se llevó a cabo en la más estricta intimidad de la familia, que posteriormente se llevó las cenizas a Zamora, después de disponer de ellas a primera hora de la noche.
Tras las gestiones de la familia se pudo realizar la despedida a la joven, diecisiete días después del hallazgo de su cuerpo en el paraje Las Mimbreras, a varios kilómetros de distancia de El Campillo, localidad onubense en la que desapareció y donde fue asesinada, presuntamente, por Bernardo Montoya, su asesino confeso.
Sin embargo, aún se desconoce un dato de gran importancia para la investigación: ¿cuándo murió Laura Luelmo? Según los investigadores del caso, la joven profesora murió el mismo miércoles 12 de diciembre que desapareció: su asesino confeso, Bernardo Montoya, la agredió sexualmente y posteriormente la golpeó hasta la muerte.
Ese relato difiere de los resultados que se desprenden de la autopsia preliminar, ya que según este estudio la joven murió dos o tres días después de la desaparición. Es decir, pudo morir el viernes 14 o sábado 15, cuando la Guardia Civil ya estaba buscando a la chica o incluso había una patrulla de la Benemérita a las puertas de la vivienda alquilada por la profesora, situada a unos metros de la de su asesino.