Sus entrenamientos e intervenciones son comparables a los de cualquier cuerpo de élite: simulacros de rescates en altura, desplazamientos por tuberías y túneles angostos, desescombrar túneles llenos de humo en incendios... todo ello para salvar vidas con la máxima rapidez y eficacia ante cualquier adversidad, llevando consigo además un equipo técnico pesado. Así trabajan los brigadistas de Salvamento Minero de Asturias, un cuerpo con más de 100 años de experiencia en rescates y que este martes llegó a Málaga en un avión del Ministerio de Defensa para ayudar en las labores de búsqueda de Julen Jiménez. El niño de dos años atrapado en un pozo de 103 metros de profundidad y de 25 centímetros de diámetro en la Sierra de Totalán, al que se precipitó, según contó su familia, y en el que lleva más de dos días atrapado.
Numerosos equipos de rescate se han desplazando hasta la zona en los tres últimos días para encontrar con vida al pequeño de dos años. Pero una vez se tomó la decisión de realizar una galería lateral a unos 80 metros de profundidad para acceder al otro orificio en el que estaría el pequeño, se decidió contar con el trabajo de un equipo formado por ocho brigadistas asturianos de salvamento que, según ha informado la Guardia Civil, van a realizar manualmente los últimos tramos de la galería, ya que controlan a la perfección estas técnicas de minería.
Los ocho miembros de la Brigada de Salvamento de Hunosa (empresa pública que se dedica a la extracción minera y a su explotación en la zona central Asturias) fueron enviados de urgencia a Totalán en un Airbus C295 del Ministerio de Defensa, que despegó a primera hora desde Gétafe y que aterrizó en el Aeropuerto de Asturias, donde les esperaba el equipo de rescatadores para ser movilizado hasta Málaga.
Allí, el delegado andaluz del Gobierno central, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ha explicado que el rescate de Julen en Totalán va a ser posible en un plazo de "menos de 48 horas"cuando se acometan los dos túneles, uno en paralelo al pozo donde se cree que está el niño y otro que irá en oblicuo en horizontal, lo que daría acceso al punto donde se presume que estaría el pequeño.
Hasta el momento, lo que se ha realizado en la zona es un gran movimiento de tierra para proceder a excavar esas dos perforaciones. Y después se calcula que realizando los dos túneles a la vez, en un margen de tiempo de entre 24 y 48 horas los dos podrán estar finalizados. Los dos túneles se realizan ante el riesgo de que alguno de ellos pudiera fallar, sobre todo el horizontal.
No será la primera vez que estos héroes pongan su vida en juego, pues son muchas las personas que han perdido la vida en las minas asturianas a lo largo de la historia, y también muchos los accidentes que se han producido en ellas, en los cuales la Brigada de Salvamento Minero ha realizado intervenciones brillantes para localizar o salvar a compañeros, poniendo toda su fuerza y empeño en situaciones críticas.
Este grupo de rescate esta formado por un director de seguridad, un jefe de operaciones y cuenta con un equipo de 17 brigadistas, dos jefes de turno, tres conductores, un médico y un ingeniero. Todos ellos con una sólida preparación que ha destacado en sus diversos puestos de trabajo, casi siempre en el interior de los pozos mineros. No obstante, para mantener la profesionalidad del grupo, este equipo se alterna un mes en su puesto habitual en la mina y otro en esta brigada.
Requisitos para ser brigadista
Para ser brigadista hay que cumplir con una serie de requisitos: ser picador, barrenista y además un minero de primera. Tener conocimientos en manejo de maquinaria, en la manipulación del carbón y en electricidad. En otras palabras, todo lo necesario para enfrentarse a cualquier adversidad bajo tierra. Los criterios de acceso que se tienen en cuenta a la hora de escoger al equipo que conformará a los rescatadores consta también de varias pruebas físicas.
Entre ellas, una de esfuerzo en silicosis (esto es una enfermedad crónica del aparato respiratorio que se produce por hacer aspirado polvo de sílice en gran cantidad), y en varias pruebas como escalada. Además, también deben estar preparados para trabajar con equipos de respiración autónoma de circuito cerrado.
Otro requisito indispensable para formar parte es que los miembros no vivan a más de 10 kilómetros de la brigada, para responder ante cualquier situación de emergencia. Así como que provengan de las distintas explotaciones mineras de la zona. La preparación física a la que son sometidos y una continua formación técnica, les permitan actuar con gran rápidez y eficacia, lo que resulta imprescindible cuando se trata de salvar vidas en lugares inhóspitos.
Operaciones de rescate
Toda esta preparación les ha convertido en un referente mundial como servicio de rescate de élite. Y es que, en los últimos años, este equipo de especialistas ha dejado de prestar sus servicios únicamente en minas, aunque continúa siendo su principal actividad, para realizar otras operaciones en espacios aislados, como el interior de presas o túneles.
Entre sus intervenciones, en los últimos años, destaca la extinción de un incendio en Langreo (Asturias) en 2007. El fuego que se originó generó una nube de monóxido de carbono que intoxicó a 140 personas y obligó a desalojar de sus casas a más de 700. Su labor fue reconocida con la entrega de la Medalla de Oro al mérito de la Protección Civil, otorgada por el Ministerio de Interior en ese mismo año.
Su trabajo en otro incendio en uno de los túneles de las obras de la variante del municipio asturiano de Pajares, en enero del 2009, también fue heroica. Allí actuaron conjuntamente con el cuerpo de Bomberos de Asturias, ya que desde el 2004 mantienen un acuerdo de colaboración con el Servicio de Emergencias del Principado.
Y no solo en territorio asturiano, esta brigada de salvamento también amplió su radio de acción y colaboró en el rescate de dos personas tras un derrumbamiento en una casa cueva en la localidad murciana de Águilas tras ser requeridos por el director de Protección Civil de Murcia ante la complejidad del trabajo.
También colaboraron en otra operación de rescate en el Teide (Islas Canarias), en la revisión de los conductos de la presa de Belesar en Lugo e incluso tuvieron una misión internacional: asesorar en el rescate de los cadáveres de 65 mineros sepultados en la mina Pasta de Conchos, en México.
Un sinfín de operaciones en las que estos héroes han tenido un papel fundamental y que ahora se enfrentará, tal vez, a una de las más complicadas y que se espera pueda escribir un final feliz con el hallazgo del pequeño Julen.