Su caso es único en nuestra historia y pretende servir como base para otros similares. Una mujer de Zamora ha conseguido que la reconozcan como incapacitada permanente para desempeñar cualquier oficio. No por una minusvalía, sino por haber sido víctima de una violación en 1997 y sufrir un "calvario psíquico" desde entonces.
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha declarado firme la resolución que reconoce que la víctima no puede "llevar a cabo cualquier actividad laboral de forma eficiente". Y no se espera que la Tesorería General de la Seguridad social vaya a recurrir la sentencia.
Aunque la vida de esta mujer sufrió un duro golpe hace 22 años, hay que remontarse al año 83 para comprender su historia.
Su agresor, libre tras un doble asesinato
El 14 de enero de aquel año aparecieron los cuerpos sin vida de dos estudiantes en la isla de Las Pallas (Zamora). Aurora Barbero Luelmo, de 19 años, y José Manuel Tamame Domínguez, de 18, habían acudido por la tarde al islote del río Duero a su paso por la ciudad para contemplar a unos patos, dada su gran afción a las aves.
Tuvieron la mala fortuna de toparse con Manuel Martínez Quintas, más conocido como 'El Quintas'. Era conocido en aquel entonces por ser el autor de numerosos delitos contra la propiedad y las personas. Tenía 32 años. Aquella tarde, Manuel les apuntó con una escopeta, obteniendo de ellos 1.100 pesetas y una cadena de plata de la joven. Después, les maniató para evitar que le persiguieran. Aurora, presa del pánico, comenzó a gritar, por lo que el delincuente la arrojó al río, hundiendo su cuerpo con un palo hasta que murió por asfixia. José Manuel tuvo un final igualmente trágico; fue estrangulado con una bufanda y enterrado a unos 15 centímetros de profundidad.
Cinco días después, la Policía detenía a Martínez Quintas por el asesinato de aquellos dos jóvenes. 'El Quintas' se declaró culpable de los hechos. Según cuentan las crónicas de aquellos días, recibió a su letrado diciendo: "abogado, vas a defender a un asesino". 'El Quintas' fue condenado a 76 años de prisión por el doble asesinato.
Los trabajos en la prisión de Bonxe (Lugo) y su buena conducta le permitieron abandonar el centro penitenciario 13 años más tarde, el 16 de diciembre de 1996.
El Quintas volvía a actuar
10 meses más tarde de su puesta en libertad, 'El Quintas' volvía a actuar en el entorno del río Duero. Era un 1 de octubre del año 1997. Llevando solamente un mes en libertad, Manuel Martínez Quintas contemplaba sin ser visto a una mujer de 30 años que tomaba el sol. Abordó a la joven con una pistola y una navaja, la retuvo durante tres horas y la violó varias veces. Dos años más tarde, El 'Quintas' era condenado a 27 años de prisión, que tampoco cumpliría en su integridad.
El entorno de la mujer, que ahora ronda los cincuenta años de edad, no ha querido facilitar ningún dato sobre la víctima para preservar su identidad e intimidad. No quiso aparecer en medios en aquel momento y no ha querido hacerlo ahora. Solo se sabe de ella que desde entonces y hasta ahora ha estado recibiendo ayuda psicológica y que le ha sido imposible desempeñar cualquier oficio debido al estrés postraumático que aquel suceso le provocó.
Las secuelas de aquella agresión sexual supusieron un gran obstáculo tanto en el ámbito personal como profesional, aunque, con esfuerzo, logró salir adelante. Al menos hasta septiembre de 2017. 'El Quintas' tras cumplir 20 años de condena, volvería a ser libre.
La víctima de la violación en ese momento toma la decisión de pedir la incapacidad permanente. Pensar que en cualquier momento podía cruzarse con su agresor le impedía ejercer el oficio al que se había dedicado toda su vida. Se trata de un trabajo al aire libre y que llevaba a cabo en soledad.
Resolución favorable para la víctima
Hoy se ha conocido la resolución que el TSJ de Castilla y León emitió el pasado mes de noviembre. En ella, el Tribunal reconoce el "trastorno de estrés postraumático de curso crónico" que la víctima padece como consecuencia de aquella violación.
A pesar de que en una primera instancia no le fue reconocida, ahora sí se le reconoce de forma definitiva. "Una llamada al timbre o encontrarse a una persona en la escalera le provoca un cuadro de ansiedad, temor y terror, incluso con ataques de pánico, que anulan cualquier actividad y que le impiden incluso salir a la calle", afirmó la defensa de la agredida. Según la sentencia, el hecho de que su violador haya quedado en libertad produce en la víctima síntomas como "ansiedad generalizada, hipervigilancia, evitación, escape y sintomatología vegetativa".
Su afectación psicológica «le impide llevar a cabo cualquier actividad laboral de forma eficiente y conforme a los mínimos requerimientos imprescindibles en cualquier profesión", explica la sentencia, concluyendo que "no puede desempeñar ningún tipo de actividad laboral".
Se trata de la primera sentencia en firme en nuestro país que reconoce la incapacidad permanente a una víctima de violación. Para Rebeca Vaquero, su abogada, supone "un pequeño paso en esa lucha que tienen todas las personas que se ven afectadas por este tipo de agresiones".
Sobre el paradero de Manuel Martínez Quintas no se sabe nada. Las últimas noticias sobre él datan de 2017, al poco tiempo de quedar el libertad. Lugo se movilizaba en las calles y el redes sociales, alarmada por la presencia de un asesino y violador en sus calles. En declaraciones al medio local El Progreso, declaraba que "No soy ningún peligro. No me drogo, hago deporte... tranquilamente. La sociedad no tiene nada que temer".
Atosigado, huyó a los pocos días y no se sabe dónde pasa sus días como pensionista. "Voy a cumplir los 67 años, no me voy a meter con nadie ni nada".