Los datos de la última encuesta del INE sobre ahorro y consumo en las casas de los españoles en 2017, lo dejaban claro: un 40% de los españoles no llega a fin de mes con su sueldo. Pero nunca pudimos imaginar que en esa franja de compatriotas se encuentra -en cierto modo- la propia Reina Letizia.
En los nuevos Presupuestos Generales del Estado -si se consiguen aprobar- Letizia tendrá un poco más de desahogo en 2019, ya que prevé una subida en la asignación de la Casa del Rey. El ex Ministro Montoro y la Jefatura del Estado acordaron un aumento de un 8% respecto al ejercicio anterior.
En 2019 los bolsillos de la Casa del Rey se llenarán con 8 millones de euros, lo que supone un 1,4% más que pasado año. El aumento apenas ronda los 100.000 euros pero supone la mayor partida de los últimos años: entre 2011 y 2014 sufrieron recortes y hasta 2017 su sueldo permaneció congelado. Tal y como manda la Constitución, corresponde a Felipe VI distribuir libremente su partida presupuestaria.
La mayor parte del dinero destinado a Zarzuela siempre es para los gastos del personal, una partida que en 2018 se llevó el 48,63% del total. Es decir, casi cuatro millones de euros. En su mayoría se destina a una categoría llamada ‘complemento retributivo’, un plus que reciben algunos cargos directivos y otras personas que prestan servicio a la Casa del Rey.
Letizia tuvo en 2018 un sueldo de 133.530 euros, lo que supone 11.127 euros al mes y 371 euros por día. En 2019 percibirá un poco más, llegando hasta los 146.372 euros, subida que viendo sus cuentas de cada mes le va a venir muy bien, ya que la esposa del Rey Felipe VI, a tenor de los gastos que tiene y dice pagar de su peculio, cerraría en números rojos todos los meses. No salen las cuentas.
Los sueldos del personal que trabaja con la reina -bajo el mando de su secretario, José Manuel Zuleta y Alejandro, que en 2018 recibió una retribución anual de 103.059,35 euros- están incluidos en la partida general de la Casa Real. Pero sólo sabemos lo que ganó el duque de Abrantes porque la Jefatura del Estado sólo hace públicos los sueldos de los altos cargos.
¿En qué lo gasta?
La Reina tiene varios colaboradores que le ayudan en sus gestiones del día a día: preparar los actos, escribir discursos (cosa que hace ella pero que hay que limar), consejeros que le ayudan con ciertos temas propios de su agenda como salud, educación, alimentación, su relación con los medios (que es prácticamente nula porque es lo que le han aconsejado que haga) o la que mantiene con las marcas de moda. Para este último cometido, sí sabemos quién le ayuda, ya que desde 2015 hay una persona encargada de las relaciones de la Secretaría de la Reina con el mundo de la moda, Eva Fernández. La ex estilista de la revista Cosmopolitan lleva desde hace cuatro años la asesoría de moda de la Reina. Es el trabajo que muchas mujeres desearían: abrir los cientos de paquetes que llegan, desde los gabinetes de comunicación de todas las marcas, y decidir lo que se queda la Reina y lo que se devuelve. Parte de este personal es pagado con la asignación de la reina.
La versión oficial asegura que Letizia siempre paga lo que se queda. Cuando su asesora decide que esos zapatos son perfectos y le quedarían bien a su jefa pregunta el precio y se abona. Si la firma no quiere cobrarlos serán devueltos sin falta. Ese es el protocolo estándar, pero hay otro tipo de cosas que la Reina no paga porque se consideran regalos. Este fue le caso del famoso anillo que la firma Bvlgari le obsequió por el nacimiento de su primera hija, la Princesa de Asturias. Se trataba de una pieza con un valor complicado de calcular, ya que la joyería lo diseñó sólo para los dedos reales.
Hay casos demostrables de que paga las facturas como sucede con el diseñador Felipe Varela a quien le tocó la lotería cuando hace ya 15 años Letizia eligió como modista de cabecera. Su tienda en la madrileña calle Ortega y Gasset ha ido creciendo. Un vestido del creador madrileño cuesta de entre 800 y 1.000 euros. Esos, los que están dentro del prêt-à-porter de Varela, porque los que le realiza en exclusiva, como el que estrena cada año en los Premios Princesa de Asturias podrían llegar -dependiendo de los materiales y tratándose de trajes de Alta Costura- a los 20.000 euros.
El efecto llamada Letizia ha jugado un papel clave en el desarrollo de Varela. La estrategia del creador es clara y sencilla: la esposa del Rey estrena un vestido espectacular y dos días después esa misma prenda se coloca en el escaparate de su tienda de la Milla de Oro de Madrid; las clientas entran como locas a hacerse con un traje como el de Letizia. Es lo que los expertos en moda en España han llamado Las Letizia de Varela. El último desfile del modisto en Madrid fue en la MBFWMadrid del 2018. Todo su front row estaba lleno de clientas vestidas con los mismos trajes que la Reina y no de celebrities. Era un ejercito de clones.
El 60% de su suelo en ropa
En total se ha calculado que Letizia se gastó en 2018, pensando que paga todo lo que se pone, 80.045 euros, lo que significa el 60% de su sueldo. Este calculo se ha hecho con el precio que las prendas tenían en el mercado en la época en la que Reina las estrenó. Estimativo, ya que puede que ella las compre más caras o que le hagan descuento por ser quién es.
A pesar de que la cifra parece elevada, lo cierto es que nuestra Reina no es la royal que más invierte en su armario. Meghan Markle, por ejemplo, según varios medios británicos, se gastó cuatro veces más que la esposa de Felipe VI.
Su peluquera y maquilladora, Luz Varelo, amiga personal de la mujer de Felipe VI -también es pagada por Letizia-. La peina desde su etapa en TVE. La estilista no ha dejado su puesto en el ente público, así que cuando su trabajo le impide acudir a Zarzuela a peinar una mañana a Letizia, la sustituye otra compañera, Gema Campos. Ambas cobran de la partida de la Reina.
Sus gastos en viajes
Si el 60% se le va en ropa, el 40% lo tiene que dividir entre los sueldos que paga a su equipo personal, sus viajes, ocio y demás.
De su bolsillo debió salir el viaje que el pasado verano realizó a Zúrich (Suiza). Tal vez huyendo del calor de Madrid, la Reina viajó, en un vuelo regular, con sus dos hijas, a la ciudad suiza para pasar unos días. Lo cierto es que no era la primera vez que Letizia se desplazaba hasta allí, ya que en 2003 realizó el mismo viaje tras la famosa crisis matrimonial, reconocida por Zarzuela, con su marido en Palma de Mallorca. Sin contar el hotel, tres vuelos con Iberia en Business al país de los Alpes en temporada alta son unos 800 euros cada uno.
Aunque ella no lo ha llegado a confirmar, dicen que también pagó de su bolsillo un viaje que realizó a Australia en 2016 con un grupo de amigas. Antes de casarse, Letizia hacía una escapada con sus amigas en verano. Hace dos años volvió a disfrutar de esta costumbre con un destino muy lejano, Australia. Se supone que era un viaje que llevaba mucho tiempo queriendo hacer. De nuevo, el precio del billete, en clase Business (la reina por motivos de seguridad no puede viajar en otra zona del avión) a Sídney, ida y vuelta, ronda los 5.000 euros con Iberia.
Su presupuesto 'beauty'
Sin duda, otra gran mordida a su presupuesto son las visitas que recibe en Zarzuela de la persona o personas que le hacen los retoques de belleza a la reina. Este es el gran secreto de Letizia. Nadie, fuera de su círculo más íntimo, sabe dónde se hace los permanentes tratamientos rejuvenecedores o quién, aunque muchos opinan que es el doctor Pedro Jaén quien va a pincharla personalmente a palacio. Él ha desmentido, lógicamente, que la esposa de Felipe VI sea su paciente.
Un experto en estética, que prefiere el anonimato, nos asegura que la reina se ha hecho casi todos los últimos tratamientos de rejuvenecimiento en el rostro. "Se ve que prueba lo más revolucionario en mesoterapia facial. Lo más probable es que le inyecten inductores de colágeno y elastina. Pero por supuesto tiene bótox en el ceño y la cola de la ceja para elevar la mirada, y rellenos de ácido hialurónico en el mentón, pómulos y frente. También en los labios" asegura esta fuente.
Haciendo un cálculo rápido, la media de una sesión de mesoterapia facial es de 350 euros. Una persona que busca resultados en este tipo de tratamientos necesita dos sesiones semanales mínimo, lo que significa que la reina se gasta al mes 2.800 euros sólo en este tratamiento. A esto hay que sumarle las inyecciones de botox, colágeno y elastina. Como mínimo, más de 30.000 euros al año.
¿Y el ocio?
La reina es una mujer culta a la que le gusta disfrutar, y mucho, de la oferta cultural que ofrece Madrid. Sin ir más lejos, el sábado pasado pasó la tarde con sus dos hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Cristina, disfrutando de la última sesión que el Ballet Nacional de la Ópera de París ofreció en el Teatro Real. Este tipo de ‘escapadas’ que realiza en solitario o acompañada son de ámbito privado, es decir, Letizia y sus hijas no van al palco real, si no que compras sus entradas e intentan pasar desapercibidas.
A la reina le encanta probar los restaurantes nuevos que se van abriendo en Madrid. Con amigas o con su familia, es muy normal encontrarla en alguno de los sitios de moda de la capital. El último el restaurante italiano ‘Numa Pompilio’, al que acudió con tres de sus mejores amigas a comer hace un par de semanas. Las cuatro mujeres disfrutaron de un reservado, en este local el precio medio es de 50 €.
Además no es raro encontrarla, vestida de camuflaje intentando que nadie la vea, en las últimas exposición que se inauguran en Madrid. Muchas veces acude, después de inaugurarlas de forma oficial con el Rey, para ver con más detalle lo que ya ha visto. Tampoco es rara verla en la Feria ARCO, dónde en más de una ocasión ha comprado alguna obra expuesta.
Un periódico inglés asegura que tiene ahorros
A pesar de todos estos gastos, que supondrían que la reina no ahorra ni un solo euros de su salario anual, lo cierto es que el año pasado el tabloide británico Express afirmaba que Letizia posee una fortuna de 7,7 millones de euros en una cuenta corriente frente a 16,5 millones de euros de su marido, el rey Felipe. El periódico sensacionalista no ofrecía documentación alguna que probara unas cifras aparentemente disparatadas.
Según el periódico inglés, estos datos no son de ahora sino de 2014 cuando él no era, todavía, jefe del Estado. Antes de entrar la ley de transparencia impuesta por Felipe VI y por la que todos los años, la Intervención General de la Administración del Estado da el visto bueno a las cuentas sometidas, voluntariamente, a una auditoría por el rey. De lo que no existe duda es que la Casa Real tiene muy buenos administradores, como Beatriz Rodríguez Alcobendas. La interventora es capaz de cerrar las cuentas con superávit de 734.091 euros en el ejercicio de 2017. También la Casa Real dispone en cuentas corrientes en bancos, en efectivo y en moneda extranjera, nada menos que 4.649.817 euros, que no está nada mal.
En definitiva, la reina entra en el porcentaje del que hablaba el INE de españoles que con su sueldo no llegan a final de mes.