“Esperamos tener al menor con nosotros antes del lunes”. Ese es el plazo que las autoridades se conceden para rescatar a Julen, el niño de dos años que el pasado domingo cayó a un pozo en Totalán (Málaga).
Por el camino, los equipos de rescate han sufrido numerosos contratiempos. El último, la aparición de un macizo rocoso de pizarra durante la pasada noche, lo que retrasó los trabajos de desmonte y de movimiento de tierras.
A ello se puede unir el agua en las próximas horas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) da un 100% de posibilidades de lluvia para el sábado a partir de las seis de la tarde. Aunque se prevén precipitaciones moderadas, la única opción para combatirlas sería realizar un drenaje en la montaña para una rápida salida. Pese a todo, se sigue con la esperanza de encontrar con vida al menor.
Después de casi cuatro días de movimientos de tierras (arrancaron el martes), estudios del terreno a la carrera y de desechar alternativas para llegar a la zona donde se encuentra el niño, los técnicos se han decantado por la perforación de dos orificios paralelos al pozo inicial.
Estaba previsto que las tareas para la apertura de las dos cavidades arrancaran durante la noche del viernes. Pero las obras han sufrido un nuevo retraso. Ahora se espera que las dos máquinas perforadoras comiencen a abrir la tierra a lo largo de la mañana de este sábado. Una de ellas, de mayor potencia, pesa 75 toneladas. Se requirió de varios camiones para subirlas divididas en piezas.
Entre 12 y 15 horas perforando
Culminar las dos perforaciones llevará entre 12 y 15 horas si se dan “condiciones muy favorables”, ha explicado el delegado del Colegio de Ingenieros de Caminos de Málaga, Ángel García. Es decir, hasta la mañana del sábado, si no se producen nuevos contratiempos, no se culminarán las tareas de apertura de ambos túneles.
Antes de todo ello, gracias a 12 retroexcavadoras y varios camiones, los operarios del dispositivo crearon una inmensa explanada de tierra a 25 metros por debajo de la cabeza del pozo en el que está Julen. En ella se deben abrir los dos nuevos túneles. Era necesaria para ganar profundidad previa y para tener una zona donde asentar las perforadoras.
Aunque en un momento se estimó que habría que llegar hasta los 30 metros, no ha sido necesario debido a que una de las dos tuneladoras que han llegado tiene mayor capacidad de perforación.
Descartada la opción de abrir una galería horizontal desde una ladera de la montaña porque se produjeron deslizamientos de tierra que la hicieron imposible, los técnicos se han decantado por perforar dos nuevos túneles de alrededor de 1,2 metros de anchura.
Estos pozos llegarán a una profundidad de 50 metros. Sumados a los 25 que ya se han ganado previamente con los trabajos de desmonte a cielo abierto, se llegará a una cota aproximada de 75 metros.
En manos de mineros asturianos
A partir de ahí, la última fase del rescate se dejará en manos de un equipo de ocho mineros del Principado de Asturias. Tras descender por los nuevos pozos al interior de la montaña, los especialistas conectarán las cavidades de forma manual con el pozo donde está Julen a través de una galería horizontal de entre tres y cuatro metros. Se ha optado por abrir dos túneles verticales para disponer de dos lugares por los que tratar de dar con él.
Primero descenderá uno de los mineros asturianos. Lo primero que hará es tratar de conectar su pozo con el de Julen para meter una cámara, un geolocalizador y comprobar si el niño se encuentra a esa altura, unos 80 metros, debajo del tapón de tierra formado en el pozo.
Si no fuera así, habría que continuar perforando de la cota 80 hasta el final del pozo, aunque los técnicos han podido conocer la existencia de una cavidad de 15 metros por debajo de dicho freno compuesto por tierra, piedra y barro, según desveló La Sexta.
Los ingenieros también conocen ya que el pozo sufre una desviación entre la boca y el fondo, lo que sirve para afinar los cálculos respecto de las actuaciones a acometer.
Si el niño se encuentra en el tramo colapsado, los mineros asturianos descenderán por un torno con un martillo de aire comprimido y un hacho para cortar la madera que llevarán consigo. Con ella pondrán postes con los que aguantar la presión de la tierra.
Una de las dos perforadoras que abrirán ambos tñuneles llegó desde Madrid. Es la que tiene mayor longitud. La otra se retiró de una obra de Málaga para traerla hasta Totalán. El conductor que trajo la máquina desde Madrid lo hizo en camión. Estuvo conduciendo durante toda la madrugada del viernes a 90 kilómetros de velocidad, explicó a EL ESPAÑOL. El rescate de Julen, ahora sí, entra en sus horas clave.